jueves, 9 de enero de 2025

Predicciones para 2025


 

Queridos lectores:

Aunque sea con unos días de retraso respecto al calendario habitual, ha llegado por fin el momento de hacer las previsiones para el año que empieza, centradas en los problemas de sostenibilidad que aquejan al mundo y que van paulatinamente agravándose por la falta de reconocimiento de su gravedad y de aceptación de las verdaderas medidas a tomar. Al final, todos estos problemas de sostenibilidad acaban traduciéndose en efectos catastróficos para la economía, la sociedad y la geopolítica, que es en lo que se suelen centrar estos ejercicios de prospección que escribo en estas páginas.

Como siempre, debo empezar con la consabida nota de descargo. Como es obvio, resulta muy difícil saber qué pasará en un período tan relativamente corto como son 12 meses y fijándose solamente en los aspectos que conozco mejor, que son los que definen la crisis de sostenibilidad de nuestra civilización y particularmente la crisis energética. Existen multitud de factores, más allá de los meramente energéticos y materiales, que condicionan el devenir de los acontecimientos y más aún la desigual repartición de los recursos y los problemas; y aunque en líneas generales uno puede intuir la tendencia general que sigue la sociedad, es completamente imposible hacer una predicción precisa y menos a tan corto plazo. El único interés de hacer este ejercicio no es tanto acertar lo que finalmente va a pasar como imaginar escenarios de futuro que puedan corresponderse a esas tendencias, con el objetivo principal de reconocerlos y evitar así los más negativos. Por ello mismo, nunca cabe esperar que se sigan los peores pronósticos; pero más aún: el mismo hecho de haber mostrado qué es lo peor que podría pasar debería de servir de guía para evitarlo, o en su caso contrarrestar esa manida excusa de nuestros gobernantes, ya saben, la de "nadie lo vio venir". Así pues, nadie espere encontrar aquí una respuesta clara y precisa a lo que de seguro va a pasar en los próximos 365 días, y sí el enunciado de los riesgos mayores que podríamos afrontar en este año, fruto de nuestra conducta indolente, pero no estando exento el curso final de los acontecimientos de las veleidades del azar.

Esta nota de descargo es en los últimos años muy pertinente ya que, a falta de mejores y más fundados argumentos, es lugar común en la trollesfera acusarme a mi de hacer "predicciones fallidas", cuando en su mayoría este blog habla solo de tendencias y riesgos, no de certezas y vaticinios. En realidad, estos trolls son incapaces de sustanciar "en qué me he equivocado", y eso que de seguro hay muchas cosas que he dicho en ya 15 años de singladura que no son correctas. Como norma general, o dicen vaguedades que son tergiversaciones de mis afirmaciones reales, o bien aluden a un post concreto de principios de este blog, cuando yo solamente estaba empezando a interesarme en este tema, aún no manejaba las bases de datos estándar y simplemente comentaba sobre un artículo de un analista de materias primas llamado Jack Lifton y discutía sus implicaciones sobre un despliegue masivo de coches eléctricos. Lo más cómico del asunto es que ya en 2010 alguien me avisó de lo errado de los números de Lifton y yo escribí otro post, esta vez con datos del USGS, sin que las conclusiones fueran cambiadas en lo esencial, y ese nuevo post lo enlacé al final del que blanden los trolls, sin que nunca se hayan dignado a leerlo. Lo triste es que aún hoy en día de vez en cuando algún troll me argumenta mostrándome capturas de pantalla de aquel post, por supuesto fuera de contexto y obviamente omitiendo que todo el asunto ya fue discutido hace casi 15 años. Y ya está, porque obviamente no tienen nada más en qué basarse, y ni eso es una predicción mía.

En fin, esta obsesión en buscar mi descrédito tiene sin duda su origen en el hecho de que, por desgracia, muchas de las tendencias apuntadas en este blog desde hace años se están materializando y están complicando el panorama no solo energético, sino también social; y piensan esos necios que matando al mensajero matan el mensaje. Y también, no nos engañemos, están los que sirven a su señor, el gran capital, al cual no interesa que nadie ponga en peligro sus negocios y prebendas.

Quede claro, por tanto y en resumen, que las predicciones que se enuncian en este post son de carácter especulativo y en modo alguno son precisas. Si después de decir todo esto decir todavía viene un troll a acosarme con "vaticinios fallidos" por lo que luego diré, estará claro que se tratará de un completo gilipollas.

Antes de enunciar las previsiones para 2025, y como siempre, hagamos un repaso de las previsiones que hice hace un año para el 2024.

  • Precios planos del petróleo: Previsión completamente acertada, el precio se ha mantenido todo el año en la franja de los 70 a los 90 dólares.
  • Crisis del gas: Parcialmente acertada, ya que a final de año hemos visto un fuerte incremento de su precio en Europa y problemas crecientes en su distribución debido al cierre de los gasoductos que atraviesan Ucrania.
  • La producción de carbón sigue a buen ritmo: Cierto, se han cumplido las previsiones.
  • La producción de uranio se desploma: No se puede saber con certeza ya que la Organización Nuclear Mundial no está dando los datos del 2023, y los indicios que tenemos son contradictorios.
  • Revueltas por escasez de combustible: Más o menos acertada, sobre todo en Latinoamérica y África, como comentábamos en el post anterior.
  • Fin de la guerra de Ucrania: Por desgracia, previsión incorrecta, ya que la guerra en Ucrania sigue llevándose numerosas vidas por delante.
  • Recesión económica profunda en Europa: Más o menos acertada: Alemania suma ya dos años de recesión y en Francia el crecimiento es anémico; y como se preveía, en España el impacto ha sido más pequeño.
  • Crisis de desindustrialización: Completamente acertada, viendo los recientes anuncios de BASF, Siemens o Volkswagen, y las protestas en Alemania.
  • La eólica da un paso (o dos) atrás: Completamente acertada, los proyectos han ido al ralentí y la situación de Gamesa cada vez es peor.
  • Dificultades crecientes en la gestión de la red eléctrica: Completamente acertada, como atestiguan los 5 incidentes ya de activación del mecanismo SRAD de manera masiva y prolongada en España.
  • El declive de las TICs: Más o menos acertado, aunque no había ninguna previsión concreta.
  • Inestabilidad política: Completamente acertado.
  • El desastre climático: Por desgracia, completamente acertado, habiendo sido España uno de los países afectados gravemente en el episodio de la DANA de Valencia.
  • Cierre de este blog: Acertado, puesto que se veía poco probable pero lo que sí que ha pasado es la creciente mala leche.

Ha sido 2024 un año inusual, dado que prácticamente todas las previsiones han sido bastante acertadas (excepto la de la guerra en Ucrania). Vayamos por fin con las previsiones para 2025:

  • Pico de precios del petróleo: El fracking empieza a renquear, pero el plan de Trump es incrementar su producción, igual que hizo en su primera presidencia, así que al final a los EE.UU. les interesará que se produzca una elevación del precio que incentive una mayor inversión. Únase a eso los fuertes declives en importantes productores como México, Venezuela o Nigeria, y las crecientes dificultades en Arabia Saudita. A pesar de que la recesión mundial probablemente debutará este año, haciendo caer la demanda y empujando el precio a la baja, la presión por tener precios altos del petróleo va a ser muy grande y por eso me parece probable que para el verano veamos un nuevo pico de precios, superando con cierta holgura la barrera de los 100 dólares y acentuando la recesión económica.
  • Problemas con el gas: La producción de gas natural del mundo está ya muy cerca de su máximo. Todo apunta a que los pozos de fracking de los EE.UU. están entrando ya en su proceso de declive inexorable, no importa a qué ritmo se excaven nuevos pozos. Europa tiene dificultades crecientes para suministrarse gas, y en ese sentido puede haber precios muy elevados en el Viejo Continente durante los primeros meses de 2025 y también en los últimos del año. Esto va a suponer un freno aún mayor a la economía.
  • El carbón como última salvación: fallando todo lo demás, el carbón se perfila como la única fuente de energía fósil aún fiable, y aunque no le quedan tantos años para llegar a su pico de producción es probable que en lo que resta de década aún pueda aumentar un poco su producción, y en todo caso su caída sería más lenta que la del gas y el petróleo (lo cual no es nada bueno, pues su quema es más contaminante y lo conveniente sería que bajara más rápido). En 2025 espero que la producción de carbón aún aumente respecto a los años anteriores, impulsado entre otras cosas por la falta de alternativas para garantizar el suministro eléctrico, sobre todo en ciertos países.
  • Apagones: La red eléctrica de muchos países del mundo está experimentando apagones repetidos, que de momento se están cebando en Latinoamérica y África. Sin embargo, las dificultades con el gas y el exceso de confianza está llevando a aceptar riesgos técnicos evitables en Europa y los EE.UU.. Veo una cierta probabilidad de que se produzcan uno o dos incidentes de apagón bastante serios en algún país europeo durante este 2025.
  • Recesión mundial: A estas alturas es bastante difícil de disimular que Europa está echando fuertemente el freno, sobre todo por los problemas de Alemania. Pero la mal resuelta crisis inmobiliaria en China y los problemas internos de los EE.UU., junto con el obvio fracaso de la nueva renovable, cada vez más patente, y los riesgos en el sector del automóvil, entre otras manufacturas, hacen previsible que en 2025 nos precipitemos en otra oleada recesiva importante a nivel mundial. Una de la que nos va a costar más salir. Y es que a pesar de la contracción económica preveo que la inflación sea relativamente elevada - no desbocada pero sí significativa - lo cual incrementará el malestar de la población.
  • Fin de la guerra de Ucrania: A Trump no le interesa tener dos frentes bélicos abiertos con tanta implicación de los EE.UU. (Ucrania e Israel) tan lejos de casa, y Ucrania está costando demasiado caro. Creo que de las primeras medidas que tomará Trump es favorecer un alto el fuego en Ucrania, y empezar una negociación. El problema es que con el estado actual del frente, las concesiones que tendría que hacer Ucrania serían muy onerosas y Rusia se erigiría como la vencedora de esta guerra; mala combinación con la que el nuevo presidente tendrá que lidiar. Pero me temo que lo hará.
  • Ascenso de la ultraderecha en Europa: las elecciones en Alemania en febrero darán sin duda un nuevo empuje a Alternativa por Alemania, del mismo modo que las elecciones europeas de 2024 consolidaron el bloque de ultraderecha en el Parlamento Europeo. Con cada vez más países escorados a posiciones populistas y autoritarios, le costará más al resto mantener gobiernos de otro signo o no influidos por los partidos ultras. Preveo un escoramiento significativo de las políticas europeas hacia los postulados de la ultraderecha, que en materia de energía supondrá una apuesta (al menos verbal) por la nuclear y las centrales de carbón, y en general un desprecio a la investigación en Cambio Climático y en los problemas de sostenibilidad. Podemos observar movimientos muy negativos respecto al trato al mundo de la investigación, pero como en general habrá un retroceso en cuestión de libertades individuales el ciudadano de a pie tendrá otros muchos problemas de los cuales preocuparse.
  • Protestas generalizadas en Europa y represión: La mala situación económica, el aumento del paro, la inflación, el encarecimiento de la vivienda... todo junto va a provocar un año mucho más tumultuoso en lo que a protestas sociales se refiere, y eso que el 2024 fue pródigo en ellas. Dada su mayor frecuencia e intensidad, y el ascenso de formaciones más autoritarias al poder, es previsible que comience a haber una oleada de represión policial, que no se limitará al uso de antidisturbios en cualquier tipo de manifestación, sino una verdadera persecución policial de las personas más significadas en este tipo de protestas, llegándose incluso a arrestos de mayor o menor duración.
  • El sector automovilístico entra en una fuerte contracción: La única salida a la situación de ventas débiles y problemas económicos estructurales es profundizar en el proceso de concentración empresarial que ha vivido el sector durante los últimos años, y me temo que eso es lo que vamos a ver en 2025, nuevos anuncios de fusión, de reducción de producción y de ERTEs, cuando no EREs.
  • Problemas con internet: Por primera vez en Europa se va a empezar a ser consciente de que hay algún problema de sostenibilidad con internet. Algunos servicios se cancelarán, se harán más caros o disminuirán su calidad y prestaciones. No hablo de una carestía como la que sufrirá toda la economía, sino de un fenómeno particular que la gente percibirá como un deterioro significativo de servicios en internet. Obviamente se utilizarán las excusas al uso, incluyendo que hace falta reforzar la red eléctrica para conectar más centros de datos para poder dar suficiente soporte a un sector emergente y clave de la futura economía. Todo menos aceptar que internet tal y como lo conocemos está topando con un muro y que a partir de aquí lo que le espera es una cuesta abajo, con pequeñas subidas alternando con las bajadas pero tendencialmente decreciente, en los próximos años.
  • España en crisis económica y política: La llegada de la crisis económica a España, con retraso respecto a Europa, lo hará con más fuerza que en el resto del continente, debido a la fuerte dependencia de los servicios, en particular del turismo. Esto, unido a los importantes problemas sociales actuales (fundamentalmente, la destrucción de la clase media por el encarecimiento general y de la vivienda en particular) y la fragilidad del gobierno español hará que 2025 sea probablemente un año agitado en lo político, sin que se pueda descartar, si las turbulencias son grandes, que acabe cayendo el gobierno y se convoquen elecciones anticipadas.
  • El desastre climático, nueva entrega: Por desgracia, la DANA de Valencia no es un evento raro sino que, dada las condiciones actuales, es algo que se va a repetir. No de la misma manera y no con la misma virulencia, pero por desgracia en 2025 vamos a ver en el mundo algunos nuevos episodios de eventos extremos completamente inauditos en los registros históricos, y alguno de ellos afectará seriamente a España. Esperemos que esta vez no cause tantos daños.
  • Cierre de este blog: Siempre se ha visto poco probable, y tampoco lo veo muy posible en 2025, aunque estoy convencido de que la hostilidad contra mi persona subirá unos cuantos enteros por culpa de los problemas tan serios que nos aquejan. Un temor creciente es la inquina al alza contra los científicos que nos dedicamos a estos temas. No cerrarán el blog, pero es probable que empiece a haber un acoso mayor, que inclusive podría empezar a partir de algunas instituciones.

A finales de 2025 repasaremos esta lista para ver cuánto de cierto (o de errado) ha habido en estas proyecciones a corto plazo. Entre tanto, cuídense.

Salu2.

AMT

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