domingo, 31 de diciembre de 2017
Octavo año de este blog
Queridos lectores,
Como siempre por estas fechas, es la hora de hacer balance de cómo se ha desarrollado este blog durante el último año, y también como siempre he escogido una imagen significativa de los temas que hemos tratado. Este año he escogido la figura 2.9 del último informe anual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Es una figura un tanto anodina comparada con las de otros años (por ejemplo el año pasado, cuando prácticamente reconoció que hemos llegado al máximo de producción de líquidos del petróleo), pero la encuentro significativa porque es la primera vez que la AIE muestra tan claramente un escenario (el tercero, Desarrollo Sostenible) que si bien no es exactamente decrecentista al menos es estabilizador y no asume un despegue extraordinario de las energías renovables sino algo más razonable habida cuenta de las posibilidades, y ya no tan lejos a lo que anticipa el modelo MEDEAS. Es por eso que destaco la gráfica: porque, por la puerta de atrás, la AIE va introduciendo elementos de lo que inevitablemente será nuestro futuro.
Como es costumbre, analicemos el pasado, presente y futuro del blog.
Pasado:
Éste ha sido, en muchos sentidos, un año de transición, o más bien de tránsito, desde una situación favorable a las economías occidentales pero desfavorable a las economías que dependen de la exportación de materias primas, a una nueva situación de estrés económico global debido al encarecimiento de las materias primas y principalmente del petróleo, que probablemente será rápido y repentino. Ha sido un año en el que la ultraderecha ha avanzado con fuerza por el Viejo Continente, y también en el Nuevo aunque fuera bajo formas más homologables, al menos en apariencia. Ha sido un año de estrés climático creciente y con mínimos de hielo marino en la banquisa ártica. Finalmente, ha sido un año especialmente turbulento en lo político para España por culpa del creciente e irresoluto conflicto catalán.
Respecto al blog, contando éste el año se cerrará con 46 posts, el menor número de posts publicados en un año y cantidad considerablemente inferior (un 20% menos) a la del año pasado (57), que era a su vez muy inferior a la de los años anteriores; este año la cantidad de posts publicados ha sido la mitad de la media histórica. El número de posts va en descenso, en parte también por el descenso de las contribuciones de otros autores (a los que nuevo agradezco su generosidad y dedicación, pues entiendo que cada vez es más difícil para todo el mundo seguir el ritmo). Con una gran cantidad de viajes al año me sigue faltando tiempo para leer, documentarme y poder escribir más posts: como siempre, intento mantener la calidad de lo que publico y eso implica, necesariamente, publicar menos. The Oil Crash sigue siendo en un lugar de referencia donde buscar información sobre el peak oil en castellano, y afortunadamente cada vez hay más páginas donde se abordan este problema y otros conexos en nuestra lengua.
Desde el punto de vista de la estadística, las discrepancias entre Google Analytics y el propio blogger son como siempre muy amplias en cifras absolutas, debido a la diferente manera que tienen de medir las visitas. Así, según Google Analytics hasta hoy ha habido 3.526.187 visitas y se han visualizado 9.239.090 páginas, mientras que según la contabilidad interna de blogger (de la que se nutre el contador que pueden ver aquí a la derecha) el número de páginas vistas (no hay estadísticas de las visitas) ha sido de más de 8.768.999 (curiosamente, la discrepancia de cifras parece estar disminuyendo). Como siempre, en lo que sigue usaré las estadísticas de Google Analytics, que son más detalladas, pero tengan siempre en cuenta estas desviaciones entre un método y otro de medida, que implican que más que fijarse en los números absolutos deben confiar más en las tendencias.
Desde el 31 de Diciembre de 2016 al 30 de Diciembre de 2017 el número de páginas vistas fue de 904.490, un 17% inferior al del anterior período anual (1.083.501), una caída menor que el descenso del 20% en el número de posts, lo que implica que este año éstos tuvieron más éxito. El número de visitantes únicos durante el último año fue de unos 131.000, que cuando se compara con los 155.000 del año pasado nos indica una caída del 15%, significativa pero menor que la del número de posts. El número medio de páginas por visita baja muy ligeramente (2,36) y la duración media de las visitas es prácticamente la misma del anterior (1'49'' este año frente a los 1'50'' del año anterior). El porcentaje de visitas recurrentes (quien viene más de una vez) ha aumentado un poco más (67,1% este año frente al 66,7% del año pasado). Todos estos números confirman la madurez del blog, que ya no atrae tanta gente nueva como antes. Si se ampliara el número de posts en 2018 es probable que los números mejoraran bastante contundentemente.
El blog sigue manteniendo una buena afluencia de público, que ha hecho que durante 2017 hayamos llegado al octavo millón de páginas vistas el 28 de abril, un poco más tarde de lo que preveía. A ritmos actuales (que es sensiblemente más bajo que antes, y se sitúa en unas de 80.000 páginas vistas al mes) lo previsible es que antes de que acabe febrero el blog llegue a los nueve millones de páginas vistas, pero, debido a la disminución del ritmo de visitas mensuales, lo más probable es que se tenga que esperar a 2019 para llegar a los diez millones.
En cuanto a la procedencia de los visitantes, durante 2017 España siguió ocupando el primer lugar con el 79,56% de los visitantes, seguida de México (2,57%), Argentina (2,53%), Francia (1,30%) y Reino Unido (1,21%). La subida de Francia y Reino Unido desplaza a Chile y Colombia a las sexta y séptima posiciones, respectivamente, en contraste a lo que se venía observando todos estos años. Llama la atención la presencia de cinco países de lengua no española entre los diez primeros de la lista (además de Francia y Reino Unido, EE.UU., Italia y Alemania). La media de tiempo de lectura de los posts cambia bastante según el país, siendo en general más larga en los de habla hispana.
En cuanto a la procedencia de los usuarios, destaca en primer lugar Facebook, donde todos los artículos son publicitados. También hay muchos usuarios que acceden al blog desde el Foro Crashoil o desde diversos diarios o blogs de actualidad y especializados.
En términos absolutos (contando desde el año 2010, inicio del blog), el número de visitantes únicos ha sido de 1.328.205, mientras que hasta el 30 de Diciembre de 2016 era 1.202.244. Este dato confirma que se ha sigue produciendo reclutamiento de nuevos lectores. En toda la historia del blog, el 62,3% de los lectores fueron recurrentes, lo que nos da unos 827.000 visitantes más o menos asiduos, un 11% más que el año pasado. Analizando el grado de penetración en el caso del país que más lectores envía, España, y asumiendo aproximadamente un 80% de españoles de esos 827.000 visitantes asiduos, eso nos da unos 662.000 españoles asiduos de estas páginas, lo cual supone casi el 1,42% de la población. Seguimos, pues, por encima del umbral simbólico del 1% donde algunos sitúan el punto de transición para conseguir la concienciación de una sociedad. Pero es evidente que sigue faltando algo, y ese algo es un hecho trascendente que sacuda las conciencias.
A día de hoy (estadísticas de blogger, en este caso) los 10 posts más vistos son "Un año sin verano" (2013), con 86.961 visualizaciones; "La España buena y la España mala" (2013), con 50.632; "Tus vecinos no se conformarán con un YA OS LO DIJE" (2015), con 46.506; "El pico del diésel" (2012), con 42.315 visualizaciones; "Digamos alto y claro: esta crisis económica no acabará nunca" (2010), con 42.020; "Vidas low cost" (2017), con 41.597; "La espiral" (2014), con 28.959; "Sucedió en el Parlament" (2016), con 28.365; "Fracking: rentabilidad energética, económica y ecológica" (2013), con 26.296; y "El colapso social" (2016), con 25.598. Dos de los 10 posts más destacados fueron publicados este año, "Vidas low cost" y "Sucedió en el Parlament", y además irrumpiendo con bastante fuerza. No es de extrañar que sean de temática más social y menos técnica, y por tanto más asequibles y transversales, además de tratar temas de candente actualidad.
Presente:
Lo más destacado acerca del blog este año es la llegada hasta los ocho millones de páginas de vistas y la caída del número de posts. Los comentarios siguen cerrados; ya saben que si quieren discutir sobre los temas aquí tratados y otros similares siempre pueden acudir al Foro Crash Oil.
Futuro:
No pasó durante 2017, pero sí que espero en 2018 una mayor atención pública a la temática del blog, básicamente porque mi previsión es que en 2018 se produzca un pico de precios del petróleo, lo que revitalizará el interés por el peak oil. Por mi parte, quiero cambiar ciertas rutinas en las que estoy inmerso ahora mismo para poder aumentar el ritmo de publicación, sobre todo de ciertos temas que me interesaría mucho tratar y que creo que tendrían también una buen acogida. Si se cumplen mis peores augurios, seguramente recibiré más estímulos para realizar y publicar más análisis. Ya veremos como se desarrolla el año que viene, pero por lo pronto promete ser movidito.
Que tengan Vds. una buena entrada de año y Feliz Año 2018.
Salu2,
AMT
sábado, 30 de diciembre de 2017
Predicciones para 2018
Queridos lectores,
Una vez más, como por estas fechas, me enfrento al difícil ejercicio de intentar adivinar cuáles son las tendencias que configurarán el año que empieza en un puñado de horas. Lo haré atendiendo, como es del interés de este blog, al problema de los recursos y ambientales, y a sus consecuencias socioeconómicas. Como siempre, debido a lo corto del plazo comparado con los tiempos propios de los procesos que pretendo describir, así como la multiplicidad de factores que intervienen, hacen de este ejercicio una pirueta difícil y arriesgada, pues las probabilidades de equivocarse son mucho más elevadas que las de acertar. Aún y con todo, creo que el ejercicio de plasmar cuáles son mis ideas sobre la actual situación es interesante por sí, más que nada con una función de prevención de los peores problemas que se podrían dar y también ejemplarizante.
Pero antes de empezar con la previsión de este año propiamente dicha, haremos como siempre un repaso de las previsiones que hicimos el año pasado, analizando cuán acertadas o equivocadas fueron.
- Comienzan a notarse la caída de la producción de petróleo: Lo cierto es que no, aún no se ha notado, justamente por el aspecto que se consideraba improbable: el aumento de inversión en fracking en los EE.UU. Aunque sea una locura, no sólo por cuestiones ambientales sino también porque es financieramente ruinoso, es exactamente eso lo que está pasando. Considero esta previsión fallida en lo esencial.
- EE.UU. lo apuesta todo al fracking: A pesar de que las explotaciones de fracking son desesperamente ruinosas, ciertamente los EE.UU. lo están apostando todo a esto, y como se preveía han conseguido remontar el máximo de producción de 2015. Esta previsión ha sido completamente correcta y más aún, hasta el punto de arruinar la anterior.
- Recesión, por fin: Llevo desde 2014 avanzando esta recesión y este año tampoco ha llegado. Previsión completamente fallida
- Auge del populismo: Esta previsión ha sido al menos parcialmente acertada. En Europa está habiendo claramente un resurgir de la xenofobia y el populismo, sobre todo en Centro Europa.
- Nuevas guerras: Afortunadamente no. Se trataba de una posibilidad más que de una certidumbre; aún así, la considero fallida.
- La España ingobernable (segundo acto): Lo cierto es que, a pesar de que todos los problemas que se apuntaban se han dado y siguen ahí, la legislatura nacional ha conseguido tirar adelante todo el año, y eso que con la cuestión catalana hubo momentos en que pareció que se hundiría. Considero la previsión parcialmente fallida (muchas de las cosas que se comentaban han estado presentes y continuarán estando ahí).
- Cataluña, colisión inminente: Previsión completamente acertada, por desgracia, ya que ha ido mucho más lejos de lo que yo acertaba a atisbar.
- El cambio climático no descansa: Desgraciadamente muy acertada, con posibles derivadas (sequía en España, si al final se demuestra que es un efecto del cambio climático) que nos afectan muy de cerca.
- Cierre de este blog: Se consideraba poco probable y afortunadamente hemos acertado.
Vayamos con las de 2018. Nada difícil de verbalizar, porque voy a hacer básicamente las mismas que hice en 2017, esperando que este año sean más acertadas.
- Caída de la producción de petróleo: Actualmente la compensación del declive del volumen total de hidrocarburos producidos se está realizando principalmente gracias al repunte del petróleo de fracking en los EE.UU. Pero los problemas han continuado aumentando en muchos productores principales y la tensión es máxima, la desinversión es generalizada excepto en el fracking, y en los EE.UU. el fracking no podrá mantenerse por mucho tiempo más con los números ruinosos que tiene. A pesar del previsible pico de precios (ver más abajo), 2018 cerrará con un descenso apreciable de la producción de hidrocarburos líquidos, que podría llegar, en el peor de los casos, a ser de alrededor de 2 millones de barriles diarios (Mb/d) menos que el máximo, actualmente conseguido en agosto de 2016.
- Pico de precios del petróleo: Considero bastante probable que el precio del petróleo crudo, por culpa del declive productivo ya anunciado, llegue a máximos no vistos desde 2008. No sé si llegaremos a tocar un precio tan elevado como los 150 dólares por barril de aquel año (aunque no es descartable que esta vez fuera incluso mayor), pero en todo caso asumo que el precio superará la barrera de los 120 dólares por barril, lo más probable hacia el mes de julio y en todo caso antes de cerrar el año, para luego precipitarse a precios mucho más bajos en medio de la grave crisis económica que desencadenará.
- Grave crisis del fracking en los EE.UU. con fuertes consecuencias políticas: Dilapidar dinero en el fracking de la manera que se está haciendo no puede seguir para siempre, y considero bastante probable que el año que viene, a pesar de que los fugaces altos precios del petróleo hagan pensar que por fin el fracking va a producir beneficios, acabe en una gravísima crisis en el sector cuando se vea que ni por ésas se realizan los beneficios esperados. El hundimiento final del fracking (que, por ser sinceros, lo más probable es que no se verifique hasta principios de 2019) generará una crisis política de grandes dimensiones, que puede lastrar de forma definitiva la presidencia de Donald Trump.
- Recesión, por fin: Un pico de precios del petróleo como el que estoy previendo desencadenaría una gran recesión global, como en 2008. En el caso concreto de las economías occidentales, incluyendo España, esta crisis arruinará todas las previsiones macroeconómicas y disparará el paro Quizá, después de tres años de repetirla infructuosamente, esta vez la previsión se cumpla.
- Nuevas guerras: Por desgracia, considero que la probabilidad del estallido de nuevas guerras, con el factor de control de los recursos más o menos explícito, va ser muy elevada durante el año que viene. Desde escaramuzas y revueltas hasta verdaderas guerras, la lista de países donde podría estallar conflictos es bastante larga: Argelia, Nigeria, Libia de nuevo, Sudán del Sur, Venezuela e incluso Arabia Saudita. Veremos qué nos depara 2018 en este aspecto.
- La España ingobernable (tercer acto): La consolidación de Ciudadanos como fuerza alternativa al PP, la revalidación de la mayoría independentista en el Parlament de Catalunya, y por último la crisis económica con el consecuente descontento social, hacen muy probable que el actual Gobierno del PP acabe finalmente por caer. Ante la perspectiva de una caótica moción de censura, el Gobierno del PP convocará elecciones anticipadas hacia el final del año, de las que saldrá un Congreso de los Diputados más fragmentado que nunca, haciendo todavía más difícil la formación de coaliciones para gobernar España.
- Cataluña, rebelión de baja intensidad: La situación de Cataluña va a volverse aún más compleja de lo que lo ha sido durante los últimos años. El punto central de la estrategia independentista será, probablemente, intentar restituir a Carles Puigdemont como President de la Generalitat. Aquellos diputados electos que todavía estén en la prisión o huidos de España para esquivar a la justicia española acabarán probablemente renunciando a sus actas para garantizar la mayoría independentista en el Parlament, con la sola excepción de Carles Puigdemont (actualmente en Bruselas) y quizá la de Oriol Junqueras (en prisión), de manera que se garantice la mayoría absoluta del bloque independentista aunque haya dos que nunca estarán en el Parlament (aunque eso les implicará apoyarse mucho en la CUP). El bloque independentista intentará que se proclame a Puigdemont presidente aunque no llegue a estar presente nunca, proponiendo una modificación del reglamento e intentando escenificar, si no lo consiguen, la anomalía que representa que el candidato con mayor apoyo parlamentario no pueda tomar posesión del cargo de President por la persecución judicial. Lo que pase después no sé que será, pero tiene pinta de que será bastante complejo: un President (o Presidenta) comodín, que representará el papel aunque "obedecerá" las órdenes de Carles Puigdemont (con amplia escenificación de las teleconferencias en los consejos de gobierno); una nueva hoja de ruta hacia la proclamación de la República Catalana pero de menor intensidad, intentando forzar los límites legales pero sin traspasarlos, una acción continua en todos los frentes jurídicos nacionales e internacionales y, para mantener la tensión en la calle, una nueva fecha a como mucho un par de años vista en la que deberá pasar algo muy importante y definitivo, de modo que actúe como acicate y tótem ilusionante. Un Procès 2.0, vaya. Debido a la crisis del Gobierno de España, lo más probable es que los independentistas catalanes aprovechen la situación para sacar mayor beneficio para sus fines. En todo caso, como digo, la situación que se dibuja parece extremadamente compleja.
- La sequía en España se agrava: Normalmente las fases agudas de las sequías en España duran un par de años y eso hace probable que la actual se prolongue aún un poco. Los problemas que tal prolongación de la sequía puede generar a nivel social no deben ser desdeñados, porque ya estamos en una situación bastante extrema, y tiene un impacto económico nada despreciable. Quizá eso sirva para hacer más evidente en la población general la necesidad de tomar medidas decididas para combatir el cambio climático. Otra cosa es que las medidas que se implementen al final sirvan para algo.
- Cierre de este blog: Los lectores más antiguos habrán observado una disminución en el ritmo de publicación, sobre todo en la recta final del año. Esto es debido a que mi trabajo principal cada vez me toma más tiempo y me implica viajar mucho más (he hecho 5 viajes sólo en el último mes). Durante el año que viene no creo que la situación varíe mucho respecto al nivel actual, con lo que veo probable que mi ritmo de publicación pase de uno a la semana que más o menos mantenía a uno cada dos semanas. Pero tengo en la recámara unos cuantos buenos posts de Beamspot y de otros autores nuevos, aparte de tres posts comenzados sobre diversos temas de interés, y confío en que con otras contribuciones que irán llegando podamos mantener el nivel de publicación en un post a la semana o más. En todo caso, no creo que haya presiones para cerrar el blog, y menos este año en que los temas que aquí se tratarán recobrarán mucho interés
Salu2,
AMT
viernes, 29 de diciembre de 2017
The Oil Crash: año 12
Queridos lectores,
Como cada año por estas fechas hago un repaso de las noticias que, a mi entender, han marcado más claramente el curso del mismo desde el punto de visto de la creciente escasez de recursos y sus impactos socio-económicos. En muchos sentidos, 2017 ha sido un año de transición, un año de espera. Lo peor de la crisis económica y financiera que empezó en 2008 y que se recrudeció en 2011 ha quedado ya superado, a pesar de que ha dejado profundas huellas: en Occidente, con unas clases medias que no son capaces de recuperar su renta disponible, y en el resto del mundo, con amenazas más cercanas e inmediatas. Hace ya tres años, en septiembre de 2014, que el precio del petróleo bajó repentinamente, después de 3 años de precios medios históricamente elevados. Ese bajo precio de la materia prima energética que es la sangre de nuestro sistema económico es lo que ha permitido a Occidente levantar cabeza mientras que ha hundido a otros países. Y eso obviamente ha desencadenado muchas consecuencias.
La revisión de hechos que ahora mostraré no pretende ser, ni mucho menos, exhaustiva, sino ofrecer un pequeño punto de complementariedad con las informaciones que verán estos días en la prensa. Un punto de vista alternativo sobre por dónde va y hacia dónde se dirige nuestra sociedad.
- Atentados en Barcelona (y en otros muchos sitios): Durante 2017 las oleadas de atentados de carácter extremista, casi siempre fundamentados en una visión obcecada del Islam, han sido la norma. Los muertos se cuentan por miles, los heridos por decenas de miles. Pocos de estos atentados llegan a trascender significativamente en las pantallas de los televisores occidentales porque pasan en países muy lejanos no geográficamente pero sí de las preocupaciones de la mayoría de la gente de aquí. Ocasionalmente, algunos de esos atentados tienen lugar en nuestro suelo y entonces experimentamos personalmente el vértigo del horror absurdo e indiscriminado del terrorismo. Eso es lo que por desgracia ha pasado este año en la ciudad donde yo trabajo, Barcelona. Unos atentados afortunadamente chapuceros, ejecutados por un grupo de jóvenes fanatizados, dejaron un reguero de muertos entre Barcelona y Cambrils, en una jornada negra de agosto de este año. Unos atentados low cost sin utilidad ni efecto a ningún otro fin que el horror por el horror mismo. La reacción de la sociedad española en su conjunto fue de unánime repulsa ante tanta barbarie, y después, poco a poco, el recuerdo de esos tristes días se ha ido borrando. Pero el de Barcelona, a pesar del impacto que nos ha causado a nosotros, ni siquiera entra destacado en el ominoso ranking de los atentados globales de 2017: de acuerdo con la lista que proporciona la Wikipedia, en 2017 se han producido 8 atentados (en Siria, Afganistán, Libia, Somalia y Egipto) con más de 100 muertos cada uno. Cada mes de 2017 ha habido en el mundo más de 100 atentados, con al menos 10 por mes que han causado más muertes que en Barcelona. Ése es el triste y desquiciado mundo en el que actualmente vivimos, aunque esta negra realidad no siempre transcienda a los medios de comunicación.
- Final del Estado Islámico: El pasado 21 de noviembre el presidente de Irán declaraba el final del Estado Islámico. Durante los últimos tiempos las fuerzas de Irak, Iran y Siria han actuado conjuntamente para arrinconar al autoproclamado califato, que llevaba operando en la zona desde 2014. El papel que habrá tenido Arabia Saudita, probablemente suspendiendo su subrepticio apoyo a Daesh, es algo que tardaremos años en saber. El caso es que tras la caída de Mosul y otras ciudades importantes, la superestructura del Estado Islámico se puede considerar completamente desarticulada. Eso no quiere decir, obviamente, que todos los combatientes de Estado Islámico hayan sido aniquilados, sino que pasamos a una nueva fase del conflicto que en realidad es una vieja: grupos terroristas clandestinos, atentados indiscriminados, etc. Esencialmente, una puesta al día de Al Qaeda. La caída del Estado Islámico probablemente no tendrá efectos positivos sobre la plaga del terrorismo global (si no la empeora), y simplemente cambiará quién se beneficia de la venta del petróleo que se produce en la zona.
- Las otras guerras: Nada ha cambiado respecto al año pasado. Algunos países, como Ucrania y Yemen, no consiguen salir del agujero de guerra y destrucción donde cayeron, mientras que negros nubarrones se dibujan en el horizonte para muchos países, como Argelia, Nigeria y media docena más; incluso Venezuela, donde la producción de petróleo cae ya a un ritmo del 14% anual podría precipitarse en un importante conflicto civil, más si cabe si se desencadena una nueva crisis económica global.
- El problema invisible: los refugiados: Si Vd. le pregunta a una persona por la calle cómo está actualmente la situación de los refugiados que huían de la guerra de Siria y de otras guerras, lo más probable es que le diga que no lo sabe. Es un tema del cual prácticamente ya no se habla. En parte porque el flujo de refugiados ya no es tan intenso, es cierto, aunque no siempre por buenas razones (recuerden la vergonzosa coacción de Italia y Libia a la ONG Open Arms cuando ésta última intentaba rescatar refugiados en medio del Mediterráneo). Pero aún hay centenares de miles de refugiados hacinados en campos de concentración principalmente entre Grecia y Turquía, en condiciones precarias y sin poder asentarse en Europa ni tener la posibilidad de rehacer sus vidas. El problema no ha desaparecido, sigue ahí pero simplemente no se habla de él. Sshh, no hagan ruido.
- Sequía intensa en España: España en su conjunto está sufriendo el año más seco desde 1965, y si se va al detalle en algunas zonas de España no hay registros de una sequía tan fuerte como la de este año. Y eso pasa en particular en Galicia, que está en la llamada España húmeda, donde este año los incendios forestales han arrasado una enorme masa forestal, al mismo tiempo que el norte de Portugal también ardía. Las pérdida de cobertura boscosa juntamente con las escorrentías de las cenizas (cuando llueva) y la llegada de los fuertes temporales de finales de este año, unido a la propia sequía, puede producir cambios drásticos en la estructura ecosistémica de Galicia y pone en peligro su actual condición de vergel atlántico. El estrés hídrico de Galicia se manifiesta en las dificultades de las explotaciones agropecuarias y también en el suministro de agua a grandes ciudades como Vigo. En el extremo opuesto de la Península, el bajo caudal del río Tajo imposibilita trasvasar agua a la cuenca del Segura y pone en serio peligro la viabilidad de la huerta murciana si la situación se prolonga en demasía. Entre medias, en las dos Castillas, los embalses están en mínimos y en algunas zonas ya no tienen agua para dar de beber al ganado. Probablemente éste es el problema más grave que está sufriendo ahora mismo España, pero su eco queda acallado por las convulsiones políticas (a las que luego me referiré) y también por el enorme grado de alienación de la Naturaleza, de la tierra misma, que tiene la población general, que se piensa que si no tiene agua en el grifo entonces la comprará embotellada y que no se plantea de dónde salen los alimentos que come.
- Otro año de precio del petróleo estancado, pero..: Este año hemos continuado con la tregua que ha dado el precio del petróleo, que se ha mantenido alrededor de los 50 dólares por barril durante la mayoría del año. Esto ha sido tremendamente conveniente para las economías occidentales, incluyendo los EE.UU., que son netamente importadoras de grandes cantidades de petróleo. Sin embargo, a final de año se ha observado una tendencia creciente que ya dura unos meses y que probablemente anticipa lo que tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como el banco HSBC prevén para el año 2018: un fuerte repunte del precio del petróleo, debido, por una parte, a la disminución de los stocks almacenados previamente, y por la otra, a la fuerte caída en la inversión petrolífera. Todo apunta a que el año 2018 es un año de fuerte riesgo de que se produzca un nuevo pico de precios.
- Desinversión en petróleo (excepto EE.UU.): De acuerdo con las estadísticas que proporciona la AIE, después de una caída del 46% en el bienio de 2014 a 2016, de 2016 a 2017 se ha observado un ligero repunte, del 6%, en la inversión global en exploración y desarrollo de nuevos pozos de petróleo y otras explotaciones de hidrocarburos líquidos.
Sin embargo, este repunte es sólo debido al fuerte aumento de inversión en los EE.UU., quien ha incrementado un 50% la inversión en upstream actualmente para generar tan sólo un leve aumento de la producción global: el petróleo de fracking norteamericano supone solamente el 5% de la producción global y cada vez cuesta más mantener su producción, pues los pozos duran poco tiempo y hay que perforar nuevos a un ritmo creciente, y aún más debido a que se ha explotado primero los pozos más rentables y van quedando los más marginales para el final. De hecho, como suele explicar Art Berman, el fracking es un negocio ruinoso, cosa ya más que verificada tras 7 años de explotación. El actual incremento de inversión en un negocio que se iba a pique sólo puede explicarse por las políticas proteccionistas de Donald Trump, que está favoreciendo la producción doméstica aunque eso implique el empobrecimiento de su país, en una idea completamente equivocada de intentar ser el que más tiempo aguante. Y a pesar de todo eso, a escala global el tenue incremento de inversión de este año no compensa en absoluto las caídas de los dos años previos, máxime cuando el grueso de la inversión de ha concentrado en el peor de los recursos disponibles y el que menos rendimiento tiene, con lo que el descenso de la producción en los próximos e inmediatos años (por las razones que ya discutimos en su momento) parece completamente imposible de evitar.
- ... y también en renovables: Podría pensarse que las malas perspectivas del sector de los hidrocarburos, con unos precios de venta excesivamente bajos para los productores, debería favorecer a la industria de generación de energía renovable, pero parece que tampoco es ese el caso. Como muestra el gráfico de Bloomberg que acompaña a estas líneas, que corresponde al tercer trimestre de 2017, la tendencia no es en absoluto creciente y más bien tiene una cierta tendencia decreciente. No es fácil caracterizar la tendencia en el sector, pues como el gráfico de inversión trimestral de aquí arriba muestra hay repetidos ciclos de inversión típicamente anuales (las visibles "escaleras de 4 peldaños" en la franja roja, que corresponde a la región de Asia Pacífico, muy dominada por la economía china, tan planificada a nivel central). El gráfico también muestra una disminución rápida de la inversión en Europa, Oriente Medio y África, sólo compensada ligeramente por la que se ejecuta en América (todo el continente). En todo caso, da la impresión de que hay un punto de inflexión en la inversión renovable, un verdadero cambio de tendencia, que habrá que seguir con atención durante los próximos años, tratando de dilucidar qué parte de esta menor inversión proviene del abaratamiento de las tecnologías y qué parte proviene de la falta de interés de los inversionistas.
- Evolución del PIB mundial: Todos los indicadores avanzados apuntan a que el PIB mundial este año aumentará, y no sólo a escala global sino en la mayoría de los países, incluyendo a la mayoría de las economías occidentales. Se diría que en este momento se está sacando el máximo partido del abaratamiento de la energía y se deja atrás los dos años previos de estancamiento e incluso retroceso. Cuando se produzca el próximo pico de precios del petróleo podremos dilucidar hasta qué punto la recuperación económica era sólida o sólo un espejismo favorecido por el bajo precio del petróleo.
Éste es el resumen del año que pronto acaba. En seguida discutiré mis previsiones para el año que comenzará. Permanezcan en sintonía.
Salu2,
AMT
lunes, 4 de diciembre de 2017
El Ocaso del Petróleo: Edición de 2017
Queridos lectores,
Como cada año desde 2012, tras salir cada edición del informe anual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el World Energy Outlook (WEO), hago un análisis pormenorizado sobre qué significa la previsión de producción de petróleo del escenario central del WEO en términos de volumen de hidrocarburos líquidos, energía bruta y energía neta, tanto con hipótesis muy conservadoras como utilizando otras más drásticas pero probablemente más realistas. Un ejercicio que encuentro bastante revelador, aunque el objetivo del mismo ha ido variando ligeramente con el paso de los años.
Cuando lo hice por primera vez en el año 2012 fue porque me alarmaba la manipulación obvia que se hacía en ese informe de la producción de petróleo crudo convencional de los campos existentes, cambiando el ritmo de decaimiento anual que ya se estaba observando (en aquel entonces, un 5% anual) por uno considerablemente más suave (3,3% anual), y que a pesar de esa manipulación y otras perceptibles (por ejemplo, el ritmo de descubrimientos de nuevos yacimientos, exagerado muy notablemente) ya en el escenario de referencia se preveía una ligera caída de la producción de petróleo crudo. Mi propósito con aquel primer "El Ocaso del Petróleo" era mostrar que, si se le quitaban las manipulaciones más obvias, el propio escenario de la AIE nos mostraba el declive de la producción de petróleo crudo.
Con el paso del tiempo, siempre que he dispuesto de los datos he repetido el análisis para constatar que la mayoría de los problemas avanzados no hacían otra cosa que agravarse con el tiempo (por ejemplo, la caída de producción de los campos ya existentes se sitúa ya en el 6,2% anual, como se explicaba con mucho detalle en la edición de 2016 del WEO). De hecho, el único punto verdaderamente positivo y que ha retrasado un poco lo peor de lo esperado ha sido la fuerte irrupción del petróleo de fracking de los EE.UU., que durante unos pocos años ha podido compensar un declive que cada vez se hace más patente. Sin embargo, las tendencias de base, agravadas encima por la fuerte desinversión de las industrias del sector, hace anticipar una evolución aún peor de lo prevista. Y a pesar de ello la AIE nos deleita cada año con un escenario donde las cifras formalmente suman lo que tienen que sumar, aunque con explicaciones variopintas y bastante variables año tras año. De modo que con el tiempo "El Ocaso del Petróleo" me está sirviendo para comprobar que, a pesar de los diferentes maquillajes, la tendencia a medio y largo plazo es, consistentemente a pesar de las diferentes técnicas de camuflaje, hacia el declive.
Este año es peculiar por diversos motivos. Por un lado, la AIE vuelve a poner el foco, como ya hiciera en 2012, en previsiones muy optimistas sobre la evolución del fracking en los próximos años, a pesar de que ya es más abrumadora que nunca la demoledora evidencia de que es un negocio ruinoso en cualquier escenario de precios. La segunda peculiaridad del momento actual es que la AIE ha introducido un nuevo escenario que se llama Desarrollo Sostenible, que aunque no es su escenario central para aproximarse más al curso previsible de los acontecimientos en lo que al petróleo se refiere. Pero no anticipemos acontecimientos y examinemos los datos.
Escenario central.
En la Tabla 4.5 el WEO 2017 nos ofrece los datos con las previsiones para los próximos años para el escenario de Nuevas Políticas.
A diferencia de lo que pasaba en el WEO 2016, esta vez no tenemos el alto nivel de detalle sobre la producción de los diversos tipos de yacimiento ya existente, así que no podremos desglosar su evolución. Para mayor agravamiento, este año nos vuelven a desglosar la Recuperación Mejorada de Petróleo (Enhanced Oil Recovery, EOR), que encima resulta ser una cantidad bastante significativa a final del período (nada menos que 4,3 millones de barriles diarios, Mb/d). En 2015 seguí el criterio de que esta categoría debía ser acumulada a la producción de petróleo de yacimientos ya existentes porque es sobre todo en éstos donde se aplica. Sin embargo, al comparar la gráfica que me resultaba de hacer esa hipótesis con la del año pasado me di cuenta de que la única forma de hacer compatibles ambas gráficas es que en realidad el EOR se debe contar en la categoría de "Campos por desarrollar", lo cual es un hallazgo importante: la AIE separa los proyectos de expansión de los campos existentes de los proyectos por desarrollar cuando le interesa hacer alguna maquinación contable, como luego veremos.
Como ya se ve en las gráficas de arriba, los tipos de hidrocarburo líquido que podremos considerar, serán, por tanto, el petróleo crudo convencional de "Campos ya existentes" (franja verde en las gráficas), el crudo convencional de "Campos por desarrollar" (franja roja) y el crudo convencional de los "Campos aún por descubrir" (franja morada). En la categoría de no convencionales tenemos los "Líquidos del gas natural"
(azul grisáceo), el "Petróleo ligero de roca compacta" (LTO, franja naranja oscuro), los "Petróleos pesados" (franja naranja intermedio) y "Otros" (franja naranja claro). La rúbrica "Otros" en este caso excluye los biocombustibles, porque en otra de las trampas contables de la AIE en el WEO de este año se los contabiliza como energía renovable, y por tanto en "Otros" lo que queda son las conversiones gases-a-líquidos, carbón-a-líquidos y cosas semejantes, siendo por tanto muy minoritaria. Para finalizar, tenemos la aberración contable de las "Ganancias de proceso" (franja gris claro), que representa la expansión volumétrica de los productos del petróleo al ser tratados en una refinería, sin ganancia real de energía, como ya hemos explicado otros años. El orden de apilamiento en las gráficas sucesivas será el del enunciado que acabo de hacer, por consistencia entre los distintos tipos de hidrocarburo y también con la representación que usamos en anteriores ediciones de "El Ocaso del Petróleo" excepto en la de 2016.
Para dar perspectiva a la gráfica, añado los datos de los años ya pasados, extraídos de anteriores WEOs. Me veo obligado a incorporar el año 2020 del WEO 2016 porque de manera bastante extraña no está dado en la tabla de este año.
Antes de comenzar a discutir las gráficas de este año, resulta interesante destacar la comparación entre las previsiones que se realizaban en el WEO 2016 y en el WEO 2017. En la siguiente gráfica muestro los diferencias según el tipo de hidrocarburo líquido (siempre es dato del WEO 2017 menos dato de WEO 2016, así que un valor positivo indica un mayor valor en 2017 y uno negativo un mayor valor en 2016). He añadido una barra negra que representa las diferencias de los totales de hidrocarburos líquidos.
Como se ve en el gráfico, en el WEO 2017 los totales de cada año de 2025 a 2040 son superiores respecto a los valores del WEO 2016. La clave está, por supuesto, en el fuerte crecimiento del LTO, a todas luces completamente irrealista. Llama la atención que también una apreciable mayor producción de petróleo crudo que proviene de campos ya existentes en el WEO 2017 respecto al WEO 2016, fruto de que se considera que el declive de los campos existentes es tan sólo del 4,2% anual cuando la propia AIE dejaba claro en el WEO 2016 que ésta es del 6,2% anual y no se ha producido ningún cambio que justifique una atenuación de la caída (más bien al contrario). Esa subida es necesaria para compensar la más que considerable caída de los "Campos por desarrollar" en el WEO 2017 respecto al WEO 2016, y es que en el WEO 2017 han tenido que acomodar el hecho de que la falta de inversión va a afectar al desarrollo de los campos de petróleo crudo futuros (y eso que en el WEO 2017 aquí estoy acumulando toda la Recuperación mejorada de petróleo).
Veamos cómo quedan las gráficas de evolución según miramos a la energía que representan. La gráfica de referencia es la del volumen de producción, que es igual que la que mostré arriba pero con las franjas apiladas de manera más coherente, por grupos de petróleo.
Cómo se ve en la gráfica, hay una ligera caída de la producción de petróleo crudo (las tres franjas inferiores), desde los 70 Mb/d en 2015 hasta los 64,1 Mb/d en 2040, ligeramente inferior a lo que se avanzaba en anteriores WEOs. De hecho, este es el WEO donde más retrocede la producción de crudo convencional, como se muestra en la siguiente gráfica comparativa, extraída del artículo "Does the IEA try to hide the conventional crude oil peak in its 2017 World Energy Outlook?", de Crudeoilpeak.info:
Procedamos a estimar, con los factores usuales, la energía bruta que proviene de estos hidrocarburos líquidos. Como siempre, consideraremos que los petróleos no convencionales, todos ellos, contienen sólo el 70% de la energía bruta en volumen del petróleo convencional, y que por supuesto las "Ganancias de proceso" no aumentan la energía del petróleo. El resultado es como sigue:
Como siempre, se ve un cuadro algo menos boyante que el triunfalista de la AIE, con un crecimiento muy débil de la energía bruta en los próximos años.
Si estimamos ahora la energía neta con los factores usuales (TRE de 20 para campos existentes, 5 para Campos por desarrollar, 3 para Campos aún por descubrir, 5 para los Líquidos del gas natural, 2 para el LTO y el petróleo pesado y de 1 - es decir, sin energía neta- para los Otros), lo que nos queda es:
En consonancia con las anteriores ediciones de "El Ocaso del Petróleo" se observa que probablemente 2015 fue la cima de la energía neta (se recuerda que, dada la granulosidad de los datos, que van de 5 en 5 años, la precisión de esa fecha es lógicamente de +- 2,5 años).
Por último, una estimación más realista de la energía neta implicaría corregir la caída de la producción proveniente de los Campos existentes del 4,2% anual que le ha impuesto el WEO 2017 y ponerle el 6,2% anual real, tener en cuenta que la mitad de los Campos por desarrollar no se desarrollarán nunca por escaso rendimiento, tomar un cuarto de los Campos aún por descubrir porque la AIE está exagerando el ritmo de descubrimiento (ya es actualmente un sexto de la media de las últimas décadas, pero dejo un cuarto por comparar con las ediciones de otros años), que de los Líquidos del gas natural se podría aprovechar un tercio como sustituto del petróleo para ciertas aplicaciones petroquímicas, y que el LTO y de los petróleos pesados se podría aprovechar como mucho la mitad. El resultado se expresa en la siguiente gráfica:
Gráfica que se compara bastante bien con la que obtuvimos el año pasado y que reproduzco aquí debajo.
La razón de la similitud global viene del hecho que la fracción que más peso tiene es el petróleo crudo convencional, que aún hoy en día representa casi el 80% del total, y una vez que se fija de manera realista su declive esta fracción arrastra al conjunto de las otras cuando se las expresa en energía neta, porque tienen muy poca.
Conclusiones:
Con cada nueva edición de su World Energy Outlook la AIE se ve obligada a hacer nuevos equilibrios contables para no aceptar la cruda realidad de que hay muchas piezas que ya no encajan en el cada vez más desequilibrado puzzle de la producción de hidrocarburos líquidos. Donde antes se apostaba por la inversión en nueva producción ahora se ha de fiar todo al fracking, toda vez que el proceso de desinversión global excepto en los EE.UU. impide apostar a otro caballo. Cuando se vea que el fracking es también, necesariamente, una apuesta perdedora a pesar del espejismo de los EE.UU., a la AIE no le van a quedar más posibles escapatorias y quizá entonces tendrá que aceptar que, se haga lo que se haga, la producción de hidrocarburos líquidos va a decrecer durante las próximas décadas, y posiblemente de manera bastante precipitada. Lo interesante de estos ejercicios de la serie "El Ocaso del Petróleo" es que se ve que, al margen de los maquillajes contables, la fracción dominante en cuanto a la energía neta es y ha sido siempre el petróleo crudo convencional, y es en él en realidad en el que nos deberíamos de fijar para anticipar por dónde van a ir los próximos años.
Salu2,
AMT
Como cada año desde 2012, tras salir cada edición del informe anual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el World Energy Outlook (WEO), hago un análisis pormenorizado sobre qué significa la previsión de producción de petróleo del escenario central del WEO en términos de volumen de hidrocarburos líquidos, energía bruta y energía neta, tanto con hipótesis muy conservadoras como utilizando otras más drásticas pero probablemente más realistas. Un ejercicio que encuentro bastante revelador, aunque el objetivo del mismo ha ido variando ligeramente con el paso de los años.
Cuando lo hice por primera vez en el año 2012 fue porque me alarmaba la manipulación obvia que se hacía en ese informe de la producción de petróleo crudo convencional de los campos existentes, cambiando el ritmo de decaimiento anual que ya se estaba observando (en aquel entonces, un 5% anual) por uno considerablemente más suave (3,3% anual), y que a pesar de esa manipulación y otras perceptibles (por ejemplo, el ritmo de descubrimientos de nuevos yacimientos, exagerado muy notablemente) ya en el escenario de referencia se preveía una ligera caída de la producción de petróleo crudo. Mi propósito con aquel primer "El Ocaso del Petróleo" era mostrar que, si se le quitaban las manipulaciones más obvias, el propio escenario de la AIE nos mostraba el declive de la producción de petróleo crudo.
Con el paso del tiempo, siempre que he dispuesto de los datos he repetido el análisis para constatar que la mayoría de los problemas avanzados no hacían otra cosa que agravarse con el tiempo (por ejemplo, la caída de producción de los campos ya existentes se sitúa ya en el 6,2% anual, como se explicaba con mucho detalle en la edición de 2016 del WEO). De hecho, el único punto verdaderamente positivo y que ha retrasado un poco lo peor de lo esperado ha sido la fuerte irrupción del petróleo de fracking de los EE.UU., que durante unos pocos años ha podido compensar un declive que cada vez se hace más patente. Sin embargo, las tendencias de base, agravadas encima por la fuerte desinversión de las industrias del sector, hace anticipar una evolución aún peor de lo prevista. Y a pesar de ello la AIE nos deleita cada año con un escenario donde las cifras formalmente suman lo que tienen que sumar, aunque con explicaciones variopintas y bastante variables año tras año. De modo que con el tiempo "El Ocaso del Petróleo" me está sirviendo para comprobar que, a pesar de los diferentes maquillajes, la tendencia a medio y largo plazo es, consistentemente a pesar de las diferentes técnicas de camuflaje, hacia el declive.
Este año es peculiar por diversos motivos. Por un lado, la AIE vuelve a poner el foco, como ya hiciera en 2012, en previsiones muy optimistas sobre la evolución del fracking en los próximos años, a pesar de que ya es más abrumadora que nunca la demoledora evidencia de que es un negocio ruinoso en cualquier escenario de precios. La segunda peculiaridad del momento actual es que la AIE ha introducido un nuevo escenario que se llama Desarrollo Sostenible, que aunque no es su escenario central para aproximarse más al curso previsible de los acontecimientos en lo que al petróleo se refiere. Pero no anticipemos acontecimientos y examinemos los datos.
Escenario central.
En la Tabla 4.5 el WEO 2017 nos ofrece los datos con las previsiones para los próximos años para el escenario de Nuevas Políticas.
A diferencia de lo que pasaba en el WEO 2016, esta vez no tenemos el alto nivel de detalle sobre la producción de los diversos tipos de yacimiento ya existente, así que no podremos desglosar su evolución. Para mayor agravamiento, este año nos vuelven a desglosar la Recuperación Mejorada de Petróleo (Enhanced Oil Recovery, EOR), que encima resulta ser una cantidad bastante significativa a final del período (nada menos que 4,3 millones de barriles diarios, Mb/d). En 2015 seguí el criterio de que esta categoría debía ser acumulada a la producción de petróleo de yacimientos ya existentes porque es sobre todo en éstos donde se aplica. Sin embargo, al comparar la gráfica que me resultaba de hacer esa hipótesis con la del año pasado me di cuenta de que la única forma de hacer compatibles ambas gráficas es que en realidad el EOR se debe contar en la categoría de "Campos por desarrollar", lo cual es un hallazgo importante: la AIE separa los proyectos de expansión de los campos existentes de los proyectos por desarrollar cuando le interesa hacer alguna maquinación contable, como luego veremos.
Hidrocarburos líquidos o "todos los líquidos del petróleo" según el escenario de Nuevas Políticas propuesto en el WEO 2016. El eje vertical está expresado en millones de barriles por día (Mb/d) |
Como ya se ve en las gráficas de arriba, los tipos de hidrocarburo líquido que podremos considerar, serán, por tanto, el petróleo crudo convencional de "Campos ya existentes" (franja verde en las gráficas), el crudo convencional de "Campos por desarrollar" (franja roja) y el crudo convencional de los "Campos aún por descubrir" (franja morada). En la categoría de no convencionales tenemos los "Líquidos del gas natural"
(azul grisáceo), el "Petróleo ligero de roca compacta" (LTO, franja naranja oscuro), los "Petróleos pesados" (franja naranja intermedio) y "Otros" (franja naranja claro). La rúbrica "Otros" en este caso excluye los biocombustibles, porque en otra de las trampas contables de la AIE en el WEO de este año se los contabiliza como energía renovable, y por tanto en "Otros" lo que queda son las conversiones gases-a-líquidos, carbón-a-líquidos y cosas semejantes, siendo por tanto muy minoritaria. Para finalizar, tenemos la aberración contable de las "Ganancias de proceso" (franja gris claro), que representa la expansión volumétrica de los productos del petróleo al ser tratados en una refinería, sin ganancia real de energía, como ya hemos explicado otros años. El orden de apilamiento en las gráficas sucesivas será el del enunciado que acabo de hacer, por consistencia entre los distintos tipos de hidrocarburo y también con la representación que usamos en anteriores ediciones de "El Ocaso del Petróleo" excepto en la de 2016.
Para dar perspectiva a la gráfica, añado los datos de los años ya pasados, extraídos de anteriores WEOs. Me veo obligado a incorporar el año 2020 del WEO 2016 porque de manera bastante extraña no está dado en la tabla de este año.
Antes de comenzar a discutir las gráficas de este año, resulta interesante destacar la comparación entre las previsiones que se realizaban en el WEO 2016 y en el WEO 2017. En la siguiente gráfica muestro los diferencias según el tipo de hidrocarburo líquido (siempre es dato del WEO 2017 menos dato de WEO 2016, así que un valor positivo indica un mayor valor en 2017 y uno negativo un mayor valor en 2016). He añadido una barra negra que representa las diferencias de los totales de hidrocarburos líquidos.
Veamos cómo quedan las gráficas de evolución según miramos a la energía que representan. La gráfica de referencia es la del volumen de producción, que es igual que la que mostré arriba pero con las franjas apiladas de manera más coherente, por grupos de petróleo.
Evolución de la producción de hidrocarburos líquidos en volumen según el escenario "Nuevas Políticas" del WEO 2017. |
Cómo se ve en la gráfica, hay una ligera caída de la producción de petróleo crudo (las tres franjas inferiores), desde los 70 Mb/d en 2015 hasta los 64,1 Mb/d en 2040, ligeramente inferior a lo que se avanzaba en anteriores WEOs. De hecho, este es el WEO donde más retrocede la producción de crudo convencional, como se muestra en la siguiente gráfica comparativa, extraída del artículo "Does the IEA try to hide the conventional crude oil peak in its 2017 World Energy Outlook?", de Crudeoilpeak.info:
Procedamos a estimar, con los factores usuales, la energía bruta que proviene de estos hidrocarburos líquidos. Como siempre, consideraremos que los petróleos no convencionales, todos ellos, contienen sólo el 70% de la energía bruta en volumen del petróleo convencional, y que por supuesto las "Ganancias de proceso" no aumentan la energía del petróleo. El resultado es como sigue:
Energía bruta de los hidrocarburos líquidos en el escenario Nuevas Políticas del WEO 2017, expresada en millones de barriles de petróleo equivalente por día (Mboe/d). |
Como siempre, se ve un cuadro algo menos boyante que el triunfalista de la AIE, con un crecimiento muy débil de la energía bruta en los próximos años.
Si estimamos ahora la energía neta con los factores usuales (TRE de 20 para campos existentes, 5 para Campos por desarrollar, 3 para Campos aún por descubrir, 5 para los Líquidos del gas natural, 2 para el LTO y el petróleo pesado y de 1 - es decir, sin energía neta- para los Otros), lo que nos queda es:
Energía neta de los hidrocarburos líquidos en el escenario Nuevas Políticas del WEO 2017, expresada en millones de barriles de petróleo equivalente por día (Mboe/d). |
En consonancia con las anteriores ediciones de "El Ocaso del Petróleo" se observa que probablemente 2015 fue la cima de la energía neta (se recuerda que, dada la granulosidad de los datos, que van de 5 en 5 años, la precisión de esa fecha es lógicamente de +- 2,5 años).
Por último, una estimación más realista de la energía neta implicaría corregir la caída de la producción proveniente de los Campos existentes del 4,2% anual que le ha impuesto el WEO 2017 y ponerle el 6,2% anual real, tener en cuenta que la mitad de los Campos por desarrollar no se desarrollarán nunca por escaso rendimiento, tomar un cuarto de los Campos aún por descubrir porque la AIE está exagerando el ritmo de descubrimiento (ya es actualmente un sexto de la media de las últimas décadas, pero dejo un cuarto por comparar con las ediciones de otros años), que de los Líquidos del gas natural se podría aprovechar un tercio como sustituto del petróleo para ciertas aplicaciones petroquímicas, y que el LTO y de los petróleos pesados se podría aprovechar como mucho la mitad. El resultado se expresa en la siguiente gráfica:
Estimación más realista de la energía neta de los hidrocarburos líquidos en el escenario Nuevas Políticas del WEO 2017, expresada en millones de barriles de petróleo equivalente por día (Mboe/d). |
Gráfica que se compara bastante bien con la que obtuvimos el año pasado y que reproduzco aquí debajo.
Estimación más realista de la energía neta de los hidrocarburos líquidos en el escenario Nuevas Políticas del WEO 2016, expresada en millones de barriles de petróleo equivalente por día (Mboe/d). |
La razón de la similitud global viene del hecho que la fracción que más peso tiene es el petróleo crudo convencional, que aún hoy en día representa casi el 80% del total, y una vez que se fija de manera realista su declive esta fracción arrastra al conjunto de las otras cuando se las expresa en energía neta, porque tienen muy poca.
Conclusiones:
Con cada nueva edición de su World Energy Outlook la AIE se ve obligada a hacer nuevos equilibrios contables para no aceptar la cruda realidad de que hay muchas piezas que ya no encajan en el cada vez más desequilibrado puzzle de la producción de hidrocarburos líquidos. Donde antes se apostaba por la inversión en nueva producción ahora se ha de fiar todo al fracking, toda vez que el proceso de desinversión global excepto en los EE.UU. impide apostar a otro caballo. Cuando se vea que el fracking es también, necesariamente, una apuesta perdedora a pesar del espejismo de los EE.UU., a la AIE no le van a quedar más posibles escapatorias y quizá entonces tendrá que aceptar que, se haga lo que se haga, la producción de hidrocarburos líquidos va a decrecer durante las próximas décadas, y posiblemente de manera bastante precipitada. Lo interesante de estos ejercicios de la serie "El Ocaso del Petróleo" es que se ve que, al margen de los maquillajes contables, la fracción dominante en cuanto a la energía neta es y ha sido siempre el petróleo crudo convencional, y es en él en realidad en el que nos deberíamos de fijar para anticipar por dónde van a ir los próximos años.
Salu2,
AMT