Queridos lectores,
Los temas se me acumulan, y antes de que pase más tiempo y aún cuando hoy ya he hecho un post quería comentar sobre varias noticias que he leído en los últimos tiempos, antes de que se hagan más obsoletas.
Para quien haga poco que ha sintonizado este blog (aproximadamente el 50% de la afluencia actual), resumo: el hecho de que la producción mundial de petróleo lleve cinco años estancada y que pueda empezar a declinar en breve implica que al no haber suficiente energía (entre otros recursos) para todos los que la demandan, las economías sufren y comienzan a colapsar, a menos que se tomen medidas drásticas. El drama griego actual no está tan desconectado como podría parecer del peak oil, si no que más bien es una consecuencia necesaria por la que progresivamente irán pasando todas las economías occidentales. A ese respecto, conviene recordar que el consumo de petróleo en la OCDE disminuye a un ritmo del 3% anual desde 2005 (justo la fecha en que la producción llegó al máximo y se mantiene estancada). Ello se explica porque otras economías más pujantes (China, sobre todo) se están comiendo nuestra parte del pastel-producción de petróleo, cuyo total ahora es constante. Como es un descenso de consumo no controlado (por ejemplo, por medidas que incentiven la eficiencia) implica una progresiva (y a veces no paulatina) destrucción de la demanda y, por tanto, de la economía.
Últimamente se está observando una concienciación creciente a nivel gubernamental en diversos países sobre la llegada del peak oil y sus implicaciones sobre la economía mundial, algunas de las cuales ya hemos referido en otros posts. Lo que es curioso es que los políticos prefieren mantener un perfil bajo o directamente nulo para evitar que cunda el pánico (si la producción de petróleo no puede crecer, la economía no puede crecer y el sistema capitalista tal cual lo conocemos ahora no podrá continuar), hasta extremos risibles. Un caso sangrante es del Steven Chu, Secretario de Estado de Energía de los EE.UU. y premio Nobel de Física (y por tanto una persona con una solidisima formación): en Marzo de 2005, siendo aún el director de Laboratorio Nacional Lawarence Berkeley, hizo una presentación en la que afirmaba que la producción mundial de petróleo estaba probablemente cerca de su cénit (ver diapositiva 16), alertaba sobre la importancia de la energía para la seguridad nacional (diapositiva 36) y concluye con una significativa diapositiva (38) en la que sobre la foto de un suburbio iluminado durante el crepúsculo un cuadro de texto afirma: "¿Quién mantendrá las luces encendidas cuando nos quedemos sin combustibles fósiles?". La posición científica de Chu, por tanto, está bien establecida. Pero en 2009 el presidente Obama le nombra Secretario de Estado, y todo lo que antes era claridad meridiana ahora se ha vuelto un esfuerzo continuo por no mentar la bicha. Desgraciadamente para Chu, un periodista francés, Matthieu Auzzanneau, se ha dedicado a intentar mostrar la desnudez del emperador en su blog. Escarbando en noticias, presentaciones, declaraciones, Auzzanneau descubrió que Glen Sweetnam, responsable de análisis económicos en el Departamento de Energía de los EE.UU (DoE en lo que sigue), había hecho una presentación en Abril de 2009 mostrando un análisis según el cual el DoE se espera que el peak oil sea en 2011 (ver página 8), mostrando una diferencia entre oferta y demanda tan grande como 10 millones de barriles diarios para el año 2015, diferencia que cubre con el piadoso manto de "proyectos (de explotación petrolífera) aún por identificar (léase encontrar)". Entrevistado por Auzzanneau sobre este particular, el Sr. Sweetnam respondió que el declive de producción empezará en algún momento entre 2011 y 2015, matizando, "si no se producen las inversiones necesarias". La noticia salta a varios periódicos, apareciendo en una noticia en The Guardian y otra en Financial Times (aunque curiosamente no en Le Monde, diario que alberga el blog de Auzzanneau, ni por supuesto en ningún diario estadounidense). Steve Chu guarda un total mutismo respecto a todo este asunto. Un confidente del DoE ha explicado a Auzzanneau que 1) Chu no puede desautorizar a Sweetnam, dado que es su principal analista (y se sobreentiende que además tiene razón), 2) Chu no puede reconocer la noticia porque supondría el pánico financiero y por tanto 3) el DoE emite un "No comment" a estas preguntas. La cosa está caldeada, como en el seno de la Agencia Internacional de la Energía, donde el año pasado dos confidentes dieron un diagnóstico semejante, como fue publicado por The Guardian. Y es que debe ser muy duro saber la verdad y que te hagan callar por intereses espurios, con el riesgo que esto conlleva para la sociedad. Hace tiempo que me pregunto hasta qué punto esta negación oficial y tensión interior no está pasando a un nivel más local con el CIEMAT aquí en España (aunque afortunadamente instituciones autonómicas como el ICAEN catalán tienen un comportamiento más coherente), pero eso es ya otra historia...
El hecho es que en este contexto se entiende la historia de Chris Nelder sobre la conferencia internacional de ministros de energía celebrada en Cancún a finales del pasado mes de Marzo. ¿Sabía Vd. que se había celebrado esta conferencia? Me imagino que no, y no es de extrañar: por la vía de facto se impuso un torpe embargo informativo a los periodistas allí acreditados. Toda una demostración de transparencia y democracia. No es de extrañar: en la conferencia se iba a discutir sobre los problemas del mercado mundial de petróleo. ¿Qué creen que se habló allí? Podríamos preguntar a nuestro ministro, el Sr. Sebastián, aunque seguro que les respondería con tecnicismos acerca de la mayor transparencia de las reservas mundiales y la necesidad de controlar la volatilidad, que es lo que figura en la nota de prensa que luego se distribuyó.
En paralelo a estos movimientos, el Ejército de los EE.UU. se está empezando a tomar el asunto del peak oil muy en serio. Con un enfoque riguroso y disciplinado, y sin rehuir la verdad (ni los focos), el Departamento de Defensa de los EE.UU. plantea que en los próximos años podría haber un desfase de 10 millones de barriles diarios entre oferta y demanda, en la línea del estudio de Sweetnam (ver la noticia en The Guardian). Los militares estadounidenses se dan cuenta de cómo el peak oil es una amenaza a su propia actividad y también y sobre todo a su país. Así se explican también las numerosas iniciativas para paliar el problema que están desplegando: desde intentar desplegar una armada verde propulsada con biocombustibles hasta plantearse propulsar sus vehículos terrestres con energía solar (lo siento, perdí la referencia). Pueden encontrar aquí un resumen de las presentaciones de un congreso reciente sobre "Clima y energía: imperativos para la futura Armada".
Puede que al final la decisión y obstinación de los militares estadounidenses consiga romper el bloqueo informativo. O quizá algún perservante periodista como Auzzanneau consiga que la noticia llegue a las primeras planas. O, quizá, aunque sea más improbable, algún Primer Ministro lo acabe haciendo. Es poco probable, pero no digo Primer Ministro en balde, ya que quien más probablemente lo haría será el nuevo premier británico. El debate está servido y en campaña se pregunta a los líderes de los tres partidos sobre la cuestión, y aunque echan pelotas fuera la cuestión queda sobre el tablero. Con la toma de posición activa por parte de diarios como The Guardian y The Independent, el think-tank industrial ITPOES y el organismo público Energy Research Center, y teniendo que lidiar con el declive que sucederá en los próximos 5 años, el próximo Primer Ministro Británico tendrá muchos incentivos para, de una vez, reconocer la verdad, antes de que sus (mejor informados que aquí) votantes le exijan responsabilidades.
Salu2,
Antonio