Queridos lectores:
Como viene siendo tradicional, al acabar un año y estar a punto de comenzar el siguiente escribo un post formulando mis previsiones para el año que comienza, centrándome en aspectos económicos y sociales que tienen que ver con el alcance de la crisis energética en la que estamos inmersos.
Antes de empezar, la tradicional nota de descargo. Un año es un período de tiempo demasiado corto como para poder describir con cierta precisión los cambios asociados al inevitable e inexorable declive de los recursos energéticos, y existen miles de factores imponderables que pueden acelerar o frenar los procesos en curso. El gran factor retardante que ha permitido mantener una cierta impresión de normalidad desde 2014 es la explotación de petróleo de fracking, que aún se mantiene, por razones políticas, a pesar de ser un negocio ruinoso. Este tipo de decisiones, desastrosas en el largo plazo pero que permiten aplazar los problemas unos pocos años, son comunes en el mundo real; y aunque en el largo plazo no se puede escapar de los dictados que marcan la Física y la Geología, cuando se intenta hacer una previsión a solo un año vista los resultados suelen dejar que desear, debido, justamente, a todos estos factores arbitrarios que distorsionan el corto plazo.
A pesar de ello, debido a la acumulación de muchas tensiones y dificultades de los últimos años, en muchos sentidos parece que el año 2020 será un año bastante crítico. Es por eso que me parece del máximo interés intentar realizar este ejercicio arriesgado de predicción para los próximos 12 meses.
Antes de comenzar con mis previsiones para el año 2020, analicemos lo acertadas o equivocadas que fueron las previsiones del año pasado.
- Recesión, por fin: Pues no, la recesión no ha llegado. Bien es cierto que todo el mundo anticipa su llegada, pero la realidad es que aún no se ha manifestado. Considero esta previsión completamente equivocada.
- El precio del petróleo se mantiene moderado-bajo durante todo el año: Cierto, inclusive una cierta tendencia al alza al final del año, aunque el máximo del año se marcó en abril. Considero esta previsión acertada.
- El fracking se hunde: Este año se ha visto un aumento de empresas del fracking que han quebrado (50) y la más importante del sector, Cheasepeake, se salvó de la quiebra con una quita de último minuto. Argentina (el único país fuera de los EE.UU. que apostó fuerte al fracking) está intervenido por el FMI. En la previsión no se contaba con que se manifestase la caída de producción en 2019, como mucho hacia finales del año, así que considero esta previsión acertada.
- El pico del diésel amenaza: No completamente acertada pero tampoco completamente equivocada: no se han tomado medidas adicionales contra el diésel, pero se están tomando bastantes iniciativas para reducir el uso del automóvil privado en general.
- Nuevas guerras: Afortunadamente esta previsión fue equivocada, aunque ciertamente ha habido un crecimiento de la inestabilidad dentro de muchos países, con revueltas internas de bastante intensidad.
- El marasmo político: Bastante acertada: Europa sigue empantanada con el Brexit, las protestas no cesan en Francia y en España se han encadenado dos elecciones legislativas que han llevado a un panorama bastante complejo.
- España, rumbo al desastre: La radicalidad anticatalana es bastante constante, y continuamente se está acusando de traidor a quien se atreve a discrepar o proponer un punto de vista alternativo. No hay problemas aún evidentes en otras nacionalidades históricas, aunque viendo movimientos como el de Teruel Existe o los de mi patria chica, León, sí parece que hay un cierto resurgimiento regionalista. Tampoco se hacía ninguna predicción concreta, así que en general la previsión fue bastante acertada.
- Cierre de este blog: No parecía probable y no ha sucedido, así que todo va según lo previsto.
En contraste con otros años, en los que mis previsiones fueron bastante malas, este año no han sido tan desastrosas, aunque también es cierto que me mojaba poco; además, no vi venir cosas importantes como la extensión de revueltas por medio mundo.
En fin, después de este repaso veamos por fin qué eventos creo yo que marcarán el año que viene.
- La crisis económica, domesticada, pero...: Después de las lecciones aprendidas durante el bienio 2008-2009, los bancos centrales y los gobiernos están actuando para intentar prevenir cualquier crisis, y a pesar de que los indicadores avanzados indican un descenso de la producción se está produciendo un aterrizaje suave de la crisis, que quiere decir que nos saltamos sus síntomas primeros (caída de bolsas y cierre de empresas) pasamos directamente a sus consecuencias (depauperación de las clases medias); en esencia, se van endosando las deudas a los servicios públicos y al descenso de los salarios de manera paulatina para evitar desencadenar la crisis. De esta manera, durante el primer semestre de 2020 se mantendrá la crisis a raya, a pesar de que los indicadores seguirán mostrando un consumo débil y síntomas de recesión. Los que pronosticaban que no habría crisis cantarán victoria y llamarán agoreros a los que la anticipaban. Todo esto debería permitir acabar el año 2020 tranquilamente, de no ser por...
- La Gran Crisis del Petróleo de 2020: Las múltiples tensiones financieras acumuladas en el sector del fracking y la general desinversión en el resto del sector de la producción de hidrocarburos líquidos harán que la producción de petróleo caiga por debajo de la demanda y que en 2020 se produzca el primero de los picos de precios que la Agencia Internacional de la Energía preveía hasta 2025. Lo más probable es que este pico de precios sobrevenga hacia julio o agosto, aunque no se puede descartar que se adelante o se atrase un poco. El precio del petróleo superará sin duda los 100$ por barril; si la caída de producción es muy acentuada se podría acabar rondando los 150$ antes de empezar a caer, aunque lo más probable es que no lleguemos a pasar de los 120$ pues la economía está bastante maltrecha. La caída del precio del petróleo ulterior al máximo se producirá, como siempre, debido al ciclo de destrucción de oferta - destrucción de demanda; pero dado que la producción de petróleo está también muy maltrecha es previsible que el precio no baje demasiado (o no por mucho tiempo) y acabemos el año con precios más cerca de los 80$ por barril que de los 40$.
- Gran Depresión versión 2.0: El pico de precios del petróleo conllevará que las medidas de contención de la crisis que se estaban tomando dejen de ser efectivas y que por fin acabemos en una verdadera crisis económica; más aún, en una verdadera depresión económica que puede dejar pequeña la del 2008. Fábricas cerrando, despidos masivos, subida del paro... En España podríamos ver subir el paro de manera fulgurante y acercarnos peligrosamente al 20% hacia el final del año. Los que anticipaban la crisis dirán que al final se les ha dado la razón, pasando por alto que el mecanismo que habrá desencadenado la recesión al final haya sido otro, y tacharán a los que la negaban de ignorantes.
- Extensión de las revueltas: La crisis económica mundial echará más leña al fuego de las revueltas actualmente en curso, y llevará a muchos otros países a la misma situación. Hacia finales de 2020 no sería nada extraño que hubiera más de 60 países con revueltas de cierta intensidad, inclusive alguno de Europa. En algún caso, las revueltas degenerarán en una auténtica guerra civil.
- Guerra: Los problemas económicos globales, juntamente con otros problemas estructuralmente largamente larvados, pueden ocasionar un estallido bélico entre países, aunque lo más probable es la intervención de potencias occidentales en países considerados estratégicos por sus recursos. Países que están en la cuerda floja son Venezuela, Argelia, Libia e Irak, aunque no se puede descartar que se produzca la sorpresa en algún otro lugar.
- Europa, en crisis (política): Dado que el Brexit es ya inevitable para enero, la Unión Europea seguirá con su plan de represalias económicas, justamente para enviar un mensaje al resto de socios que tengan la tentación de ser díscolos. La llegada de la crisis económica complicará mucho los planes y la UE se verá con escasísimo margen de maniobra y con una gran contestación interna, que puede llegar a poner el Reino Unido como ejemplo de cómo la soberanía permite gestionar mejor la crisis. La pérdida de legitimidad de la UE será probablemente un valor al alza en 2020.
- España, huracán: Todo indica que al final ERC va a permitir que gobierne la coalición entre el PSOE y Podemos, para mayor agitación de los grandes partidos de la oposición. Pero este nuevo gobierno no está preparado para afrontar lo que viene a continuación; esperan una crisis económica, es cierto, pero no esta crisis económica. Su estrategia de simplemente aguantar y esperar a que pase el temporal puede ser suicida, porque los problemas se agravarán, las medidas de austeridad serán pronto invocadas y el descontento crecerá en las calles, descontento que será azuzado por los partidos de derecha. Las concesiones hechas a Cataluña complicarán aún más el curso al nuevo Gobierno, y aunque no es previsible que caiga durante este 2020 acabaré el año muy maltrecho y con muchos problemas de viabilidad a largo plazo.
- Cierre de este blog: Aún es demasiado pronto para ello, pero si mis previsiones son acertadas este blog podría ganar más atención pública y eso lo acercaría a su final. En todo caso, no va a pasar este año.
En resumen, 2020 tiene todos los elementos para ser un año clave, que marque una transición abrupta. Dentro de 12 meses veremos en qué tenía razón y en qué me equivocaba.
Salu2.
AMT
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