Poco después de publicar el anterior post, Gabriel Anz me hizo llegar este otro, el cual se puede considerar su continuación. ¿Cuánta energía consume nuestro sistema agrícola? Quédense con nosotros y descúbranlo.
Salu2,
AMT
Factor energético en la
Agricultura y la Ganadería
Aquí les acerco lo que
considero otro necesario aporte “documental” (Fuente:
www.eurosur.org.), que a mi juicio es necesario para entender la
intrincada relación entre la energía y la producción de alimentos
y el uso del agua.
Ante la inminente crisis
energética, podríamos acostumbrarnos y adaptarnos a formas de vida
sin automóviles, sin aviones, sin camiones, sin electricidad, etc.,
como desde siempre lo ha sido; pero nadie se acostumbra ni aprende
jamás a vivir sin agua ni comida. Entonces mi gran preocupación, es
encontrar formas de intentar garantizar la provisión de alimentos
para la mayor cantidad de personas posibles.
Gabriel Anz – Técnico
Agrónomo
ENERGÍA Y AGRICULTURA
La evaluación de la
productividad de un sistema agrícola debe tomar en cuenta no sólo
las salidas energéticas en términos de productos, pérdidas por
factores climáticos u otros derivados del estrés a que es sometida
la planta y que le obliga a canalizar energía para resistirlo, sino
que también a los insumos o entradas energéticas complementarias a
la del flujo de radiación solar, es decir, los subsidios energéticos
que recibe un determinado cultivo ya sea para mejorar su
productividad biológica y económica, así como los requeridos para
mantener su estructura biológica y su funcionamiento.
El funcionamiento de los
agro-ecosistemas actuales se basa en dos flujos energéticos: el
natural que corresponde a la energía solar y un flujo «auxiliar»,
controlado directamente por el agricultor que recurre al uso de
combustibles fundamentalmente fósiles, ya sea directamente o en
forma indirecta, a través de los insumos industriales que emplea en
el proceso productivo. El primer flujo es el propio o natural de
funcionamiento del ecosistema, es una energía abundante, gratuita y
limpia; el segundo flujo corresponde a energía «almacenada», sus
existencias son finitas, es relativamente cara y, por lo general, no
es limpia en el sentido que su uso da origen a fenómenos de
contaminación.
La producción del
agro-ecosistema consiste a su vez en energía incorporada en la
producción económica o comercial, vegetal y animal destinada al
mercado y valorada en términos monetarios, más una parte que se
pierde en el ambiente en forma de compuestos gaseosos (por ejemplo,
los originados en la volatilización y los procesos de
desnitrificación), otra parte que se incorpora a las aguas
fluviales, subterráneas y lacustres a través de compuestos solubles
en agua (por ejemplo, nitratos), o transportados como materia en
suspensión en el sistema hidrológico (metales pesados, compuestos
orgánicos) o, por último, incorporados en organismos o materia
orgánica que abandona el agro-ecosistema.
La capacidad de los cultivos
para utilizar energía solar se puede medir valorizando en términos
de energía incorporada, la biomasa acumulada en los campos,
multiplicando su peso seco por su contenido energético que para los
vegetales es de alrededor 20KJ/g de materia seca y relacionándola
como porcentaje del insumo de energía solar por el cultivo
correspondiente en el periodo de su época de crecimiento. El valor
obtenido corresponde a la eficiencia fotosintética del cultivo, es
decir a su capacidad de conversión de energía solar en biomasa
vegetal que aún para los casos más eficientes raramente supera 1%.
El flujo de energía auxiliar se
introduce en el agro-ecosistema a través de los trabajos mecánicos,
la fertilización, el uso de plaguicidas, etcétera. Se ha demostrado
que este flujo auxiliar influye sobre la eficiencia con la cual los
cultivos utilizan la luz solar interceptada. Los trabajos mecánicos,
el riego y la adición de fertilizantes mejoran el estado del suelo
por una mayor disponibilidad de elementos nutritivos asimilables y,
por lo tanto, mejora la capacidad de asimilación, organización y
acumulación de biomasa vegetal. Por eso, se suele señalar que los
sistemas agrícolas llegan a ser más eficientes que los naturales no
intervenidos en la utilización de la radiación solar interceptada.
Uno de los aspectos más
importantes del proceso de artificialización del ecosistema natural
es que la actividad productiva agrícola recurre cada vez más al
flujo de energía auxiliar, y se hace, por consiguiente, cada vez más
intensiva en el uso de la energía. Leach y Pimentel han destacado
que el uso de energía en el sector agrícola, sobre todo en los
países industrializados, ha crecido más rápidamente que en
cualquier otro sector.
Pimentel
señala
que 25% de la energía fósil mundial se emplea para producir
alimentos y subraya que, mientras la población mundial se duplicó
en treinta años, el consumo de energía se duplicó en apenas una
década, la de los sesenta.
La
agricultura norteamericana absorbe 6% de toda la energía consumida
en Estados Unidos. Si a ello se agrega que las fases de procesamiento
de alimentos consumen una cifra similar y que otro 5% se consume en
sus etapas de distribución y preparación, se llega a la conclusión
de que el sistema alimentario de Estados Unidos usa 16% de toda la
energía empleada en el país. Curiosamente, tal porcentaje es muy
similar al porcentaje del ingreso que se gasta en alimentos que es
16%. Son muy parecidas las cifras de los países europeos: Leach ha
calculado el mismo porcentaje de consumo energético en el sistema
alimentario inglés, y Olsson señala
que en Suecia fluctúa entre 10% y 20%. Pimentel opina que los
factores fundamentales de producción en la agricultura moderna son
energía, trabajo y tierra y que, dentro de ciertos límites, son
sustituibles entre sí. Por ejemplo, la energía fósil puede reducir
las necesidades de mano de obra; la utilización intensiva de energía
en forma de fertilizantes, sistemas de riego y mecanización exige
menos tierras.
Los trabajos de Pimentel sobre
los consumos energéticos para los cultivos de maíz muestran que en
términos de 1.000 kilocalorías por hectárea, en 1920 se usaban
1.302 para producir, siempre en términos de kilocalorías por
hectárea, 7.520 de maíz, con lo cual la relación entre producto e
insumos en términos de energía consumida y producida era de 5.8. En
1950, las necesidades energéticas habían aumentado a 3.107 y la
producción había aumentado a 9.532, reflejando por consiguiente una
caída de la relación producción-insumos energéticos a 3.1. En
1970, la relación se había reducido nuevamente a 2.7, resultante de
una producción, en términos de energía producida y consumida por
hectárea de 20.230 y 7.544 respectivamente.
Los datos para 1975 son de una
producción 20.230 MKcal/ha producidos frente a un consumo de 8.315
siendo por lo tanto la relación de 2.5. Esta relación se mantiene
constante hasta 1983 con una producción de 26.000 y un insumo
energético de 10.537 MKcal/ha. Sin duda las crisis petroleras de la
década de los setenta, y los consiguientes aumentos de precios de la
energía han influido. La subvaluación del petróleo previa a los
setenta estimuló procesos energéticamente intensivos, al aumentar
el precio del petróleo se incentivó la búsqueda de una mayor
eficiencia energética.
Los principales consumidores de
energía en la agricultura moderna son la mecanización, los
fertilizantes y en menor medida los pesticidas y el riego. En el
periodo 1972-1973 la mecanización, tanto en su fase de manufactura
como en la operación de la misma, fue el mayor consumidor de energía
de la agricultura con 51% del total mundial de energía utilizada en
la agricultura, con valores que oscilan entre un mínimo de 8% en el
extremo Oriente y 73% en Oceanía. Los fertilizantes son el segundo
responsable por el consumo de energía por la agricultura mundial que
representó, en el periodo señalado, alrededor de 45%, nuevamente
con fuertes variaciones entre un máximo de 84% en el Oriente y un
mínimo de 26% en Oceanía. Sin embargo, para los países en
desarrollo el consumo de fertilizante es el principal usuario de
energía.
Tanto estos últimos como los
fertilizantes nitrogenados se obtienen a partir de petróleo y gas
natural, respectivamente, cuyo consumo se ha expandido con gran
rapidez. La FAO, señalaba que entre 1950 y 1970 el
consumo de fertilizantes minerales se había cuadruplicado, pasando
de 22 millones de toneladas de nutrientes a 112 millones en el
periodo 1979-1980, si bien notando su gran desigual distribución,
aspecto examinado en páginas anteriores. En ese periodo los países
en desarrollo pasaron de representar 10% del consumo mundial de
fertilizantes a 20%, siendo las mayores alzas las registradas en
Asia, mientras que en África el consumo se mantenía a niveles
insuficientes aun para restituir los nutrientes extraídos por lo
cultivos.
Otra dimensión de la desigualdad como se utilizan los fertilizantes lo revela el hecho que más de 50% de los fertilizantes aplicados en la agricultura de los países en desarrollo lo son en cultivos de exportación, tales como caucho o té. Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), entre 1951 y 1972, el consumo de fertilizantes aumentó en América Latina en 13.9%, notando que su empleo se concentraba en determinados cultivos, en tanto que otros quedaban prácticamente marginados de su uso.
Estudios
de 1972 indicaban que el consumo energético para la producción
mundial de cereales era de 7.9x109 joules por hectárea y 9.9x109
joules por trabajador agrícola. Como
es lógico suponer, la intensidad energética varía apreciablemente
entre países desarrollados y en desarrollo. Así, en circunstancias
que los primeros consumían 24.8x109 joules
por hectárea y 107.8x109 por
trabajador agrícola, los valores en los países en desarrollo eran
respectivamente 11 y 49 veces más bajos: 2.2x109 joules
tanto por hectárea como por trabajador agrícola.
Dentro de
los países industrializados, el mayor consumo de energía por
hectárea se da en Europa Occidental; 27.9x109 joules
comparados con 20.2x109 joules
en Norteamérica; sin embargo, este último tiene un consumo
energético por trabajador agrícola muchísimo mayor;
555.8x109 joules
comparado con 82.4x109 en
Europa Occidental.
En los
países en desarrollo, los mayores consumos energéticos, tanto por
unidad de superficie cultivada como por trabajador agrícola, se
daban en América Latina 4.2x109 joules
y 8.6x109 joules,
respectivamente, comparados con 1.7x109 joules
por hectárea y 1.4x109 joules
por trabajador en el Lejano Oriente. Los consumos energéticos más
bajos se registraban, siempre en 1972, en África: 0.8x109 joules
tanto por hectárea como por trabajador.
Si bien el desequilibrio entre
países industrializados y en desarrollo, en lo que respecta al
consumo energético para la producción de cereales, es muy grande,
él es apreciablemente menor en términos de producción. En efecto,
mientras la producción cerealera por hectárea en los países
industrializados era de 3 100 kg por hectárea y 10.508 kg por
trabajador, en los países en desarrollo era de 1.255 kg por hectárea
y 877 kg por trabajador. En síntesis, si bien los consumos
energéticos en los países industrializados son 11 y 49 veces
mayores por hectárea y trabajador, respectivamente, que en los
países en desarrollo, sus producciones son respectivamente sólo
2.46 veces y 12 veces más altas.
Si se examina en términos de
países, se nota que el rendimiento por trabajador en Norteamérica
es de 67.882 kg/ha, comparado con 5.772 kg/ha en Europa Occidental,
un promedio de 877 kg/ha en los países en desarrollo, de 1.856 kg/ha
en América Latina, 1.386 kg/ha en el Lejano Oriente y 538 kg/ha en
África. Mientras que los desequilibrios son mucho menores en
términos de producción por unidad de superficie: en Norteamérica
es de 3.457 kg/ha, en Europa Occidental de 3.163, el promedio de los
países en desarrollo es 1.255, siendo en América Latina de 1.440,
en Asia 1.335 y en África de 829 kg/ha. Es decir, los insumos
energéticos o la intensificación energética en el cultivo de
cereales, tiende a ser más eficiente en relación con la mano de
obra que en relación con la tierra. Es decir, hay límites naturales
más allá de los cuales, cualquiera que sea el subsidio energético,
el rendimiento por unidad de tierra cultivada se estabiliza, y puede
aun disminuir como se ha visto para el caso de la aplicación de
fertilizantes a las variedades de alto rendimiento. Por otro lado,
también se puede concluir que la disponibilidad de uno u otro factor
de producción, tierra o trabajo, influye en los esfuerzos de
intensificación energética. En las grandes planicies
norteamericanas, la intensificación energética se da
fundamentalmente en términos de mecanización, lo que permite
abarcar mayores áreas por unidad de trabajo aplicado, en cambio en
Europa, donde la tierra es mucho más limitada, los mayores esfuerzos
se orientan a aumentar la rentabilidad del suelo, llevando a un sobre
consumo de fertilizantes: los consumos de energía por hectáreas son
poco diferentes, el de Europa es 1.3 veces el de Norteamérica, pero
el consumo energético por trabajador es, en Norteamérica más, de
6.7 veces el de Europa Occidental. Sin embargo, pese a que los
insumos energéticos europeos por hectárea son superiores, su
producción por hectárea es inferior a la de Norteamérica, mientras
que con insumos energéticos 6.7 veces más por trabajador, la
producción norteamericana logra 11.7 veces la producción por
trabajador europea.
Si bien
las magnitudes son muy diferentes, sucede algo similar en los países
en desarrollo; así, el consumo de energía por unidad de superficie
cultivada con cereales es muy similar en América Latina y el Lejano
Oriente: 4.2x109 joules
y 3.8x109 joules,
respectivamente, y su producción por hectárea también lo es: 1.444
kg/ha y 1.335 kg/ha, respectivamente. Pero los insumos energéticos
por trabajador son como se ha visto, prácticamente el doble en
América Latina, diferencias que no se traducen, sin embargo, en
diferenciales de productividad de la misma magnitud: 1.856 Kg/ha en
América Latina y 1.386 kg/ha en el Lejano Oriente, respectivamente,
es decir, con casi el doble de consumo de energía por trabajador la
producción de cereales por trabajador en América Latina solo logra
una mayor producción de 1.3 veces la del Lejano Oriente. La tierra
es más escasa en Asia que en América Latina, en esta última los
aumentos de producción agrícola se han dado, hasta muy avanzada la
década de los sesenta, en gran parte, por incorporación de tierras
a los cultivos, en cambio en Asia, habiéndose alcanzado antes la
frontera agropecuaria, es la tierra el factor limitante para los
aumentos de productividad.
Lo anterior permite hacerse una
idea de la magnitud de los requerimientos energéticos, sólo en
términos de fertilizantes que se requerirían si los países en
desarrollo tratarán de adoptar un patrón de producción agrícola
similar al de los países industrializados. Por otra parte, habida
cuenta de la diferente dotación de factores productivos, cabría
preguntarse sobre la conveniencia de la búsqueda de un patrón
tecnológico propio.
La intensificación energética
de la agricultura se debe en parte al patrón tecnológico dominante,
pero también está determinada por los patrones de consumo, que se
materializan en demandas por ciertos productos y variedades de
productos: proteína animal por sobre proteína vegetal, y
preferencias de cierta proteína animal en relación con otra.
En los países desarrollados se
ha dado un proceso, que aún continúa, de aumento de consumo de
proteína, conjuntamente con una sustitución del consumo de proteína
vegetal por proteína animal, mientras que en los países del Sur la
relación entre consumo de proteína animal y consumo de proteína
vegetal se mantenía prácticamente constante, con la excepción de
América Latina. Sin embargo, como en América Latina la tendencia
era a un menor consumo de proteína, su incidencia en las
características promedio de consumo de proteína del Sur no se
alteraba.
Desde la
inmediata posguerra hasta 1980, tanto los países europeos como Japón
tenían patrones dietéticos inferiores a Estados Unidos y Canadá,
pero pari
passu con
el incremento del ingreso per
capita,
se daba una tendencia a igualarlos. Se observa así, que en el
periodo de diez años que medió entre 1966-1968 y 1975-1977, el
consumo de proteína de América del Norte aumentó, manteniéndose
prácticamente constante la proporción entre sus componentes animal
y vegetal. Sin embargo, en los países europeos y Japón, en
circunstancias que el consumo de proteína vegetal se reducía,
aumentaba el de proteína total.
El consumo
de proteína animal aumentó, por lo tanto, no sólo para permitir el
aumento del consumo total, sino que también para compensar la
disminución en el consumo de proteína vegetal que se calculaba en
4%. Como en ese entonces, los países europeos no producían la
cantidad necesaria de alimentos que demandaban, su mayor consumo
debía abastecerse con importaciones. En efecto, a comienzos de la
década de los setenta, Japón, el Reino Unido y la, en ese entonces,
República Federal Alemana absorbían 41% de las importaciones
mundiales de cereales. Como ese consumo tendía a aumentar más en su
componente de proteína animal, había una presión mundial para
convertir sistemas de producción de proteína vegetal a proteína
animal, con los consiguientes aumentos de intensificación
energética. A vía de ejemplo cabe recordar que, entre 1968 y 1972,
el consumo de carne per
capita de
Japón aumentó 50%. El
consumo de carne por persona en Francia que era en 1900 de 40 kg por
año, aumentó a 44 kg en 1930 y a 110, 3 kg en 1980, además otras
proteínas animales también aumentaron substancialmente, en
1959-1960 se consumían 10.5 kg de huevos por persona al año y en
1980 había aumentado a 13.1 kg en lo que respecta al queso, en el
mismo periodo, se pasó de consumir 8.8 kg por persona al año a 18.8
kg por año.
Esto tiene implicaciones
ambientales, ya que ese patrón de consumo significa una presión
extra sobre el sistema productivo de alimentos, la tierra, en
términos de requerimientos de suelos y energía.
Respecto de las calorías
requeridas para producir una caloría de alimentos, Pimentel señala
que la producción de tres calorías en términos de maíz requiere
insumos de energía equivalentes a una caloría de combustibles
fósiles. Según parece, en términos de energía consumida, el maíz
es uno de los productos de mayor eficiencia. El mismo Pimentel señala
que en el caso de las naranjas y las manzanas se requieren casi dos
calorías de combustibles fósiles para producir una caloría de
fruta. En algunas verduras la relación aumenta a cinco calorías por
una producida. La producción de alimentos más ineficiente en
términos de energía es la de proteína animal.
Pimentel ha señalado que de 10
a 90 kilocalorías se requieren para producir una kilocaloría de
proteína animal, dependiendo de su tipo (gallinas, cerdos, vacuno).
Para producir dos kilocalorías de trigo se necesita menos de una
caloría en términos de energía fósil, mientras que para producir
una caloría en términos de carne de vacuno se necesitan 25
kilocalorías de energía fósil y se producen 20 veces más
proteínas por cultivo de soya, que por la producción de carne de
cerdo. En otras palabras, los insumos energéticos por unidad de
proteína de soya son un veinteavo de los necesarios para producir
una caloría de carne de cerdo.
Las equivalencias comúnmente
aceptadas señalan que, para producir una kilocaloría de leche o de
huevos se necesitan 4.5 kilocalorías de vegetales; los
requerimientos son mayores para las aves; 5.6 kilocalorías de
insumos vegetales para obtener una kilocaloría de pollo, y se elevan
drásticamente si se quiere una kilocaloría de proteína de vacuno;
producirla requiere insumos equivalentes a nueve kilocalorías
vegetales.
Los animales son ineficientes en
el proceso de transformación de proteína vegetal en proteína
animal, de allí que la preferencia por ese tipo de proteína se
traduce en mayores requerimientos: a) de tierra fértil para
pastizales; b) de insumos energéticos, en términos de fertilizantes
y pesticidas; c) de agua, y d) mayores inversiones.
Una tendencia clara, tanto en el
mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, y en particular en
América Latina, es hacia el mayor consumo de proteína animal. Esto
se traduce en intensificación energética y conversión del uso de
la tierra a cultivos para la producción de proteína animal. Del
total de energía consumida por la agricultura francesa 68%
corresponde a la producción vegetal destinada a la alimentación
animal y 32% para producir vegetales para uso humano directo. Tomando
en cuenta lo anterior y agregándole la energía necesaria para la
cría ganadera (calefacción, preparación de alimentos balanceados,
etc.) resulta que la producción animal representa 73% del gasto
energético total de la agricultura francesa.
El balance energético de la
agricultura francesa señala que, en 1975 para producir 32.5 millones
de toneladas equivalente de energía (Tep) de productos vegetales,
destinados a la alimentación animal fueron necesarios insumos
equivalentes a 5.95 millones de Tep, es decir, se dio una eficiencia
en la conversión energética de alrededor de 5.5. A su vez, para
producir 2.2. Millones de Tep en forma de productos animales (carne,
leche, huevos), fueron necesarios insumos por un total de 8.9
millones de Tep (forrajes, alimentos balanceados, importaciones de
soya, etc.), lo que se traduce en una eficiencia de 0.22, que se
compara desfavorablemente con un coeficiente de eficiencia de 0.29 en
1960 y 0.60 en 1945.
La agricultura moderna, basada
en la artificialización de sistemas naturales, exige insumos
energéticos no sólo en términos de maquinaria, fertilizantes y
pesticidas, sino también en términos indirectos por los
requerimientos energéticos que es necesario cubrir para el riego,
para contrarrestar o evitar los problemas de erosión,
alcalinización, salinización y anegamiento, etc. Las técnicas
existentes más en uso para preservar los cultivos de los problemas
señalados son altamente intensivas en el uso de la energía. Los
estudios de Pimentel muestran cómo este sistema tecnológico para la
producción de alimentos, que responde al patrón de consumo típico
de los países industrializados, requiere insumos energéticos
todavía mayores en las fases sucesivas de comercialización y
consumo.
Del análisis anterior, se
desprende que la renovabilidad del recurso suelo está cada vez más
condicionada por cuatro tendencias. Una es la asignación de tierra a
usos alternativos irreversibles, que implican la pérdida neta del
recurso tierra para fines de producción alimentaria. Otra tendencia
deriva los estilos de vida y patrones de consumo que orientan la
conversión y el uso del suelo a sistemas de producción alimentarios
ineficientes, desde el punto de vista energético, y altamente
demandantes con respecto al sistema natural, lo que a menudo se
traduce en efectos negativos sobre este último. La tercera tendencia
se relaciona con una práctica agrícola intensiva para maximizar la
productividad económica y la extracción o cosecha de la
productividad biológica, práctica que a veces asume un carácter
predatorio. Las dos últimas tendencias se refuerzan mutuamente en
una dinámica cada vez más exigente con respecto al sistema natural,
mismo que se ve sometido a presiones crecientes. La consecuencia de
estas tendencias es la mayor artificialización de los sistemas
naturales y la intensificación energética de los agro-ecosistemas.
Finalmente, la cosecha intensiva de la productividad biológica y los
deterioros que sufre el suelo obligan a nuevas intervenciones
antrópicas, en forma de prácticas y subsidios energéticos
adicionales, ya sea para restituir al suelo su fertilidad o para
compensar y corregir las alteraciones estructurales y funcionales que
sufre por la mala gestión o las presiones a que se ve sometido. Con
lo cual, la espiral de artificialización del sistema natural se
acelera.
Fuente: http://www.eurosur.org
Energía para la agricultura
Los
agricultores utilizan multitud de máquinas para labrar, sembrar,
cosechar, elevar agua para riego, etc. Por esta razón, el precio del
gasóleo es un factor tan importante para su negocio como lo fue la
lluvia antaño.
La
agricultura actual depende de gran cantidad de aportes de energía
externa para forzar el crecimiento de los cultivos.
Hasta
hace medio siglo, la agricultura en España producía energía,
al captar la energía solar en forma de cosechas sin consumir apenas
petróleo ni electricidad.
Actualmente,
cada caloría de alimento cosechado requiere la inversión de gran
cantidad de gasoil en la maquinaria agrícola, electricidad para los
motores de riego, fertilizantes químicos fabricados con alto consumo
de energía, pesticidas, etc. Por esta razón, se habla de “patatas
hechas con petróleo”.
Los
agricultores están volviendo los ojos a un modelo más racional de
agricultura, con control biológico de plagas, uso de fertilizantes
orgánicos, procedimientos de labranza menos agresivos, cultivos
adaptados al clima local que requieren menos agua, etc. Este tipo de
agricultura “ecológica” puede producir alimentos con un consumo
de energía significativamente reducido.
Muchas gracias pro el artículo, Gabriel. Es muy interesante.
ResponderEliminarPor mi parte, creo que hay que tener en cuenta los tremendos excedentes agrícolas que padecemos en estos momentos, con lo que se debe entender que tenemos una sobrecapacidad de producción, posiblemente más local en Europa que global.
La disminución de ese exceso de capacidad será lo que nos dé margen de actuación a medida que se encarezca la energía, al menos pro estas tierras.
En el caso de España, su capacidad de producción agraria es de al menos el triple de su producción actual, dada la extensión del territorio y la baja tasa de explotación actual.
Quizás este tema nos haga regresar al viejo tema del "lebensraum" y sus fantasmas. Quien tenga territorio, vivirá. Quien no lo tenga, ya veremos...
Está bueno el post, pero la verdad no me gusta el camino que se está tomando, no se bien que es lo que buscan hacer con todo esto.
ResponderEliminarPor ahora lo único que se veo en la realidad es que los países ricos tienen altas probabilidades de "sobrevivir" al peak de todo, osea los que más daño han hecho y más recursos han consumido del planeta durante siglos son los que van formar la base( por ser mayoría) de la nueva humanidad del siglo XXII. Es como querer formar una nueva sociedad con los sobrevivientes del Titanic, y ya sabemos la mentalidad de esa gente. Como van hacer los anglosajones para aplacar ese instinto natural de consquista y depredaciónque siempre tuvieron, esa mentalidad enfocada en tener cada vez mas, todo eso en planeta sin recursos y con la imposibilidad (tal vez para siempre) de salir de el.
¿Y donde esta el karma y la venganza de GAIA por la destrucción de la tierra?, más bien me parece que el mensaje de la naturaleza sería que los ricos y poderosos siempre perduran.
Un folleto publicitario de la agricultura del futuro.
ResponderEliminarPor favor miren el apartado de rindes:
http://www.slideshare.net/financialpermaculture/carbon-farming-enterprises-at-financial-permaculture09#btnPrevious
El futuro de la humanidad pasa por plantar arboles, si no plantais arboles no hay futuro, sed revolucionarios, plantad arboles.
Muy interesantes los datos que se aportan.
ResponderEliminarA largo plazo, no creo que sobrevivan "los ricos", aunque tardarán más en desaperecer y creo que antes de desaparecer seran bastante pobres.
Personalmente creo que ésto que llamamos "progreso" contien la semilla de la destrucción de esta especie por ser precisamente depredadora.
Quizás otros años si haya habido sobreproducción, éste pasado no. Malas cosechas en USA, Ucrania, Argentina, han provocado un alza en los precios de cereales y oleaginosas. Pero ése no es el problema, el problema es que los insumos agrícolas (gasoil, fertilizantes, repuestos) han triplicado su precio en los últimos años. Quizás un indicio del peak de todo, petróleo y fosfatos básicamente. No hay suficientes recursos para mantener el BAU agrícola para 7000 millones de humanos, salvo si nos hacemos vegetarianos estrictos. Amigos, el jamoncete será un lujo para unos pocos en unos años........
ResponderEliminarMuchas tierras son aptas para producir carne pero no tanto para vegetales (dehesas,pastos de alta montaña...)
EliminarPor un lado agradezco a Gabriel el trabajo que se ha tomado. Armar un artículo toma tiempo y se hace "de gratis" y por pura voluntad. Por este lado, agradecimiento y felicitaciones.
ResponderEliminarPero... :-)
No me gustan los artículos "porque si".
Habiendo TANTAS cosas valiosas que, a falta de tiempo podemos traducir y sumar al blog si hiciera falta, la política de publicar casi cualquier cosa que le mandamos a Antonio sin fijar pautas o pisos en la calidad o la tipología hace que el blog se haga muy desparejo.
No podemos pasar de unas genialidades para enmarcar de Antonio a casi "cualquier cosa" cuando aportamos otros.
Entiendo que nos da sentido de participación y es una cortesía para con los que colaboramos PERO -dicho para Antonio- no le suma al blog cuando publicamos "cualquier cosa".
Lo he dicho antes y en esta ocasión me toca repetirlo -y eso sin el facilismo de ponerme en "critico" que siempre es muy y sencillo-.
1) Un artículo NO ELABORADO se hace confuso.
Grabriel ha hecho una suma de "saldos y retazos" (y todavía no me he puesto a fijar si no es hasta copia pura y dura) y entrega un texto confuso, complejo de seguir, sin sistematización, sin orden.
- Qué es eso de entregar valor en kilocalorías, otros en jules, otros en kilos/ha ?
Si van a hacer un trabajo de ENERGIA, al menos se toman el TRABAJO de SISTEMATIZAR las unidades.
De lo contrario, es un cortapega de cosas diferentes y no hay modo de calcular -salvo que tengas una tabla al lado mientras vas leyendo- si las 'kilocarías' que mencionó arriba, son más o menos que los 'jules' que cita más abajo y los 'kilos por ha' que usa más atrás.
No, no y no.
O hacemos aportes "currados" (recuerden los que no saben que curro es igual a TRABAJO en España, algunos latinoamericanos entienden diferente la palabra "curro") o directamente busquemos cosas interesantes y las traduzcamos. Al menos vamos a ganar en calidad.
===
2) Usemos FUENTES ACTUALES !!
El dato más cercano que cita Gabriel es de 1980 y, la gran mayoría, de los 70s.
Estamos hablando de hace 40-50 años !!!
En agricultura !!! (algo que avanzó a velocidad de la luz en las últimas décadas !!)
Pero si en los 80s ni siquiera había transgénicos !! (el último gran salto de la agricultura moderna). No entro aquí en el debate si son buenos o malos, lindos o feos pero, es como hablar de los aviones con datos de 1960.
No embromen !!
Si los rendimientos citados no existen más !!, qué es eso del que el rendimiento de los cereales está en 1800-1900 kgs por ha ?... eso no existe más !!, se ha duplicado !!
Todos los consumos de carne por habitante que cita están totalmente desfasados !!
No voy a ponerme dato a dato pero, si van a hacer un artículo PONGASE LAS PILAS y usen datos del 2010 como mínimo. Los tienen ON LINE !!
http://datos.bancomundial.org/indicador/AG.YLD.CREL.KG/countries
http://www.fao.org
===
3) Articulen CONCLUSIONES.
Cuál es la conclusión de este artículo ?, yo no la encuentro, ni la entiendo.
Acaso quiere decir que NO vamos a poder producir alimentos para todos ?, cuándo ?, por qué ?
O lo que dice es que, si dejamos de andar en auto podríamos sostener la producción actual de alimentos durante 50 años ?
Qué dice ?
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No quiero pecar de arruinafiesta porque, una vez más reitero, el hecho de acompañar un aporte es todo un esfuerzo por parte del compañero que lo hace y eso es meritorio y debe reconocerse PERO, Antonio no puede dejar que su blog quede tan desparejo porque pierde brillo, fuerza y calidad.
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- Datos ACTUALES.
- Conclusiones.
- Información SISTEMATIZADA.
- Inicio, medio y FIN.
Es lo menos que se puede pedir al que presenta un trabajo.
Es lo menos que se le puede pedir a Antonio al autorizar una publicación en su blog.
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Y no me peguen. Digo esto para que hagamos siempre las cosas MEJOR.
Y ya, embalado, sigo... :-)
EliminarLo que nos puede jugar una mala sorpresa en el tema alimentario no es la PRODUCTIVIDAD de los mismos en el corto plazo sino el CLIMA.
Producir, producimos como bestias. Nos sobra de todo (otra cosa es que lo repartamos mal y que tiremos la mitad de lo que producimos).
Pero si es que mientras estábamos todos distraídos y mirando para otro lado los chinos se convirtieron en los primeros productores de PROTEINAS ANIMALES y ni nos enteramos !!... y ni siquiera son de vacas o cerdos... son de PESCADO !!
La pesca extractiva quedó "clavada" en torno a los 80 millones de toneladas (por agotamiento del mar) y resulta que ahora hacemos 60 millones de toneladas de peces con acuicultura !! (80% en Asia).
(*) El total ronda los 150 millones de toneladas.
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Lo que hemos hecho con la producción de alimentos es ALUCINANTE. Tan alucinante que ni siquiera tenemos un "problema alimentario" como parámetro de riesgo vinculado a la población.
8000 millones de personas ?, qué quieren cenar ?
9000 millones de personas ?, a dónde llevo las pizzas ?
Nuestros problemas son otros:
1) En el corto plazo el CLIMA. Si se desboca estamos muertos.
2) En el mediano plazo los COMBUSTIBLES FOSILES. Seguramente la producción alimentaria tendrá que ser PRIVILEGIADA en el uso de los recursos y eso nos permite deducir que los "canarios en la mina" serán los autos particulares y luego los aviones.
3) Ya en un plazo un poco más largo el problema de los FOSFATOS porque, vamos a tener faltantes salvo que le encontremos una respuesta a esto.
4) Como problema de fondo, el tema del PRECIO (insumos más caros = productos más caros) que sin duda llevarán a un cambio en la configuración de la dieta.
Cambio que por otro lado ESTA TENIENDO LUGAR desde hace décadas (todas posteriores a la del 80 que cita Gabriel como dato más "actualizado" en su reporte).
Las vacas están dejando lugar a los pollos.
Los pollos están casi, casi, dejando lugar a los peces.
Vacas y cerdos BAJAN, pollos y peces SUBEN.
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En fin... el tema es MUY extenso y permite TANTOS enfoques que no es posible tomar un hilo y seguirlo de modo sencillo pero, lo que pido, es que si alguien se pone a hacer artículos en este tema, los haga con un enfoque que nos SUME.
Merde !!, ya me engancharon. :-D
EliminarLeía arriba los comentarios de otros compañeros (en particular Fiat980 y Serug) y quería decirles lo siguiente:
Arrastramos un "cuco" con los alimentos porque, en fecha tan cercana como el S XIX (incluso a principios de S XX) todavía había HAMBRUNAS en la Tierra.
Hoy hay unos pocos "hambrientos" y muchos "subalimentados" pero no hay "hambrunas" en el sentido descontrolado y sin solución que hemos enfrentado como especie antiguamente.
Desde ya que para ALIMENTARSE hay que GASTAR ENERGIA... el asunto es que, para eso, LA TENEMOS y la tendremos por mucho tiempo.
Pagas por un iPhone unos 800 euros... con eso podrías alimentarte DOS AÑOS (sin jamón pata negra, hablo de alimentarte con las proteínas y nutrientes necesarios).
Esa es la relación "energía-coste-alimentos".
Por eso tiramos tanta comida !!, porque la producimos a coste despreciable !!
La gente se confunde con esto porque, si se sienta a cenar en el Restaurante "El Gourmet" se deja 100 euros por persona más la propina y le queda la vaga sensación de que la comida es "cara".
En la realidad te podría dar una dieta balanceada -incluyendo el transporte a la ciudad de la comida- por poco más de UN euro diario !!
Ya!, como somos "burgueses", en realidad comemos por unos TRES euros diarios y, como en realidad somos parte de un mecanismo económico que se queda con una parte del pastel en forma de beneficios empresarios, al final gastamos unos SEIS euros diarios.
Pero, que con dejar de usar iPhones o TVs o autos seguimos comiendo sin problemas (y TODOS), es un hecho.
El "cuco" del hambre lo hemos arrasado con una productividad BRUTAL en lo agropecuario.
Dado que TENEMOS que comer y eso SIEMPRE ocupará ENERGIA, el problema no pasa tanto por asustarnos por lo que se gasta de energía allí, sino por lo que gastamos en COSAS INUTILES (cambiar el iPhone todos los años).
Vamos a tener problemas pero, salvo por el clima, vendrá de OTRO LADO y no por "falta de comida".
O, lo digo de otro modo para que se me entienda:
- El complejo sistema económico y financiero podrá dejarnos sin comida por causas ECONOMICAS y/o CLIMATICAS pero no por PRODUCTIVIDAD.
Y, respecto a la ENERGIA, o la usamos en iPhones o la usamos en COMIDA. Ustedes pueden elegir.
Hoy, alcanza para AMBAS COSAS. Mañana, sólo será para la COMIDA (como es obvio).
Totalmente de acuerdo,siempre he tenido la intuicion de que el problema no es la alimentacion mas alla de lo que es la injusta distribucion de la riqueza(problema que no tiene nada que ver con la disponibilidad de energia),cuando despilfarramos combustibles en la produccion transporte y consumo de miles de artefactos inutiles.Un saludo.
EliminarDarío, coincido en que los datos que nos proporciona Gabriel son muy antiguos y no nos aclara si se sigue esta tendencia de desigualdad y desperdicio energético en la actualidad .Escarbando en la cantidad de datos del post me quedo con lo que creo más importante, el 25% de la energía fósil se gasta en producir alimentos.
EliminarEl mensaje principal de este post, cubierto de una frondosa maleza de datos de hace 30 y 40 años con unidades de medida diferentes que aún hacen más farragosa su lectura, es el considerable gasto de energía que la civilización actual realiza para producir una enorme cantidad de alimentos. Según mi opinión, la agroindustria no es sostenible en el tiempo. Los retos que se esta poniendo el hombre son muy altos incluso con abundancia de energía fósil. Ya algunos plantean que volveremos a la era del carbón para sustituir al petróleo. No en vano China basa su poderío energético en este mineral que fue el precursor de la revolución industrial en el siglo XIX. En ese caso tendríamos que exclamar en pleno siglo XXI ¡Más carbón!
Un cordial saludo
Juan Carlos:
EliminarPara bien o para mal los hombres TENEMOS que vivir. En cualquier caso tenemos el mismo derecho que cualquier otro animal a hacerlo. Para vivir tenemos que COMER.
Nuestra lista de errores sabemos que es extensa:
a) Somos MUCHOS.
b) Rompemos, ensuciamos y arruinamos bastante.
Convengo con ello pero por otro lado somos -hasta el momento- un hecho bastante inusual de la Naturaleza... una especie INTELIGENTE y con CONSCIENCIA.
Vaya!!, hasta que no descubramos otros iguales quizás, hasta seamos UNICOS en todo el Universo -sería irónico, verdad ?-
Pues bien... resulta que, aún con defectos y errores encontramos el modo de producir comida de modo tan abundante que, ni los más optimistas y entusiastas de hacer 100 años atrás se lo hubieran creído posible.
Resolvamos lo MALO pero no ataquemos lo BUENO. No todo lo que hacemos está MAL !!
:-D
Sabemos que si la energía declina MUCHAS cosas tendrán que cambiar. Nos parece (no tenemos certezas en esto) que hasta es posible que en algunas versiones del cuento la cosa se termine saldando con un die-off importante para equilibrar "energía-demanda-población".
Pero, de todos modos lo que hemos logrado en producción de alimentos, aún con sus defectos, es verdaderamente sorprendente.
En la medida en que dejemos de usar energía en cosas superfluas (Ej: pasear en auto al shopping), la dejaremos disponible para cultivos -que, desde ya, tendrían que ser más naturales, ecológicos y demás-.
Me gustaría -por caso- revisar el balance energético de algunas técnicas modernas como la acuicultura -mencionada por Juliano varias veces-. O es un "verso energético" como el biodiesel de algas o, de tener un saldo positivo es verdaderamente una revolución adicional que nos proyecta aún MUCHO MAS ALLA en la producción de alimentos.
Estamos MUY embromados en casi todos los frentes y nos van a pasar factura por ello pero, que sabemos "hacer comida", es algo indudable.
Y eso no deja de ser una buena noticia !! (podremos caer por muchas causas pero, la falta de comida puede que no sea una de ellas).
A lo que voy... no creo que sea "tanta" la energía que usamos en ésto desde una perspectiva MORAL. Lo que es INMORAL es tener un sistema económico basado en el desperdicio o en la obsolescencia programada. Eso tendríamos que cambiar YA.
Si me parece MALO haber usado de modo irresponsable la política demográfica o hacer un uso irracional de la energía más valiosa que tenemos pero, comer no es un pecado. Es natural y es un derecho que tenemos como especie.
Con lo que hoy sabemos incluso, hasta podríamos ser muy productivos usando menos energía.
Darío:
EliminarPienso que no hay nada más altruista que utilizar la energía fósil en producir alimentos, desafortunadamente interes políticos y económicos (biocombustibles) hacen imposible este noble deseo.
Reitero que este sistema agroindustrial no es sotenible sin el aporte crucial de las energías fósiles. Nuestros abuelos nunca pudieron imaginar el milagro de alimentar a miles de millones de humanos.
Mantener una civilización compleja sin una energía abundante y barata sólo con permacultura me parece una tarea imposible. En cualquier caso podríamos sobrevivir si el 90% de la pobalción se dedicara a labores agrarias o de pesca artesanal.
Un cordial saludo.
¿Nada más el clima?
ResponderEliminarhttp://www.envirotekonline.com/contenido-olvidense-del-petroleo-preocupense-por-el-fosforo-16.html
Lectura completa amigo. Lectura COMPLETA !
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1) En el corto plazo el CLIMA. Si se desboca estamos muertos.
2) En el mediano plazo los COMBUSTIBLES FOSILES. Seguramente la producción alimentaria tendrá que ser PRIVILEGIADA en el uso de los recursos y eso nos permite deducir que los "canarios en la mina" serán los autos particulares y luego los aviones.
3) Ya en un plazo un poco más largo el problema de los FOSFATOS porque, vamos a tener faltantes salvo que le encontremos una respuesta a esto.
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Ahora si ?, o hay que volver a copiarlo ?
Es increible la cantidad de tiempo y materia gris que perdeis en sesudos estudios sobre cuestiones efimeras como la agricultura industrial: es inviable, punto, como lo son las ciudades , punto.
ResponderEliminarSeamos pragmaticos, comencemos a planificar y actuar sobre nuestro futuro, debemos volver a los ciclos naturales y restaurar los bosques autoctonos con especies que produzcan alimentos para los seres humanos.
Comencemos pues , y dejad de buscarle pies al gato , leed las obras de Felix Rodrigo Mora y dejaros de pajas mentales, asi por lo de pronto todos sabremos de lo que hablamos.
El petroleo se acaba, los fosfatos se acaban, entonces la agricultura industrial y su prima hermana la ecologica se acaban, punto pelota.
Soluciones:
http://www.slideshare.net/financialpermaculture/carbon-farming-enterprises-at-financial-permaculture09#btnPrevious
Y una revolución integral.
Para mi el factor fosfato es fundamental, nos olvidamos que sin fosfato no hay vida y como recurso mineral es limitado y solo un par de paises poseen tres cuartas partes de las reservas mundiales. Como en el caso del petroleo existe un pico del fosfato, estoy seguro aunque algunos lo niegan:
ResponderEliminarhttp://www.fertilizer.org/ifa/HomePage/SUSTAINABILITY/Phosphorus-peak-phosphate
Hay intentos por mejorar el in take del fósforo en los cultivos mediante mejora o usando catalizadores orgánicos que permitan una mejor absorción pero como siempre buenas intenciones y pocos resultados practicos.
Interesante aportación pero realmente una pena que se base en datos tan viejos, las situación de los años 70-89 es incomparable con el sistema agroalimentario que tenemos ahora como ya ha sido mencionado en anteriores comentarios.
ResponderEliminarPor otro lado existen algunos estudios con informaciones mas recientes. Os dejo algunos enlaces.
Para la situacion española son interesante los articulos del equipo de Manuel Gonzálea de Molina sobre el decrecimiento y agricultura ecologica:
- En la Revista Economia Critica, no. 10, http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n10/6.pdf
- En Cuides. Cuaderno Interdisciplinar de Desarrollo Sostenible, http://publicaciones.fundacioncajamar.com/index.php/cuides/article/view/269
Publicacion de Post Carbon Institute - The Food and Farming Transition: Toward a Post-Carbon Food System de 2009 que ha sido traducido en español como La transición alimentaria y agrícola, https://docs.google.com/file/d/0B_SYNYTajbtdX0lOaG1UWmJkaTA/edit?pli=1
Hola a todos,
ResponderEliminarGabriel me hizo llegar ayer este mensaje (a él le cuesta conectarse establemente), aunque yo no lo he podido poner hasta ahora porque estaba dando una conferencia:
Estimado Darío, coincido con tus observaciones. Tal como dices, es un "un corta y pega" lo que hice, lo cual me dio relativamente poco trabajo, salvo encontrar la información con la que en general está dentro de mi línea de pensamientos y que a su vez tiene datos y estadísticas elaboradas por organismos mundiales, y que aunque no sean exactos y/o actualizados, marcan tendencias, que es lo que realmente me interesa y me parece relevante.
En ningún momento he pretendido fingir o hacer pasar como míos los textos, salvo los encabezamientos, a los que les pongo como límite mi "firma".
Cualquiera puede con mínimo trabajo ver que los textos son textuales de trabajos realizados por los organismos de los que declaro las fuentes.
Sí pretendo con los artículos -y tal vez por eso Antonio los publica así- generar debates respecto a estos temas, porque los considero de vital importancia para tratar los temas que aquí nos convocan. Espero con ello estimular a que gente mas preparada que yo, rebata lo dicho y lo mejore por supuesto.
En realidad encuentro demasiado poca información consistente y mejor ordenada para analizar y debatir estos temas (no sabré buscarla) ... Espero que esto que es muy mejorable, se complete con los aportes de terceros mejor preparados.
Yo le envío los artículos a Antonio, esperando recibir alguna crítica y/o consejo. Como es él, no lo hace... porque considerará que están dentro de límites aceptables y porque como lo ha dicho, no es responsable de las opiniones de terceros. Pero no creo que lo haga por que sí no más... sabrá que algún jugo se le puede sacar.
Saludos
AMT, a mí me pasa un poco como a tí, escribo Ecolo humano, y expreso mis pensamientos para apoyar a hacer un mundo más humano, para salvar a la naturaleza y denunciar a todos los embusteros que solo tratan de llenar su barriga, sin pensar que entre todos podemos hacer un mundo mejor, comprendo que hay muchas personas muy capacitadas que pueden mostrar los caminos a seguir, por ejemplo América del Sur, nos está mostrando un camino a seguir, pero si todos ponemos un grano de arena, lo conseguiremos.
EliminarCon mucho carbón también se puede ser superpotencia económica. Un ejemplo de que el carbón es una pieza clave en esta orgía energética que vivimos en el BAU es China.
ResponderEliminarAunque el carbón no es tan versátil como el petróleo si que sirve y mucho para el crecimiento del PIB del gigante asiático.
Dejo unos enlaces muy interesantes acerca del carbón como fuente energética del siglo XXI.
http://actualidad.rt.com/economia/view/57163-petroleo-caro-mata-eeuu-europa
http://www.lagranepoca.com/26995-china-responsable-mitad-quema-carbon-mundo
http://www.taringa.net/posts/noticias/15980999/El-regreso-del-carbon.html
Un cordial saludo
Año 2017 año clave para el carbón. Se me olvidaba este link.
ResponderEliminarhttp://www.lavanguardia.com/economia/20121218/54356452939/carbon-nivel-petroleo-2017.html
Un cordial saludo
Creo que a muchos les puede interesar esta explicación de la causa de la crisis económica que sufren los empresarios productivos, los asalariados y las administraciones.
ResponderEliminarEl artículo ha sido publicado hoy, por lo que no podría haber puesto el link en una ocasión anterior, más acorde con el tema que tratamos, pero pienso que es tan importante que vale la pena ponerlo en cualquier momento. Es algo que debe saberse.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/por_que_los_banqueros_dominan_el_mundo_es_el_interes_estupido
Y el original en inglés:
http://www.globalresearch.ca/its-the-interest-stupid-why-bankers-rule-the-world/5311030
Saludos.
FBB