Queridos lectores,
Demián Morassi nos ofrece un nuevo ensayo, en este caso analizando el impacto del transporte en contenedores, su conexión con la energía barata y su destino en la época de desglobalización que ya está comenzando. Estoy seguro de que será de su interés.
Salu2,
AMT
El cubo mágico ante la desglobalización
Por Demián Morassi
Vamos a hablar de un 26 de abril que cambiará el devenir del capitalismo.
No, no nos referimos al de hace 30 años, cuando la explosión del reactor de Chernóbil hizo saltar la alarma del capitalismo actual, cuyo pilar, el desarrollo industrial se daba de bruces con riesgos de proporciones inimaginables. Sumémosle otros 30 años a nuestro viaje al pasado.
El cubo mágico.
El cubo mágico al que me referiré no es el cubo de Rubik, ese juego donde hay varios colores y el objetivo es encastrarlos perfectamente trasladando unos para acá y otros para allá para completar la tarea... sino a los cubos de colores que llevan productos manufacturados trasladando unos para acá y otros para allá, encastrando perfectamente los nodos del capitalismo industrial globalizado... me refiero, nada menos que al contenedor (no es exactamente cúbico pero bueno, casi).
60 años por el mar.
Cumplió 60 años el transporte marítimo de contenedores. El 26 de abril de 1956 el Malcolm McLean Ideal-X, fue el primer hilo de esta red que hoy conecta todos los puertos del mundo.
“Malcolm McLean, un magnate del transporte por carretera, utiliza un barco petrolero modificado para mover la primera carga en contenedores por vía marítima desde Nueva Jersey a Houston, hace 60 años, en 1956. Cuatro años más tarde, Sea-Land introdujo el primer servicio transatlántico y, en 1969 en el Reino Unido, Overseas Container Lines lanzó un servicio que hoy es sinónimo del comercio global de mercancías” [1]. La palabra container también la usamos por estas tierras y describe seis planchas de metal de las cuales cualquier cosa puede salir. Ese cubo mágico que con el correr del tiempo irá tomando poder para que al final todos los productos deseen encastrar perfectamente con su espacio interno, diseñando sus embalajes a la medida de los pies y pulgadas (finalmente estandarizadas), sin desperdiciar ni una gota de espacio.
Observando el gráfico proporcionado por Clarckson Resaech [2] vemos como fue el aumento en los últimos cuarenta años.
1 TEU equivale a 38,5 metros cúbicos de volumen exterior. Los containers de 2 TEU son los más comunes.
Y los cambios fueron impactantes. Desde 1976 a 1996 el comercio llegaría a 41 millones de TEU (m TEU) para luego añadir otros 136m TEU más entre 1996 y 2016.
La mercancías viajan seguras de un lado a otro permitiendo que las externalizaciones no impacten en la calidad, pudiendo ir armando un producto en distintos lados del mundo para luego llevarlos a los lugares de consumo, lo que lograría abaratar los costos. Las líneas de transporte se afianzarán y los portacontenedores se harían más grandes...
Durante 1976-1996 el promedio de los barcos era de 1673 TEU.
De 1996-2016 el promedio pasó a 4.363 TEU.
Se separó a los propietarios de los arrendatarios para lograr mayor eficiencia mientras a su vez los productos de consumo se irían achicando y amoldando su embalaje para optimizar el viaje.
Como ejemplo:
Con alrededor de 400 televisores de pantalla plana en un container, a $400 / TEU, el coste de carga equivale a sólo 1 dólar de ese televisor que luego sería vendido a 300 dólares.
Pero las proyecciones para 2016 son la punta del iceberg en este viaje.
La desglobalización invita a replantear cuál será su futuro. 60 años es una edad en que hay que pensar en disminuir la actividad.
La sobreoferta de barcos en relación a la pobre demanda arroja los precios de alquiler por el suelo. La incapacidad de hacer crecer la demanda viene, por un lado, por la falta de oportunidades para los trabajadores haciendo que mucho de esos productos que viajan por contenedor se empiecen a relegar por considerarse superfluos, y por otro por la industria desmoronada por el aumento de coste de la extracción de petróleo que, luego de tres años de alto valor en dólares, se ha desmoronado.
Las grandes empresas ya no piensan en qué nuevo negocio se pueden montar sino principalmente en cómo desinvertir de la mejor manera posible para mantenerse en esa cresta de la ola a la que la globalización las llevó.
Los valores de alquiler de un contenedor están siendo extremadamente volátiles pero además, en el último año cayeron estrepitosamente. Clarckson Research da cuenta de cómo cayó en promedio de 1290 us$/TEU en enero de 2015 a 385 us$/TEU en marzo de 2016.
En China, el indicador que nació en 1998, el China Containerized Freight Index (CCFI) cuyo valor de inicio fue 1000 puntos (valor que venía siendo el promedio durante 2014), llegó a fines de abril de este año a su mínimo histórico: 632 puntos. Una linda manera de festejar su sexagésimo aniversario.
Lo interesante de esta sobre oferta de contenedores es cómo actualmente este "cubo mágico" se están reutilizando para solucionar otros problemas, especialmente para los problemas habitacionales o como oficinas móviles en zonas de construcción. En donde yo vivo, varias escuelas han sido ampliadas provisoriamente con contenedores (bibliotecas, salas de taller, etc.). En la arquitectura moderna la estética del contenedor ya tienen su sello, incluso en las clases más acomodadas. Así que va a ser mejor que las empresas de transporte marítimo vayan agudizando su ingenio para adaptarse a las verdaderas necesidades del ser humano. En ese otro mundo posible que sigue vigente como eslogan de los movimientos antiglobalización (aunque algunos pensamos que no sólo es posible sino que indefectible) tendremos que aprender a jugar con el cubo mágico que irá dejando la época dorada de la globalización.
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