sábado, 25 de abril de 2020

El decrecimiento futuro de la industria automotriz



Queridos lectores:

Tenía intención de sacar el siguiente post de la serie "Hoja de Ruta" esta semana, pero entre la cantidad tan monumental de trabajo que tengo (inclinación de sombrero antes las bondades del teletrabajo y la teleescuela) y que era imperativo sacar un artículo sobre la evolución del precio del petróleo y sus consecuencias, simplemente no ha podido ser. Afortunadamente, Héctor Maquieira me ha enviado el siguiente post, que comparto con Vds., escrito precariamente desde su teléfono móvil ya que ahora no tiene acceso a otros medios - signo de nuestros tiempos.

Su post es una reflexión sobre cuál es el futuro que le espera a la automoción, más allá de una industria que obviamente sufrirá un fuerte decrecimiento en los próximos años.

Les dejo con Héctor.

Salu2.
AMT


EL DECRECIMIENTO FUTURO DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ.

La sustentabilidad económica de un sistema capitalista depende fundamentalmente del crecimiento sostenido del mismo.

Pero... la termodinámica y la física nos enseñan que el crecimiento sostenido es insostenible. 

Es evidente que el sistema capitalista está llegando al límite del crecimiento sustentable, tras lo cual resulta inevitable una siguiente fase de decrecimiento.

Dentro del sistema hay dos sectores que se visualiza serán de entre los primeros en pasar a modo decreciente: el comercial aeronáutico y el automotriz.

Nos concentraremos en El Segundo.

Alguna vez tuve un jefe que contaba que en la década del '60 pudo comprarse un Fiat 600 0km con los ahorros de tres años de su sueldo de cadete.

Claro, eran otras épocas.
Los sueldos eran proporcionalmente más altos, y los autos más baratos.
Agréguese a ello que eran más económicos de mantener, que el combustible era más accesible y que las ciudades disponían todavía de espacio.

Eran otras épocas en las que la industria automotriz estaba creciendo y tenía margen de maniobra suficiente para seguir haciéndolo.

Hoy la tortilla se ha dado vuelta.

Hoy los  sueldos tienen mucho menor poder adquisitivo, y los automóviles se han vuelto demasiado onerosos.
A eso súmese que son más caros de mantener, que el combustible no para de subir y encima que las ciudades ya no tienen espacio.

Como vemos, una perfecta concatenación de causas al mejor estilo de la teoría C'-C'.

Hay casos especiales como el de la ciudad de Buenos Aires en donde las automotrices han hecho un fuerte lobby para evitar el crecimiento y modernización de las redes de metro.

Esta medida les benefició enormemente al principio, pero luego generó el efecto boomerang, advertido por el Prof. inf. Enrique Argentino Porta, que por supuesto no importa, que pronosticaba el punto de saturación de movilidad cero.

Sin trenes el parque automotor expandió hasta saturar la superficie citadina, tornando el uso del auto más un problema que una conveniencia.

Las autopistas que eran la maravilla de los '90 se tornaron en la pesadilla de los '20.

Como es lógico esta concatenación mixta de factores está llevando a una caída creciente de venta de autos, tras lo cual las automotrices lloran al gobierno en procura de más subsidios. 

Se ha pasado ya el pico máximo posible de ventas, por lo que desde aquí o bien se entra en meseta o se pasa a fase decreciente.

Esta circunstancia obliga, sí o sí, a que no queda otra que adaptarse al nuevo escenario o... extinguirse.

La base de sustentabilidad del sistema capitalista es el consumo.

Y si el ciudadano no tiene resto en el bolsillo, pues el sistema termina no siendo rentable.

Hasta ahora la técnica usada ante escenarios de déficit es la de subsidiar a las empresas, lo que lleva al vicio que estas, al no tener ya pérdidas, dejan de ser eficientes, y en ello el sistema de colectivos de Buenos Aires es un excelente ejemplo de este caso.

Pero... existe una segunda opción, la cual es subsidiar al consumidor para fomentar  el consumo, opción está que se ha empezado a aplicar en dicho sistema de transporte. Intentaré ampliar esto en otro artículo para así poder concentrarme en el futuro de la actividad automotriz.

Hoy se subsidia a las automotrices, pero el cuello de botella del problema es que el comprador no tiene dinero, por lo que la empresa sigue facturando y ganando cada vez con menos ventas. Un negocio redondo.

Pero la resultante de este sistema de Capitalismo socialista son empresas parásitas en un mercado altamente empobrecido.

Por ende hay dos posibles soluciones al problema de la caída de consumo. O se traslada el subsidio al ciudadano para que este consuma y mueva la rueda, o se pasa a un sistema innominado de corte no monetario y colectivista.

Lo más probable, dado el corto plazo, es que se mantenga el sistema de Capitalismo socialista hasta donde los Estados puedan, por lo que las automotrices tendrían garantizado un sustento, pero que sería pan para hoy y hambre para mañana, pues el problema no está en la cúspide, sino en el socavamiento de la base. El ídolo de oro con pies de barro mencionado en la Biblia.

Aquellas automotrices que quieran sobrevivir deberán entender que el decrecimiento es inevitable, y que este requiere de una administración y gerenciación especializada, y no convencional, cosa que no es fácil.

La adaptabilidad es la base de la supervivencia, y de eso se trata esta nueva etapa de crisis económica que se avecina.

El automóvil particular será privilegio para pocos, pero el transporte seguirá siendo necesario, y esto es importante tenerlo en cuenta.

La supervivencia de las automotrices depende de una diversificación no convencional en las siguientes áreas.

1- AUTOS PARTICULARES.
Serán para unos pocos que puedan pagarlos. Habrá que disputarse un mercado reducido de lujo, alta gama y muy alta gama.  Evidentemente series limitadas de vehículos exclusivos.

2- AUTOS COMUNITARIOS.
Probablemente sea el segmento más numeroso. Acorde a los tiempos que vienen conviene sean reciclables.

3- RECICLAJE DE AUTOS USADOS.
Puede ser una veta interesante, pero requiere de líneas de reciclaje.
Viviendo en el interior de Argentina recuerdo un taller mecánico que se había especializado en reciclar las camionetas Ford F-100 de los '60 y '70. Les ponía nuevas motorizaciones, nuevas butacas, cubiertas patonas, barra antivuelco y pinturas perladas. Y le iba muy bien. Incluso una vez recicló dos equipos de camión con acoplado, un Dodge 700 de los '60 y un Ford 900 de los '50. Les puso motores Mercedes Benz nuevos, cajas y butacas nuevas y pintura perlada. Y es que al dueño le salió más barato reciclar dos camiones viejos a comprar uno nuevo.
Este concepto puede adaptarse a autos, en donde la fábrica restaure la carrocería, ponga motor nuevo y nuevas butacas y equipamiento y el vehículo vuelva a salir como nuevo.
Esta idea no es novedad; recuérdese la película "Volver al futuro" con la publicidad que mostraba a un Citröen DS-19 de los '50 reconvertido a taxi volador.

4- RECICLAJE DE UTILITARIOS.

5- NUEVA GENERACIÓN DE UTILITARIOS.
Diseñados ya para ser reutilizables y reciclables, y pensados para un nuevo escenario mundial de movimientos urbanos en zonas de poco espacio y viajes directos del campo a la ciudad en un marco de severa restricción energética y exigencias medioambientales.


6- NUEVA GENERACIÓN DE BUSES.
Ampliaremos esto en otro artículo.

7- NUEVA GENERACIÓN DE VEHÍCULOS FERROVIARIOS.
En Patagonia queda todavía en operación un Fiat TER serie 597 de 1969 reciclado ya una vez, con nuevo departamento de cafetería y nuevo motor de bus Scania.
Volver a fabricar y reciclar material ferroviario puede ser una veta para las automotrices.

Como vemos, hay opciones de adaptabilidad.

El problema está en romper la inercia de empresas manejadas por una gerencia conservadora y acostumbrada a vivir de la teta del Estado.







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