jueves, 26 de junio de 2014

Consideraciones sobre el apocalipsis (I)



Queridos lectores,

Edgardo F., también conocido como Parroquiano por estos lares, me ha hecho llegar un largo ensayo, en cuatro partes, sobre el Apocalipsis y su significado. Una mirada analítica a un tema que es dado a su tratamiento emocional.

Salu2,
AMT

CONSIDERACIONES SOBRE EL APOCALIPSIS  I

Por Edgardo F. (Parroquiano)

La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: es técnicamente imposible.
(Peter Alexander Justinov)

Las primeras palabras son para felicitar y agradecer a Antonio Turiel por su trabajo y por estimar que este post merece ser difundido en su blog, sobre todo considerando lo polémico del tema a tratar, tal y como lo señala su título. Las siguientes para enviar un saludo a todos los que siguen al pie del cañón y de este blog.  Señalar, ya entrando un poco en materia, que quienes esperan encontrar en este texto una alabanza profética a los “4 Jinetes del Apocalipsis”, o la confirmación pseudocientífica de lo posible de la inversión de los polos, están leyendo el texto equivocado. Pretendo, en lo posible, una mirada racional de un tema cruzado y salpicado de ficción y fantasía, embadurnado de descredito y sorna lamentablemente para el análisis, las más de las veces, bien ganada. Pero, ¿cuánto de esa sorna tiene que ver con un viso de realidad distorsionada por el miedo?, ¿cuánta de esa ficción intenta ocultar algo, un mínimo de realidad? Consensuemos que la gravedad del tema implica que, si existiera siquiera una mínima posibilidad que nuestros peores temores del futuro pudieran hacerse efectivos, esa posibilidad debiera ser estudiada con toda la rigurosidad posible. Vemos, entonces, si es factible esa meta.   
Anecdótico, sino irónico, es señalar que no existe quizás palabra que haya mutado en un sentido más contrario a su definición originaria que la palabra Apocalipsis… de la revelación al desastre, de la luz a la oscuridad, de un Alfa a un Omega. Particularmente, para nosotros, los pikoleros, el concepto tiene un sabor especial; sí, porque nos guste o no, lo que predecimos en el futuro más o menos mediato es, precisamente, una suerte de Apocalipsis… está bien , o.k , atenuado en su desarrollo temporal y espacial sí , pero un Apocalipsis al fin y al cabo. Pensándolo, básicamente nuestro discurso es, dadas iguales condiciones de comportamiento social y energético, la civilización (entendida esencialmente como el paradigma occidental) colapsará en un futuro relativamente cercano. Así lo entiende la gente de a pie y muy probablemente sea por eso que no nos quieren escuchar. Podemos adornar el discurso, colocar nuestros acentos en la transformación como salida y alternativa, hacer hincapié en la solución, pero en esencia estamos diciendo que, de continuar por el camino en que vamos, el mundo va de picada al abismo. En este punto son estériles nuestros esfuerzos por argumentar que, esta futura catástrofe, es evitable si se toman las medidas adecuadas; si se asumen y se actúa sobre las causas que lo provocaran. Tristemente debiéramos quizá reparar que la imposibilidad que tiene la mayoría de las personas de visualizar ese cambio salvador que nosotros sí observamos  sea porque el mismo es, al menos en este punto de la humanidad, irrealizable…triste, pero no menos cierto. Así, al espejismo del futuro maravilloso que ellos nos oponen; nosotros, los pikoleros, oponemos el espejismo de una cuenta tras que nunca llega a cero.  
Es de la manera anterior que los pikoleros tratamos de alejarnos de esos otros locos apocalípticos, que denuncian, acusan y profetizan el fin del mundo al estilo Hollywood; atrapados casi por culpa en la obligación de darle un carácter racional y mesurado a un tema naturalmente plagado de oscuras imágenes oníricas y dantescas pesadillas…Aquí permítanme una primera vuelta de tuerca…¿ si un Apocalipsis, la destrucción de la humanidad ( así tal como suena), no estuviera tan envuelta en la fantasía y la ficción, y la comenzáramos a considerar como posible y probable, eso no nos daría más oportunidades de plantear relevantemente el discurso pikolero? ¿Acaso el argumento pikolero, más que cualquier otro, no tiene una base racional aceptable a la hora de plantear la probable causa de un “Apocalipsis”?, ¿No es esa nuestra preocupación, más allá de la velocidad espacio-tiempo en que este se produzca?, ¿No nos encontramos acaso con cientos de personas que niegan el fenómeno del peak oil, simplemente porque no están dispuestos a aceptar sus consecuencias?, ¿En qué trampa estaremos cayendo los pikoleros, cuando aceptamos el fenómeno pero, al igual que el resto, negamos o relativizamos sus probables consecuencias?. Bien, como el tema es árido, trataré de ir  por partes:
Lo primero, a mi entender será definir ¿Que entendemos por Apocalipsis? Por de pronto la definición del la RAE es sintética, Apocalipsis: fin del mundo. Necesario es, entonces, desmenuzar la definición a fin de darle la sustancia que requiere su estudio. Cuando decimos fin del mundo ¿qué estamos diciendo, o a que nos estamos refiriendo? Por cierto que, en principio, no nos estamos refiriendo a la destrucción física del planeta; más probablemente nos estamos refiriendo a una situación de colapso civilizatorio; esto es: destrucción e inutilización de estructuras materiales de origen natural o humano que, en paralelo, o como directa consecuencia, provoca la destrucción o el desmoronamiento de las estructuras sociales. Hablamos, desde luego, de un evento o situación catalizadora de carácter casi exclusivamente material, ej: tsunami, guerra, de tal magnitud que provoca o trae aparejada, como consecuencia inmediata, o en paralelo, la destrucción de las superestructuras humanas de civilización y relaciones intersociales. Llevada la definición al nivel de país o nación, hablamos de la destrucción de las manifestaciones físicas y sociales propias del Estado, desintegración de las estructuras de gobierno y autoridad, ineficiencia funcional de autoridades políticas, administrativas, policiales, judiciales y gubernamentales; imposibilidad de provisión de servicios básicos tangibles como luz, agua, alimentos, y de aquellos intangibles, tales como defensa policial y monopolio de uso de la fuerza (legal y legítima), generación de justicia, otorgamiento de salud y educación estructurada, entre otras. En este punto hago una importante prevención; ex profeso he limpiado la definición de sus elementos temporales y espaciales (que tan rápido, que tan extenso para ser considerado “Apocalipsis”), que son precisamente, los que nos provocan los mayores problemas y sobre los cuales volveré en los párrafos siguientes como tema central.
Ya, consensuada (espero) la definición del concepto nos acercamos entonces a la pregunta central y la que, creo, es la trampa implícita en ella. Pregunta: ¿Es posible la ocurrencia de un apocalipsis, entendido este último como un fenómeno o situación de destrucción, o colapso, de las estructuras físicas y sociales, mismas que determinan una comunidad, en un momento dado y en un espacio determinado?...¿ Y dónde está la trampa?; a mi entender está en plantear una pregunta que, en principio, no tiene respuesta…¿porqué?... Porque el Apocalipsis no existe sino como consecuencia de un hecho anterior a él mismo; sí,  el apocalipsis será consecuencia o producto de un hecho o situación anterior que lo provoca…el evento apocalíptico… y sobre  este es que debemos poner el acento y, eventualmente, aterrizar la pregunta central. No nos preguntemos si un apocalipsis es posible; preguntémonos ¿existe o puede existir evento, situación o circunstancia capaz de generar, como consecuencia, un Apocalipsis?, preguntémonos: ¿es probable que se desencadene un Evento Apocalíptico?.  La disquisición semántica es sutil, pero no inoficiosa…la respuesta de lo posible de las consecuencias solo la encontraremos si contestamos, primeramente, lo probable de las causas.
A modo de ejemplo planteo la siguiente historia: 3 hermanos viven en una casa; un día llega un extranjero y les pregunta de sopetón: ¿es posible que su casa se destruya? El primero de ellos, un optimista a ultranza, contesta No. El segundo, un pesimista sin remedio, contesta Sí. Y el tercero, un pragmático, contesta: Depende. Entonces, ¿quién creen ustedes que dio, en principio, la respuesta correcta?
Pongámonos entonces pragmáticos  y veamos.  
Si recolectamos todos los posibles fenómenos capaces (en teoría o en potencia) de convertirse un EA (evento apocalíptico), podemos, con una perspectiva racional del tema, dividir los mismos en dos o tres categorías. En este punto no puedo menos que solicitar, al lector, el máximo de flexibilidad y comprensión en la apreciación de esta sistematización, puesto que se trata de un terreno que prácticamente no tiene una base racional a la que echar mano, en beneficio del tema, seremos todo lo objetivo que nos permite la materia. A saber:
1era Categoría: Ficticios. Los nombramos simplemente para descartarlos; el ejercicio, aunque no lo crean, es necesario después de que  miles de páginas de Internet,  miles de videos de Youtube  y cientos de películas de Hollywood, nos han intoxicado lo suficiente como para confundirnos sobre lo que tiene una base mínimamente racional con otros que son simple y pura ficción; tanto así que, aunque parece sencillo el descarte, nunca sabemos cuáles son unos y otros. Aquí tenemos:
  1. Plaga Zombi,
  2. Segunda Venida de Cristo,
  3. Llegada del Anticristo,
  4. Invasión Reptiliana y/o Anunnaki
  5. Aparición del planeta Nibiru,
  6. Implantación  del NWO ( New World Order, Nuevo Orden Mundial),
  7. Conspiración Judeo masónica iluminati
  8. Invasión Alienígena…
  9. Inversión de los polos y
  10. detención del movimiento rotatorio del Planeta
  11. y Godzilla.  
O. k Les damos el carácter de ficticios porque, como no sea en un escenario deux et machina, que per se no es descartable, nos encontramos con la imposibilidad absoluta de que se concreticen; de que efectivamente tengan el carácter siquiera de posibles. Nombramos entonces estas potenciales causas para, inmediatamente, descartarlas; simplemente para realizar el ejercicio básico de separar la paja del trigo. Permítanme, en cualquier caso, una pequeña anécdota: Consultado un científico sobre la existencia de vida inteligente en otros planetas su respuesta fue: Si, existe, y la mayor prueba de ello es que no han realizado ningún esfuerzo por comunicarse con nosotros.
2da Categoría: Causas Reales. Llamo causa reales a aquellas que al menos, en potencia, tienen la capacidad de convertirse efectivamente en un EA (evento apocalíptico). Esta segunda categoría la subdividiré, a su vez en 2 subcategorías: 1) de génesis geocéntrica  y 2) de génesis antropocéntrica. A saber:
  1. De génesis geocéntrica: entendidas estas como aquellas que nacen de la estructura física misma del planeta y el medio este está inserto (Sistema solar).En este grupo tenemos:

1) Tormenta Solar
2) Colisión con un Asteroide y/o meteorito,
3) Calentamiento global
4) Erupción de Volcanes,
5) Terremotos,
6) Maremotos,
7) Ciclones y/o tornados
8) Glaciación y/o Desertificación repentina

De esta segunda categoría, las comprendidas en las de orden geocéntrico, aunque anteriores a la humanidad y coetáneas con su desarrollo, estimo,  debieran igualmente ser descartadas. Esta vez no por imposibles, como en el caso de las ficticias, sino por improbables la mayoría de ellas. Aquí es pertinente hacer una reflexión; cuando nos referimos a improbables, lo que estamos diciendo es que, de acuerdo a la lógica histórica, a los conocimientos científicos adquiridos, al estudio histórico y prehistórico de los fenómenos comprendidos en esta clasificación, estimo consensuable  el que si bien algunos de estos fenómenos se han presentado con el carácter de apocalípticos en algún momento de la humanidad, o de la historia registrada o recreada del planeta -el probable asteroide que acabo con los dinosaurios en el Cretácico; la destrucción de la Civilización Minoica producto de una erupción volcánica, maremotos y terremotos asociados; los rastros geológicos que hacen estimar como probable una gran inundación en Mesopotamia, de la que dan cuenta muchas leyendas de la antigüedad-  lo cierto es que, en la línea de tiempo, han estado tan alejados uno de otros que la posibilidad temporal que alguno de los vuelva a ocurrir en una escala apocalíptica, dentro de la vida media de alguno de los lectores, es altamente improbable. Algunos otros fenomenos no se condicen con los ciclos de tiempo propios del planeta ej: glaciación repentina, evaporación de las fuentes de agua. Por otro lado, en el caso de los terremotos, volcanes, maremotos y ciclones, la dinámica es distinta. En este caso ha sido el constante azote que ha recibido la humanidad, desde siempre, lo que les impide convertirse en un evento apocalíptico. No obstante la probada capacidad de destrucción, los cientos de miles y millones de vida de los que esos fenómenos, juntos y por separado, han dado cuenta, el hecho que nuestra civilización se haya impuesto a la continuidad y recurrencia histórica de los mismos, ha llegado a una escala que haya provocado, al menos hasta el día de hoy el colapso de la humanidad aun nivel apocalíptico. El que estemos aquí, leyendo este post, es prueba de ello.

  1. De génesis antropocéntrica: entendidas estas como aquellas que pudieran ser causadas por el actuar humano. En esta categoría solo logro cuadrar 3:  
  1. Guerra o crisis nuclear.
  2. Colapso Financiero Mundial,
  1. Crisis Sanitaria Mundial
…aquí quedamos.


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