martes, 31 de enero de 2012

Cómo no vamos a salir de esta crisis

Imagen del blog de Stephen Rees, http://http://stephenrees.wordpress.com

Queridos lectores,

Hace unos días tuve el honor de participar en un acto organizado por el Ayuntamiento de Figueres; se trataba de una mesa redonda sobre cambio climático y el papel que han de tener los ayuntamientos para afrontarlo. Me invitó el propio concejal de Medio Ambiente, el cual, por cierto, no está nada conforme con el post que dediqué a la cubierta fotovoltaica instalada en una céntrica plaza de ésta, nuestra ciudad (me explicó sus motivos y aunque no los comparto plenamente al menos ahora puedo entender las razones que se adujeron en su día para justificarla). Y a pesar de esta, digamos, no muy apreciada carta de presentación quiso el concejal, que ya me había oído hablar en otro foro, contar conmigo para esta ocasión - imparcialidad que le honra.

Sin entrar en detalles, la mesa redonda fue transcurriendo por derroteros cada vez más sombríos: primero un empresario del sector de las energías renovables "de proximidad", realista y ponderado, describiendo las ventajas y los inconvenientes (y los innumerables obstáculos) de su actividad; luego yo, haciendo una rápida semblanza de la crisis energética global, su conexión con la crisis económica, y cómo la salida que absurdamente intentaremos nos llevará a agravar el problema del cambio climático (tema que ya abordamos en un post) sin cambiar significativamente el curso general de los acontecimientos, si no es a peor. Y por último habló el Director de Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible (CADS) de la Generalitat de Catalunya, con quien yo había coincidido el última día que estuve en Catalunya Ràdio (pero ésa es ya otra historia), el cual me sorprendió haciendo un discurso bastante negro y deprimente sobre el futuro que nos espera; con un ligero rayo de esperanza al final, pero que él mismo matizó a la baja.

Después del acto estuvimos varios de los asistentes, algunos de ellos con responsabilidades políticas, tomando algo (muy frugalmente, la austeridad está calando en la Administración) y observé algo que hace tiempo que vengo detectando: un cierto fatalismo madmaxista (como gustan de decir algunos lectores para describir visiones apocalípticas). Así, uno decía que el ser humano está abocado a su extinción, mientras que para otro la revolución sangrienta era el siguiente capítulo de nuestra historia. Y lo decían así, tranquilamente, como si la cosa no fuera con ellos, como si no fueran ellos y sus familiares los que vayan a ser pasados a cuchillo. El más moderado decía que sólo aprendemos a bofetadas y que sólo comenzará a haber una reacción cuando nos caiga la primera fuerte (lo cual, por desgracia, es bastante cierto: eso sí, falta ver si después nos podemos volver a poner de pie).

Lo preocupante de esta dosis de sobre-realismo que poco a poco va calando en ciertos estratos de nuestra clase política (los que tienen un contacto más directo y cercano con el administrado, me temo) es que tan fatídico para nuestro futuro es el exceso de triunfalismo y confianza en el futuro (el típico "no hacer nada" con el que históricamente se ha salido de las crisis en España) como el derrotismo absoluto y la inacción. Y ahí está el meollo de la cuestión que quiero discutir hoy: qué tipo de medidas y actitudes no nos van a permitir salir de esta crisis, sino que la van a empeorar.

Dejemos primero clara una cosa obvia para el lector asiduo de este blog: como tanto hemos repetido, esta crisis económica no va a acabar nunca, no al menos dentro de nuestro paradigma económico. El corolario obvio es que entonces tenemos que cambiar nuestro sistema económico y por ende el financiero: que no haya solución dentro de este paradigma, merece la pena insistir en ello, no quiere decir que no haya una solución saliéndose del paradigma, y ya discutimos aquí algunas maneras razonables de encarar esa salida por la tangente. Pero tal pretensión se considera tan disparatada y maximalista que no resulta aceptable, y por tanto se habla y se habla de reformar el sistema político cuando lo que falla y todo gangrena es el económico. Y esto lleva a una serie de actitudes disonantes características de nuestros representantes y de los propios ciudadanos, que en realidad tienden a empeorar la situación por no entender qué está pasando. A saber:

  • Inacción esperando el Deux ex machina: Ésta es la práctica más habitual en España en las últimas décadas. Consiste en esperar a que los países ricos de Europa (Alemania, Francia, Inglaterra, los países nórdicos) salgan de la crisis y mediante su envío de turistas y de inversiones nos saquen del marasmo. Seguramente ésta fue también la inconfesable apuesta del anterior Gobierno durante los primeros años de esta crisis, pero a estas alturas, con un 22,3% de paro, superando el paro juvenil el 40% y más del 50% de los empleados siendo mileuristas ningún Gobierno se puede permitir el lujo de cruzarse de brazos y sentarse delante de su puerta a esperar. Y es que los países ricos no acaban de remontar el vuelo, y todo apunta a que van a volver a entrar en recesión (en la nueva recesión).
  • Legislar mucho, sobre todo en materia fiscal: Ésta es la corriente que dominó la última etapa del Gobierno anterior y que domina la primera etapa del Gobierno actual. Como no se puede no hacer nada, vamos a hacer mucho, y como no sabemos el qué, vamos a actuar sobre los mecanismos más directos y que más conocemos. Si hay contracción económica, vamos a estimular la inversión disminuyendo la recaudación a los empresarios con bajadas de impuestos o reduciéndoles sus costes, sobre todo por la vía del abaratamiento del despido y las facilidades para reducir los sueldos - vía destrucción del concepto de convenio colectivo-, en el contexto de la mal llamada reforma laboral (que es en realidad una revocación de la legislación laboral vigente). Como por otra parte hay un desequilibrio fiscal importante (fruto del rápido y no previsto ni analizado descenso de ingresos por la propia caída de la actividad económica), se aumentan los impuestos a las clases medias y bajas, ya sea por la vía directa o la indirecta. El problema de tal manera de actuar es que se inhibe el consumo, en parte por pérdida de renta de la masa de consumidores, en parte por la creciente sensación de inseguridad y tendencia a ahorrar "por si vienen mal dadas", lo cual impacta negativamente en las empresas que se nutren del mercado doméstico. Durante un tiempo se ha compensado en parte este negativo efecto gracias a las empresas que se nutren del mercado exterior, esto es, de las exportaciones, pero ahora que hasta China y Brasil dan muestras de ralentización económica (cuando no de franca recesión) la caída de ingresos de las empresas es palmaria y por tanto la crisis se agrava: menos empresas, menos ingresos para el Estado, mayores problemas para equilibrar las cuentas -mayor déficit- etc en una espiral de autodestrucción.
  • Derrotismo y abandono: Algunos de nuestros representantes, que empiezan a interiorizar sin saber el por qué que de esta crisis no se sale, están comenzando a bajar los brazos y dejarse llevar, pero no confiando en que se arregle solo sino deseando que no se estropee mucho más. Encima cada día reciben un mayor caudal de descrédito y de desprecio por parte de los ciudadanos, cada vez más agobiados por una crisis que amenaza con sumir casi al 50% de los otrora ricos europeos en la pobreza y la exclusión (lo que también fue discutido con cierta profundidad en este blog). Todo lo cual vuelve a nuestros políticos un tanto cínicos y descreídos, aparte de ligeramente amargados, puesto que en muchos casos entraron con ganas de cambiar las cosas y las cosas les cambiaron a ellos. Este abandono es actitud humana pero infantil, e inaceptable en alguien que ha de servir de referencia y guía a sus conciudadanos en estos tiempos difíciles. 
  • Intentar resolver la crisis con medidas de ahorro energético: Otros identifican correctamente que hay un problema con la energía, pero se saltan la conexión energía-economía (como si fueran dos aspectos diferenciados e independientes) y creen que lo que se tiene que hacer es fomentar el ahorro y la eficiencia energética, aparte de la investigación en energía renovable. No tienen en cuenta que todo lo que uno ahorre necesariamente lo consumirá otro, porque el sistema económico busca maximizar el output (la producción, de lo que sea, bienes o servicios) y que por tanto nuestro sistema económico está programado para el despilfarro, no pudiendo funcionar eficientemente de otra manera. La eficiencia energética, otro de los lugares comunes de las propuestas de actuación política, no siempre es conseguible: a veces sólo nos fijamos en una parte del ciclo de vida de un producto -e.g., consumo de una bombilla eco-eficiente- sin tener en cuenta que el gasto total de energía es mayor -e.g., mayor coste energético de fabricación al implicar materiales raros difíciles de procesar e importados desde lejos, con reciclaje costoso). Incluso en los casos en los que se alcance una mejor eficiencia, en una economía de libre mercado tal ganancia de eficiencia implica un mayor gasto energético, y no menos (es la denominada "Paradoja de Jevons", que Quim discutió con detalle en un post). En algunos casos, cuando he señalado este problema con la eficiencia, los gestores apuntan acertadamente a la necesidad de regular el consumo de recursos, pero sin darse cuenta de que la implementación de tal restricción legislativa es incompatible con un sistema de libre mercado y que puede dar lugar a muchos problemas indeseables. Por último, respecto al fomento en la investigación en energías renovables, no deja de ser curiosa tal afirmación, como si no lleváramos décadas invirtiendo e investigando en tales fuentes, y como si porque ahora lo necesitamos obtendremos aquello que queremos (y eso sin hablar de los límites de potencial máximo y de otros tipos que tienen). Pero lo que más me alarma es que la gente que me oye hablar de crisis energética y está concienciada tiende a incidir en el ahorro energético, y no se dan cuenta de que su problema no es energético en primer lugar, sino económico. Qué más da que ahorre una energía (que al final consumirá otro) si su problema es que no tiene capital para sufragar sus proyectos, para el mantenimiento de la infraestructura, para preservar el empleo, para dar de comer a la gente... La crisis energética es sólo el síntoma; el problema es más grave y más profundo, y no es otro que la inviabilidad del sistema económico y productivo (y por ende financiero) tal y como está planteado. Intentar actuar sobre la crisis energética, el síntoma, es como pretender curar un cáncer con aspirinas sólo porque al paciente le duele la cabeza.
  • El exceso de garantismo: Justamente el otro día, cuando empezamos a hablar más seriamente de estos temas y mis interlocutores estaban dispuestos a ir un poco más allá, surgió una cuestión que yo creo que a la larga será clave: la necesidad, en ciertos momentos, de saltarse un poco a la torera la legislación vigente. No estoy hablando, por supuesto, de transgredir la legislación penal ni cualquier otra que afecta a la salud y el bienestar de las personas, sino la meramente administrativa surgida de un entorno de amplios recursos donde la actividad está más controlada y reglada y la parsimonia es la norma, lo cual puede ser letal cuando tu objetivo es asegurar el alimento de la gente. No pude desarrollar mi argumento porque mis interlocutores se alarmaron ante mi afirmación inicial, puesto que la Administración no debe violentar las normas (a pesar de lo muy frecuentemente que lo hace, y en materias penalmente más graves). Sin embargo, yo pienso en cosas muy básicas y banales. Por ejemplo, seguro que la normativa del municipio X no permite tener un huerto en un solar abandonado si no se cumplen los trámites Y y Z; pues bien, es simplemente "hacer la vista gorda" con esa normativa, o incluso derrogarla, si con ello vamos a solucionar un problema mayor, aunque la ciudad se nos vuelva estéticamente un poco menos chic (por ejemplo en mi ciudad no está permitido tender la ropa si ésta se ve desde la calle, con lo que la gente que sólo tiene un balcón generalmente se tiene que comprar una secadora si no quieren pagar multas recurrentemente). En suma, que resulta conveniente tener un poco más de cintura para poderse adaptar a una situación que aún hoy suena a inimaginable y de locos, pero que no faltando tanto tiempo será nuestro pan de cada día (y que nos lo den cada día).
  • Voluntarismo mal entendido: El otro día la nueva alcaldesa de Madrid hacía un llamamiento a que sus ciudadanos se hiciesen cargo de los servicios de manera voluntaria (suena increíble, pero la noticia es cierta). Lo cual está muy bien, porque uno de los elementos clave de la transición es el apoyo de la comunidad. Lo que demuestra que la Sra. Alcaldesa no ha entendido la substancia de la situación es su afirmación "Me gustaría que esos espacios públicos, centros culturales, polideportivos, que hemos construido y por la crisis no podemos atender a todas las necesidades que requieren, los madrileños se implicaran para hacerlos rentables". Negrita del original de la noticia, y muy oportuna, porque ahí está la clave del error de la señora alcaldesa, o bien que le traiciona el subconsciente y dice lo que debería callarse, y es que su motivación es la rentabilidad, no el servicio. Está claro que la vía a seguir es la de la implicación ciudadano delante de unas instituciones que fallan, aunque para cosas más importantes que mantener unos polideportivos (cuyo mantenimiento, como siempre pasa en España, no fue contemplado como gasto recurrente por la Administración contratante). Lo que pasa es que si los administrados toman el papel de administradores, ¿para qué quieren entonces a la Administración? La socialización de la gestión implica la pérdida de sentido del Ayuntamiento. Aunque posiblemente muchos Ayuntamientos quiebren y sean estos ayuntamientos oficiosos y voluntarios los que ejerzan al final de poder local real. En todo caso, este tipo de "solución" no sólo no resuelve el problema, sino que crea uno nuevo: el de la eliminación de la Administración local por la vía de facto (lo cual recuerda mucho a la fase 3 del colapso).

En suma, una curiosa colección de mala praxis para gestionar una situación inédita, cuando más que nunca se necesita claridad de ideas y firmeza de actuación. Pero para lo cual probablemente el propio pueblo ha de tener las ideas claras, y la primera cuestión es, insisto, comprender qué está pasando (una carta sencilla para los que aún no lo entienden), y delante de ello actuar como un adulto, no como un niño. Ahora, vuelvan a leer las propuestas utópicas que hicimos en su día, y párense a pensar si no son en realidad mucho más prácticas que lo que se está haciendo.


Salu2,
AMT

sábado, 28 de enero de 2012

Gestionando los recursos desde una maternidad consciente

Maternidad, de Pablo Ruiz Picasso


Queridos lectores,

En varias ocasiones se ha hablado aquí del control de la población, de cómo gestionar la violencia que viene, de las inevitables guerras, hambrunas o epidemias... todas ellas visiones muy masculinas de cómo deben gestionarse las relaciones interpersonales de la transición, muy viriles, muy "guerreras". Quizá convendría por una vez tener otra visión, de ese 50% de la Humanidad que muchas veces es invisible y que, en particular, raramente participa en este blog. Por eso creo que es una ocasión especial contar hoy con el post que ha escrito Natalia. En realidad su post no va de escasez de recursos o de cómo gestionar la crisis, sino de cosas más básicas y que en realidad están antes. Quizá de ser atendidas cosas antes no habría ese después del que tanto hablamos en este blog.

La visión de Natalia es muy diferente de la que predomina en este blog, y probablemente no será del gusto de muchos lectores habituales. Les invito, sin embargo, a leerla sin prejuicios, a ver un poco más lejos, a ver cómo, en realidad, de lo que habla Natalia es de lo mismo sobre lo que damos tantas vueltas... pero yendo más directamente al grano.

Les dejo con Natalia. Salu2,
AMT

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El presente post se escribe desde el contexto de una crisis que no acabará nunca, tal como nos ha recordado Antonio en otro post anterior, teniendo como posible escenario generalizado una gran exclusión social debida a la crisis económica que, como sabemos los que aquí comentamos, va de la mano de una crisis de recursos, energética y ecológica . Cada vez se hace más urgente gestionar los recursos de que disponemos de una manera consciente, prudente y moderada, para que nuestras necesidades básicas y las de nuestras familias estén cubiertas.


He incluido el término de maternidad consciente ya que las madres somos el núcleo sobre el que nos sustentamos como especie. Somos la urdimbre de este tejido social. Los hombres, padres o no, y las mujeres que no son madres forman la trama de ese tejido humano. Sin urdimbre no hay tejido. Sin trama, tampoco.


Cada vez que aparezca la palabra madre hay que entenderla como persona maternante de una criatura humana, esto es, como persona base de conexión emocional, de alimento y de cuidados de dicha criatura.


El Dr. Michel Odent es un conocido obstetra francés que creó en Londres el “Centro de Investigación de Salud Primal”, centro donde recopilan estudios publicados en revistas científicas y médicas en las que se investiga la relación entre el periodo primal (que comprende desde el embarazo hasta un año después del nacimiento) y la capacidad de amar del individuo. Así, se descubrió que las conductas violentas en edades adultas están asociadas a “complicaciones” durante el nacimiento, junto a una temprana separación de la madre o rechazo por parte de ella.


La hormona oxitocina se encuentra en medio de cualquier aspecto relacionado con el amor. Es primeramente secretada por el hipotálamo; posteriormente, pasa a la glándula pituitaria posterior donde, bajo circunstancias específicas, como puede ser un parto, es liberada repentinamente al torrente sanguíneo de forma pulsátil.

Las betaendorfinas liberan prolactina, una hormona que le da el toque final a la maduración de los pulmones del bebé y que es necesaria para la secreción de la leche materna. A la vez, durante el parto, el bebé libera sus propias endorfinas. Es en este momento en el que se establece esa relación de apego o vínculo.


Sin embargo existen otras hormonas, como la adrenalina, que inhiben a las anteriores y que son liberadas cuando los mamíferos tienen miedo o sienten frío. Estas hormonas nos preparan para un posible caso de huida o lucha, y permite a una madre en fase de parto, detener el mismo y posponerlo. Otro potente inhibidor del parto es el neocórtex. Para que el parto se produzca el neocórtex tiene que reducir su actividad, permitiendo al “cerebro primitivo” tomar el mando. Luces intensas, conversaciones lógicas, ruidos, o un ambiente desconocido, alteran la fluidez durante el parto. Para sentirnos seguros, antes nos debemos sentir protegidos. Lo que consideramos la manera normal de nacer es una manera violenta de venir al mundo, es una manera violenta de dar a luz.


Cuando el proceso del nacimiento se vea como un período importantísimo en nuestra capacidad de amar, nuestra visión de la violencia cambiará.


Frederick Leboyer en su precioso libro “Por un nacimiento sin violencia”, nos acerca al nacimiento desde la perspectiva del bebé, otorgándole el papel protagonista que le pertenece.


John Bowlby escribió un artículo titulado "The Nature of the Child's Tie to his Mother". Por su parte Harry Harlow publicó el mismo año "The Nature of Love”. Ambos escribieron sobre el apego y su función primordial en la salud del bebé.


Otros estudios antropológicos realizados por Margaret Mead en su extensa obra, Jean Liedloff en su obra “El concepto del continuum”, o Meredith F. Small en “Nuestros hijos y nosotros”, nos recuerdan que las sociedades más apegadas y cuidadosas con la naturaleza, en las que predomina la armonía, son aquellas que tratan a los niños con igualdad, dignidad y respeto. Los niños están incluidos en todos los ámbitos de la vida y se les tiene en cuenta para la organización de cada aspecto de la misma. Sin embargo en las sociedades guerreras, los niños son tratados con dureza y educados para ese fin en su vida futura.


Se puede concluir, por lo tanto, que si deseamos una sociedad más justa, donde las personas sean tratadas con dignidad, respeto e igualdad, hemos de tratar amablemente a los niños.









De la misma manera, las madres que están criando necesitan sentirse protegidas y cuidadas, para poder cuidar adecuadamente de su criatura. Es por esto que se dice que para criar a un niño hace falta toda una tribu. Antonio escribió en un post anterior sobre lanecesidad de la comunidad para resolverse en los duros tiempos que se avecinan, y las madres y sus bebés son especialmente vulnerables a la falta de esa comunidad.


A su vez, tienen mucho que aportar. Ya nuestro cuerpo durante el embarazo, momento especial en el que se ha de nutrir a otro ser vivo, se vuelve más efectivo con los alimentos que ingiere la madre. Lo que antes alimentaba a uno, ahora lo hace para dos personas.


Cuando nace el bebé, aprendemos a utilizar las dos manos para tareas en las que antes sólo sabíamos utilizar una sola, como comer, por ejemplo. Aprendemos de manera exponencial a prestar atención a dos, tres o incluso más tareas a la vez. Nuestro cuerpo se prepara para cobijar durante muchos meses a la criatura recién nacida. Nuestra mente focaliza la atención en todas las áreas cerebrales que impliquen una mayor efectividad para ofrecer cuidados y atención. Otras áreas tales como las implicadas en el lenguaje, son relegadas a un segundo plano. (Ver “El cerebro femenino” de la neurobióloga Louann Brizendine).


Hay numerosos autores que han publicado el resultado de sus investigaciones y sería demasiado extenso mencionarlos y resumir el aporte de cada uno de ellos en un solo post, por lo que intentaré aumentar la información en los comentarios. 

En nuestra sociedad disponemos actualmente de una gran cantidad y variedad de recursos. Éstos han moldeado la cultura en la que vivimos, con sus límites e ideas. Recuerdo el parto de mi primera hija. Venía de nalgas y esta posición está considerada como “peligrosa”, por lo que la solución a este problema es practicar una cesárea. Sin embargo yo tenía suficientes conocimientos como para elegir con conciencia qué opción tomar. Mi hija nació de nalgas en un parto natural que duró unas tres horas en una maternidad muy especial donde mi elección fue respetada. Mi segunda hija nació en casa, frente al fuego del hogar. La recogieron su padre y una amiga que nos acompañaba esa noche. La matrona se presentó unos minutos más tarde para observar que mi evolución y la de mi hija fueran las adecuadas. No necesité nada más, así que liberé recursos para que repercutieran en el resto de la sociedad. 



Un día cualquiera en nuestras vidas puede transcurrir aproximadamente así:


Nos levantamos con el sol y desayunamos unas mandarinas, algo de pan tostado y yo me preparo un café, que me tomo con la conciencia de estar disfrutando de un lujo. La mañana se nos pasa en encender el fuego y preparar la leña, dar de comer a las gallinas y al gato, recoger los huevos, leer algún libro y practicar alguno de los últimos conocimientos que hayamos adquirido. En mi caso hace poco he aprendido a tejer. Mi hija está fascinada con las matemáticas y utilizamos garbanzos, lentejas, macarrones o piedras para resolver los problemas. Posiblemente también realice algún juego creativo donde se invente historias, o comience una manualidad que le permita adquirir una habilidad o un conocimiento nuevo. Mientras tanto he amamantado varias ocasiones a mi bebé, que habrá dormido alguna que otra vez. Su papá ocupa el tiempo fuera del trabajo en finalizar aquellas tareas que se hayan quedado pendientes, o en atender a alguna de sus hijas. Preparamos la comida, que en escasas ocasiones llevará carne. Después de comer, si el tiempo lo permite, recogeremos ramas secas del bosque que tenemos cercano a casa, o quizá esparto para alguna manualidad. Con facilidad nos cruzaremos con alguno de los pastores del pueblo y yo intentaré concluir algún trueque de leche o lana por otros alimentos. A su vez visitaremos a los vecinos de al lado para darles mandarinas a cambio de las patatas que recibimos hace unas semanas atrás. Llegará la noche y cenaremos aprovechando el horno de leña unas patatas asadas, que acompañaremos de los huevos que hemos recogido de nuestras gallinas. Cuando llegue la hora de dormir, a pesar del cansancio, tendremos la sensación de que faltó tiempo para todas las cosas que deseábamos hacer. Con calma, nos acostamos sabiendo que mañana comienza un nuevo día y que miles de nuevas opciones se abren ante nuestros ojos.



Buenas noches.

martes, 24 de enero de 2012

Amortiguador logístico y local a la crisis energética




Queridos lectores,

Después de tantos post tan negativos sobre las alternativas renovables, el post de hoy corre a cargo de un viejo conocido de este blog, Juan Luis Chulilla, quien nos brinda algunas ideas útiles sobre una cuestión clave y poco discutida de la crisis energética: las necesidades logísticas. Les dejo con Juan Luis.

Salu2,
AMT

Amortiguador logístico y local a la crisis energética




(CC-By) Juan Chulilla


Cada vez hay que hacer un esfuerzo de voluntad más férreo, cada vez hay que ser más disciplinado en el wishful thinking, para negar el escenario que nos espera en el futuro cercano: la oferta energética no va a poder satisfacer la totalidad de la demanda. Antonio lleva más de dos años ilustrándonos con análisis propios y ajenos distintos aspectos de este cuadro.



Podríamos dejarlo aquí, dado que es tan innegable como inevitable... si no se matiza. Efectivamente, la oferta energética no va a poder responder a la demanda energética tal cual es hoy en día. Como quiera que los homo sapiens somos muy buenos en hacer de la necesidad virtud, hay espacio para una reflexión positiva y realista, sin wishful thinking por un lado ni madmaxismos por otro. No sé vosotros, pero a mí el cuero con tachuelas me quedan fatal y sé quién saldría de la cúpula del trueno con aquello de “dos hombres entran, uno sale”: no sería yo.



A lo que voy. La demanda energética es más elástica de lo que parece, si pagamos distintos precios. Como Antonio nos ha ido comentando, uno de los precios va a ser el del transporte privado. De hecho, en colaboraciones anteriores hablé del problema del coche como símbolo de status, con lo que huelga repetirlo. Sin embargo, el transporte privado es una parte hasta menor de un problema mucho más general, de uno de los problemas esenciales de la humanidad de nuestro tiempo: la logística.



Si tengo que ir al curro en tren en vez de en coche (no es mi caso) y le tengo que echar 4 horas en vez de una es una faena tremenda, pero puedo vivir con ello. Si la flota logística mundial transporta menos productos de primera necesidad, no es una faena: es un peligro mortal para poblaciones enteras. Las dos maravillas de la logística industrial y postindustrial es que es eficaz a escalas inimaginables hace 60 años, o incluso 30, y que es transparente. Y la sostienen la energía barata, lo que tienen los días contados, y la digitalización de la cadena, lo que tiene margen para la mejora.



Vaya por delante que las mejoras en la digitalización de la cadena no pueden compensar la caída de la energía barata, pero sí aminorar un poco su impacto. Sobre todo, si deja de ser transparente: nuestro día a día ha provocado que nos resulte invisible el trasiego de mercancías por nuestros núcleos urbanos, a fuerza de verlo. Sólo una minoría de la población es consciente de las enormes distancias que recorren nuestras mercancías, y del kilometraje excesivo consecuencia de las economías de escala dependientes de la energía barata. Lo mismo que es más barato producir en China y transportar en enormes portacontenedores a Rotterdam, es más barato producir los componentes del ketchup en gran escala en donde sea más barato de Europa y mezclarlos en UK.



Si la población es consciente de que la cadena logística puede mejorar, que es necesario que mejore y que una de las mejoras consiste en eliminar los kilometrajes innecesarios, aumentarán la presión para reconfigurar las cadenas de producción. Los logos pueden llegar a ser muy poderosos si adquieren viralidad, con lo que a lo mejor sería muy útil que, una vez que empezara el movimiento de limitación logística, los fabricantes que se adhirieran a él usaran un logo impactante. Algo así






Claro que la disminución de la huella logística de un producto no acaba ahí. Podemos dar un paso más y apostar por la vuelta del granel, tanto en envase reciclable como en sobre de papel.



Cuando vayáis a una gran superficie, paraos a observar las estanterías repletas de productos. Una orgía visual y de colores envuelve a cada alimento o bebida. Si las bandejas de poliuretano expandido son obligatorias de facto para envolver carne o pescado y muy habituales para fruta y hasta verdura, ahora plastificamos hasta la herramienta más inane para colgarla de su gancho en el expositor. Cada producto consume no sólo cantidades nada despreciables respecto a su masa de envoltorio y decoración del mismo, sino que además ocupa mucho más en el transporte.



Es obvio que no se puede volver de golpe a las compras que hacían nuestras abuelas, pero algunos pasos son sencillos: desde el envase retornable en refrescos y bebidas alcohólicas, a rechazar el embalaje en poliuretano del máximo de productos posibles, para llegar a una conciencia cívica y social de la falta de necesidad de tanta fanfarria marketiniana. Y esto no es político o estético, sino energético: transportar barriles de bebidas, o alimentos a granel, es más eficiente que empaquetarlos en cómodos packs.



La ciudadanía y su conciencia es imprescindible. Vuelvo a la idea sencilla, hasta tonta, de un logo que podría convivir con el caracol. Aquí no lo veo tan obvio, pero quizás un paquete abierto, o un cucurucho... (perdonad si el arte gráfico no es lo mío).




Y por no extenderme demasiado, una última medida logística, aún más social que la anterior: volver a la fabricación local aprovechando el conocimiento distribuido.



Las lamentables condiciones de trabajo en China y otros países en desarrollo provocan que sea muy barato producir en grandes fábricas al otro lado del mundo. El fin de la energía barata romperá esa situación, y la única solución nace del decrecimiento o downshifting. Pero ese decrecimiento, tan inevitable como deseable, no tiene por qué ser en bruto, lineal.



Ocurre lo mismo que con la logística: de tan abundante, es invisible. En este caso, las fábricas se han alejado de las zonas residenciales, y sólo una minoría pequeña de la población conoce de primera mano los procesos de fabricación de los bienes. Contando con que el decrecimiento reducirá la masa de productos fabricados y por lo tanto la ventaja de la economía de escala, la fabricación local puede responder muy bien a la nueva situación. No sólo por reducir la huella logística de productos elaborados - recordemos, hasta ahora hay que moverlo todo, la materia prima y el producto elaborado, por medio mundo - sino que con apoyo digital se puede ajustar mucho más el stockage y el volumen de fabricación a demandas mucho más precisas. Dell en su día fue un ejemplo de cómo reducir al mínimo el stockage de componentes aprovechando la cadena de distribución basada en Internet.



Pero eso es sólo el principio. El problema de la fabricación industrial convencional es que exige el empleo de máquinas herramienta enormes, caras y complejas de operar. Aunque no sea el ejemplo más positivo, el Kalashnikov es “barato” porque hay en Izhmash y otros lugares líneas de producción kilométricas que permiten producciones millonarias. Sin embargo, el auge de las tecnologías digitales ha provocado que la Ley de Moore influya también en el coste de las máquinas-herramienta asistidas por ordenador o CNC: cortadoras, prensadoras, rematadoras, etc. Siguiendo con el ejemplo, el abaratamiento de las CNC permitió que en USA floreciera una red de pequeñas empresas de armamento basadas completamente en CNC, lo que les aseguraba tanto unas calidades y acabados muy estrictos como les permitía que tiradas muy cortas fueran viables y ajustables a la demanda, en lugar de almacenar kilómetros de armeros.



La ley de Moore se sigue aplicando a los procesos de fabricación, y hay margen para la mejora. No sólo eso, Internet ha entrado de lleno y ha provocado su típico efecto disruptivo: si antes de Internet era complejo acceder a los conocimientos necesarios para operar máquinas CNC, hoy hay comunidades de particulares que adquieren máquinas baratas y/o usadas y las operan adquiriendo y compartiendo conocimiento.



Como ejemplo de comunidad (amateur, sin pretensiones profesionales, pero aún así impactante) tenemos thingiverse (http://www.thingiverse.com). Os recomiendo un paseo a los que no la conozcáis, porque es un ejemplo magnífico de lo que puede lograr una comunidad motivada para la autofabricación.



De hecho, en thingiverse vemos gran cantidad de ejemplos de unos dispositivos con más publicidad mediática: las impresoras 3D. Estos aparatos, que lentamente y capa a capa extruden un modelo plástico a partir de instrucciones del ordenador, bien pueden ser el anticipo de una revolución que algunos creen cercana, la autofabricación en casa. Sin embargo, hoy por hoy no solucionan la mayoría de las necesidades reales de objetos y productos fabriles de primera necesidad.



Por otra parte, si se distribuyen y abaratan las máquinas CNC, si se distribuye el conocimiento de operarlas y, como vemos en thingiverse, modelos digitales para fabricar productos reales, la fabricación distribuida, plenamente local, podría ser una realidad en relativamente poco tiempo. Esto tendría el beneficio añadido de dar empleo a las masas de desempleados habidos y por haber.



En resumen: la conciencia de la logística moderna, sus problemas y sus soluciones permiten ser optimistas hasta cierto punto y asumir que, con más decisión que suerte, el downshifting puede no ser catastrófico



viernes, 20 de enero de 2012

Los problemas del biodiésel: contaminación bacteriana y desgaste del motor

Queridos lectores,

He aquí el segundo post de la miniserie sobre la discusión de los problemas específicos al uso del biodiésel, en este caso uno bastante grave y muy bien documentado por Rafael Íñiguez.

Salu2,
AMT


Biocarburantes de recursos ‘renovables’. Apuntes del biodiésel. 

Desde hace unos años, es habitual ver en algunas estaciones de servicio de nuestros pueblos y ciudades surtidores etiquetados como ‘Biodiésel’, la reacción a su visión es de agrado, la diferencia de precio no es muy grande, pero el creer que hacemos un bien a nuestro entorno nos hace sentirnos mejor. Elegir esta opción implica el uso de un carburante biodiésel o FAME(1) que puede consumirse puro o en un porcentaje determinado, (p.e., B20= 20% FAME), para estos productos la estación de servicio tiene la obligación de venderlos etiquetados, para que el usuario asuma la compatibilidad de la determinada concentración de FAME con el funcionamiento de su motor. No obstante, aunque no utilicemos la opción del biodiésel, desde el año 2008 (Orden ITC/2877/2008) todos los gasóleos contienen por imperativo legal un porcentaje de FAME mezclado con el gasóleo fósil. Este porcentaje ha ido aumentando desde su implantación hasta el 7% actual(2). 

Esto es consecuencia de la aplicación de las políticas de los estados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estimular la agricultura  y disminuir la dependencia energética exterior que tienen la mayoría de los países industrializados de la Unión Europea y particularmente de España. Estas políticas se iniciaron con la Directiva 2003/30/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de mayo de 2003, para el fomento del uso de biocarburantes, la cual despertó grandes expectativas de negocio a nuevas empresas, las cuales han sido incentivadas con ayudas y facilidades por parte de las administraciones. Sin embargo, la aventura no ha sido muy afortunada y gran parte de las plantas de producción han tenido que cerrar por falta de rentabilidad, sobre todo por inferioridad de condiciones ante la importación de estos productos desde Estados Unidos o Argentina, donde aprovechan las subvenciones de sus países, y la llamada tasa cero que los exime de pagar impuestos al entrar en nuestro país (en principio, hasta finales del 2012), lo que les da a estas importaciones unas condiciones de mercado muy ventajosas. Debido a esta competencia, se ha llegado a solicitar por la asociación de productores de energías renovables (APPA) que se incremente progresivamente la proporción de FAME en el gasóleo hasta el 15% para el año 2020 y así poder dar salida a la capacidad de producción de nuestras plantas. Este es uno de los problemas que ha tenido, lo que en principio fue previsto como una ayuda para solucionar los problemas energéticos. Por desgracia nada es tan fácil y el biodiésel, si bien puede ser una ayuda, está ‘recién llegado’ y tiene muchas barreras que superar.

En España, más del 70% del parque móvil emplea gasóleo, ya que además es el que utilizan los transportistas debido a que el motor diésel tiene un mayor rendimiento que el de gasolina, y también porque existía una histórica diferencia de precios a favor del gasóleo. Una diferencia que, por la nueva fiscalidad, ha desaparecido. Esto determina que las características físico-químicas del gasóleo a suministrar estén limitadas por la compatibilidad con los millones de motores existentes que están funcionando, y que en su mayoría fueron diseñados para consumir gasóleo fósil (petrodiésel) con la  especificación técnica EN 590. Ahora y desde la obligación del uso de mezclas con biocarburantes, estos son  producidos según la norma europea EN 14214.

Esta norma EN 14214 se ha diseñado en función del biodiésel obtenido a partir de aceite de colza, la oleaginosa de mayor productividad en la zona centroeuropea, así como por otras características regionales. Debido también a las características regionales, algunos países mediterráneos donde, por ejemplo, el girasol es la principal oleaginosa, han introducido determinadas modificaciones en la norma para estimular la producción de biodiesel a partir de sus propias materias primas. En el caso de España, por ejemplo, se estableció un límite máximo superior en el índice de yodo, lo que impide su comercialización en otros países europeos donde se adoptaron las especificaciones originales de la norma.

Entre las normativas de países hay especificaciones con diferencias fundamentales, que se deben, por ejemplo, a normas sobre emisiones, o de protección del medio ambiente regional, o a las certificaciones exigidas a los constructores de motores.
Entre las especificaciones que más limitan se encuentran (3):

Contenido en azufre: el límite sobre este parámetro depende de la legislación sectorial de aplicación sobre contaminación atmosférica, que en la UE se basa en los requisitos establecidos legalmente para el diésel fósil.

Operabilidad en climas fríos: el punto de fusión y el comportamiento a bajas temperaturas en las materias primas que se pueden utilizar en la producción de biodiésel. Los límites de este parámetro están principalmente basados en las condiciones climáticas regionales.

Número de cetano: el límite sobre este parámetro depende de las especificaciones establecidas para el diésel convencional en la norma europea EN 590. El límite europeo para los constructores de motores está certificado con el mínimo de 51, establecido también para el biodiésel. Este estándar depende de las materias primas utilizadas en su fabricación.

Estabilidad a la oxidación: el biodiésel se degrada con mayor facilidad que el diésel fósil debido a su composición química. La estabilidad a la oxidación es un parámetro fundamental para asegurar el correcto funcionamiento en los motores, así como para su almacenamiento y distribución.

Contenido en mono-, di-, y triglicéridos: la norma europea establece límites individuales en el contenido de estos compuestos, así como para el glicerol total. Estos parámetros, y el glicerol libre, dependen del proceso de producción.

Densidad: la densidad del biodiésel es generalmente mayor que la del diésel fósil. Esta propiedad depende, en el caso del biodiésel, de su composición. Los límites de la normativa europea para este parámetro implican unos requisitos más restrictivos a las materias primas utilizables para su elaboración.

Viscosidad cinemática: esta propiedad es mayor en el caso del biodiesel que en el diesel fósil, y en algunos casos a bajas temperaturas el biodiesel se puede convertir en un producto demasiado viscoso e incluso solidificar. Es el rango más restrictivo europeo de este estándar e implica limitaciones a las posibles materias primas utilizables para su fabricación.



Índice de yodo: este parámetro mide la insaturación (4)  total existente en una mezcla de materias grasas, sin tener en cuenta los porcentajes relativos entre los compuestos mono y poliinsaturados. El mismo implica una importante restricción en cuanto a las materias primas utilizables para la producción de biodiésel.

Éster metílico de ácido linolénico y ésteres metílicos poliinsaturados: los límites aplicados en la norma europea para el contenido de estos dos tipos de compuestos pueden implicar la exclusión de determinadas materias primas.


Una característica esencial de la especificación técnica europea, la ya citada EN 14214, es que sólo se aplica a los ésteres metílicos de ácidos grasos (FAME), y otra es que establece las especificaciones técnicas, tanto para el gasóleo resultado de mezclar FAME con petrodiesel, como para el componente FAME puro (B100).

Si nos fijamos en el sexto grupo de la tabla superior vemos que la cantidad de agua admisible es de 500 ppm. Esto se debe a que el FAME es higroscópico y su solubilidad de agua es mayor de 5.000 ppm.  Por contra el gasóleo fósil, tiene una especificación de contenido máximo de agua de 200 ppm, y solubilidad de agua sólo es de 60 a 80 ppm.

El FAME, por su poder higroscópico, actúa como un emulsionante, formando una micro emulsión de agua en todo el sistema de combustible. Además el FAME es muy sensible frente a la oxidación y respecto a su carácter biodegradable es casi el doble que el del mejor gasóleo fósil.

La exposición anterior describiendo las propiedades higroscópicas del FAME, frente a la ausencia de afinidad por el agua del gasóleo fósil, se debe a la intención de mostrar, en primer lugar, la facilidad del aumento de contenido de agua de forma espontánea en el FAME en caso de exposición a humedad. Esto explica la mayor cantidad de agua permitida en la especificación de la norma EN 14214 para la mezcla de gasóleo fósil con biodiésel, frente a la menor cantidad permitida para los carburantes diésel fósiles. Resumiendo, el biodiésel puede absorber hasta 40 veces más agua que el diésel.

El problema es que cuando el contenido en agua es superior a 60 ppm es posible la aparición de vida microbiana en los carburantes diésel. Es por esta mayor facilidad de contener agua por lo que los FAME son más susceptibles a ‘padecer’  infecciones de hongos, levaduras y bacterias (5) que se desarrollan en el agua y se alimentan del gasóleo. Además como suele ser común en estos seres vivos su reproducción en condiciones favorables suele ser por duplicación, es decir exponencial, y con alimento disponible y temperatura adecuada en unos ciclos reproductivos muy cortos.
El funcionamiento normal de un motor diésel calienta el combustible, ya que el circuito es el siguiente:  “La bomba de aspiración succiona combustible del depósito a través de una rejilla filtrante, que se encuentra en el extremo del tubo de aspiración. Este combustible llega a través de un primer filtro que elimina las impurezas más gruesas que lleva en suspensión el gasóleo. Después la bomba lo mandaría al filtro del combustible y de ahí pasaría a la bomba de inyección, que lo mandaría a los inyectores. La bomba de alimentación normalmente trabaja con presiones en torno a 1 ó 2 Kg/cm2. y en cantidad suficiente, siendo una válvula de descarga la que regula dichas presiones, teniendo una canalización de retorno para el combustible sobrante que va de vuelta al depósito”. Una vez calentado por su paso por el motor, el carburante constituye un templado y perfecto caldo de cultivo en el que crecen y se extienden estos seres microscópicos, formando colonias y produciendo residuos de textura gelatinosa, infectando el gasóleo y recubriendo las paredes del depósito, las conducciones y los filtros. Además, tienen efectos corrosivos sobre algunos metales como aluminio y aleaciones de acero y por su estado gelatinoso, obstruyen los circuitos de combustible y elementos filtrantes, ocasionando pérdidas de potencia en los motores y averías, que si no se detectan a tiempo son graves y caras, sobre todo las causadas por la corrosión. 


(5)


En total unas 30 especies diferentes son capaces de vivir y multiplicarse en el gasóleo.

Este tipo de problemas, que antes de 2008 ocurría casi únicamente en el ámbito de las embarcaciones, se está extendiendo a la automoción, pero está cogiendo por sorpresa a usuarios y mecánicos que corrigen los síntomas con una limpieza, sin saber realmente, en muchos casos, el origen: ‘Un ser vivo sobre un carburante de nueva formulación’ que es más propenso a albergar vida, y que le sirve de alimento. Además si no hay un tratamiento con ‘medicación’, el problema se repetirá periódicamente, ya que solo es cuestión de tiempo que las bacterias vuelvan a multiplicarse.







Advierto que con esto no invito a que seamos unos ‘manitas’ y solucionemos estos problemas haciendo gala de un “Do it yourself”; si leen el etiquetado de un biocida comercializado para este fin, avisa que hay que tomar numerosas precauciones para manipular estos productos y que, si por ejemplo, el producto contacta con nuestra piel, acudamos al médico. Mucho cuidado.

Mención aparte merecen las explotaciones agrícolas que se abastecen de gasóleo al por mayor y que son muy susceptibles a este problema debido a que las máquinas funcionan durante temporadas, quedando el gasóleo almacenado y sin renovación largos periodos de tiempo. Caso de que se contamine un gran depósito, se ‘contagia’ a toda la maquinaria a la que suministra, ocasionándoles problemas en los caros y vitales sistemas de inyección.

Sedimentos producidos por microorganismos en el gasóleo.

  Filtros obstruidos.


Corrosión en depósito de aluminio causada por microorganismos.

Los FAME, también tienen detractores por otros motivos, por ejemplo en Estados Unidos la asociación de fabricantes de motores, se ha quejado de lo que ellos consideran una incongruencia, dado que después de años de esfuerzos y gastos en Investigación & Desarrollo en eficiencia y reducción de emisiones, la utilización por ley de los carburantes biodiésel les ha hecho retroceder notablemente por los problemas técnicos e incompatibilidades que se han presentado en el funcionamiento de los motores. El siguiente documento recoge estas quejas:



En los foros de automoción de todos los países que usan biodiésel, se leen numerosas historias de problemas de usuarios de vehículos diésel, sobretodo, con motores modernos dotados de tecnología electrónica y de alto rendimiento, supuestamente por la alimentación con FAME, aunque en muchos de los casos es debido a un mal uso, ya que hay fabricantes de automóviles que en sus manuales limitan el uso de los FAME. En  ocasiones, las causas de las averías, son las infecciones anteriormente descritas, es decir las causadas por microorganismos. Otra averías se deben al mayor poder oxidante de los FAME, lo que les da mas poder disolvente, atacando y ablandando las juntas y sellos de goma. También se apunta como causa de la aparición de mayor numero de averías, a la reducción del azufre permitido en la mezcla, que actuaba como lubricante, hasta un máximo de 10 mg/Kg y que  debería ser compensado por el mayor poder lubrificante del FAME.

Problemas de inyección usando biodiésel (6).


Además la presencia de agua normalmente puede darle al carburante unas propiedades de lubricidad menores, acortando la vida de piezas móviles. También tiene desventajas por la coquización de inyectores y por la mayor dilución del lubricante, por lo que se recomiendan cambios de aceite en periodos más cortos que para un gasóleo fósil.

Curiosamente las nuevas tecnologías en los motores, lo que precisamente consiguen es reducir las emisiones aumentando la eficiencia. Sin embargo, las averías se presentan al parecer por ser más vulnerables a estos cambios de composición de los FAME, por lo que los usos deben ser lo más escrupulosamente correctos según el fabricante del motor, lo cual para un conductor estándar se torna complicado.

La industria de los biocarburantes es reciente, y la ley de Murphy ha hecho su aparición. De momento, algunos fabricantes de aditivos, están desarrollando y comercializando productos para combatir las nuevas amenazas a los usuarios de motores diésel (y sus doloridos bolsillos), con tratamientos de biocidas de amplio espectro, compatibles con la mecánica y que sirven para prevenir y ’curar’ estas infecciones. También se pueden usar caros aditivos para micronizar el agua y así evitar que aniden las bacterias. Según fuentes del sector, desde la implantación de la mezcla de biodiésel, ha aumentado mucho la demanda de los productos biocidas para los automóviles. Seguramente, en poco tiempo esta industria conseguirá  solucionar estos problemas, (probablemente con un encarecimiento de los productos) pero actualmente es una tarea que resolver.

Merece la pena citar que el boletín del estado que regula los biocarburantes, http://www.boe.es/boe/dias/2006/02/17/pdfs/A06342-06357.pdf,  ya citaba expresamente la posible presencia de agua en las instalaciones de almacenamiento de mezcla de gasóleo con biodiésel, al ser esta mezcla más propensa a absorber humedad y a contenerla disuelta. Y es que la presencia de agua es el origen de problemas de contaminación biológica, corrosión y disminución de la capacidad lubricante.

También recomiendo la lectura del informe elaborado por la AOP con la colaboración técnica de Deloitte, en que se planteaban ‘graves problemas’ a la implantación de los biocarburantes en España, entre ellos a causa de las incompatibilidades de muchas de las motorizaciones existentes con mezclas superiores al 5% de FAME. Además, advierte de que: “la seguridad jurídica no se garantiza ya que no se fijan unos requerimientos concretos de calidad y no se asegura la correcta información al cliente final.”

Cito también el resumen del proceso de fabricación del biodiesel, publicado por el miembro del Debate de la energía en Facebook, Armand Valeta Roig, el cual es ingeniero químico de formación y que lo describió con el siguiente párrafo: 




“Los biodiesel son ésteres metílicos de ácidos grasos obtenidos por transesterificación de aceites vegetales (triglicéridos) mediante metanol y un catalizador p.e. metilato sódico. Los subproductos de la reacción son muy difíciles de eliminar al 100% y tanto el metanol residual, aceite no reaccionado, glicerina, como el metilato son veneno para los motores, pueden oxidarse y provocar corrosión y carbonilla, además contienen cierta cantidad de humedad muy difícil de eliminar y ahora sólo faltan las bacterias anaeróbicas.” 

Y ya saben, si algo puede salir mal ...

Con toda esta exposición sólo he pretendido mostrar que el desarrollo e implantación de nuevas soluciones no es tan fácil como parece, apareciendo problemas de difícil previsión, cuya resolución también tendrá un coste energético extra y mostrarán los limites de la aplicación. En este caso, dada la baja TRE, si aparecen problemas que resuelves con mayor consumo de energía, prácticamente solo ‘trasladas’ la energía empleada en la producción al biodiesel elaborado, convirtiéndolo en un vector energético, no en una fuente de energía.


¡Mal balance!

Rafael Iñiguez Sánchez,
Enero de 2012.


Fuentes y referencias:

(1) FAME, abreviatura de “Fatty Acid Methyl Esther”.
(2) B7, y objetivo B10
(3) Tripartite Task Force: Brazil, European Union & United Estates of America 2007. “White Paper on Internationally Compatible Biofuel Standards”.
(4) El grado de insaturación de una grasa, esto es el número de enlaces dobles, normalmente se expresa en términos de “índice yodo de la grasa”.
(5) http://www.boatwide.es/acatalog/Grotamar71_ES_BWSL.pdf
(6) http://www.wearcheckiberica.es/documentacion/doctecnica/combustibles.pdf
http://www.appa.es/descargas/una_obligacion_biocarburante_espana_mar07.pdf
http://www.marabierto.eu/noticias/grotamar-82-especial-biodiesel
http://www.acbiodiesel.net/docs/news/BOE_4_sep_2010.pdf   (modificación al 7%)
http://www.boe.es/boe/dias/2011/10/20/pdfs/BOE-A-2011-16468.pdf  (desulfuración)
Normas de calidad del biodiesel
http://www.biodieselspain.com/2011/02/25/el-gasoleo-debera-contener-un-7-de-biodiesel/  (modificación al 7%)
http://www.caminoseuskadi.com/Demarcacion/Actividades/Biomasa/Biocombustible
http://www.biocarburante.com/
http://www.ambisol.es/index.php?Tema=detallen&id=863
http://www.ambisol.es/index.php?Tema=detallen&id=765
http://biodiesel.com.ar/3067/biodiesel-en-espana-la-planta-de-biodiesel-de-linares-echa-el-cierre-tras-captar-24-millones-de-euros
http://www.biocarburante.com/biocombustibles-en-espana-informe-de-situacion/
http://www.wearcheckiberica.es/boletinMensual/PDFs/ESPECIFICACIONES_DEL_GASOLEO_Y_BIODIESEL.pdf
http://www.aop.es/informes/biocombustibles/Dossier_AOP_biocombustibles_version_final.pdf
http://www.boe.es/boe/dias/2008/10/14/pdfs/A41170-41175.pdf
http://www.mecarun.es/uploads/ANTI BACTERIAS para GASOIL%281%29.pdf