Aliviándose ya el atasco de posts pendientes de publicación, le toca hoy el turno a otro post de Luis Cosín. Fíjense muy bien en el post, porque después de la lección magistral clara y ordenada al estilo Cosín viene un ejemplo concreto de lo más revelador.
Espero que lo disfruten. Salu2,
AMT
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE DEMOGRAFÍA
1. Conceptos básicos
Para
simplificar la exposicion, vamos a introducir algunos conceptos
básicos:
Natalidad:
número de nacimientos por 1.000 habitantes en un periodo de tiempo
(habitualmente 1 año). La natalidad depende fundamentalmente
(mientras no se desarrollen tecnologías tipo “Mundo Feliz de
Huxley” o se popularicen métodos como los “vientres de
alquiler”) de:
- Número de mujeres en edad fértil: típicamente, mujeres entre 15 y 40 años.
- Lo que Marvin Harris denomina genéricamente “infraestructura”: producción y rentas, distribución de la misma y organización familiar.
Mortalidad:
número de muertes por 1.000 habitantes en un periodo de tiempo
(habitualmente 1 año). El concepto de mortalidad es demasiado
genérico, y suele distinguirse entre:
- Mortalidad prematura: desde el punto de vista demográfico, son muertes ocurridas antes de completar el ciclo reproductivo.
- Mortalidad natural: por edad o enfermedades, una vez completado dicho ciclo (es decir, cuando estadísticamente ya no se espera que haya más descendientes).
Migración:
Inmigración (entrada) y emigración (salida) de personas del
área geográfica estudiada. Se mide en número de migraciones por
1.000 habitantes en un periodo de tiempo (1 año). El motor de
estos movimientos es generalmente económico, y se producen en
busca de mejoras de la renta, de las condiciones de vida, seguridad,
para crear una familia (en caso de desequilibrio de sexos)...etc.
Cohortes:
El concepto de “cohorte” es el de “generación” o grupo
“coetáneo” (indivíduos con la misma o parecida edad.
Distribución
por edades o “pirámide poblacional”: Representación
gráfica de la distribución de la población en cohortes. Se
distinguen generalmente tres organizaciones-tipo:
- En “pirámide”, o “expansiva”, correspondiente a sociedades jóvenes, con alta natalidad y mortalidad
(pirámide
de la población africana en 2001)
|
- En “cilindro” o “estacionaria” propia de sociedades en equilibrio poblacional.
(pirámide de la población mundial en 2010) |
- En “urna”, “regresiva” o “pirámide invertida”, propia de sociedades envejecidas.
(pirámide de la población española en 2007) |
(pirámide
de la población española en 2007)
Notar
que el área de la pirámide es la población total.
Referencias:
2. La demografía como sistema dinámico
Una
pirámide de población se puede considerar como un sistema
dinámico. Si llamamos “e” a la edad y:
Hombres
|
Mujeres
|
|
Número de nacimientos |
nh
|
nm
|
Número
de indivíduos de edad e
|
h(e)
|
m(e)
|
Número
de inmigrantes de edad e
|
ih(e)
|
im(e)
|
Número
de emigrantes de edad e
|
eh(e)
|
em(e)
|
Número
de muertes con edad e
|
mh(e)
|
mm(e)
|
Podemos establecer las siguientes
ecuaciones que describen el comportamiento de la población para un
instante t:
h(0) t
= nh t
m(0)
t = nm t
(ambas
tasas de natalidad son función de la distribución de edades
femenina) y:
h(e) t = h(e-1) t-1 + ih(e) t-1 -
eh(e) t-1 - mh(e) t-1
m(e) t
= m(e-1) t-1
+ im(e) t-1
- em(e) t-1
- mm(e) t-1
Tenemos
así un sistema dinámico (es fácil llevar estas ecuaciones a
una hoja Excel y hacer simulaciones). Se ha demostrado que su
comportamiento es caótico.
Referencias:
3. Transiciones demográficas
Las
sociedades pre-tecnológicas se caracterizan por:
- Baja esperanza de vida y
- Altas tasas de mortalidad prematura, que son compensadas con una alta natalidad
y
configuran una pirámide “expansiva” típica.
A
medida que el acceso a tecnología, sanidad y educación
mejoran la esperanza de vida y disminuyen la mortalidad, la pirámide
se va ensanchando por la parte media, configurando un “cilindro”
y aumentando, por tanto, la población rápidamente.
Es lo
que se conoce como primera transición demográfica.
Hemos comentado antes que el área de la
pirámide es la población total. Así pues, cuando
empiezan a actuar los límites al crecimiento poblacional
(aumento del coste de la vida, aglomeración en ciudades,
paro...etc.) aumenta la emigración de jóvenes, o bien la
natalidad desciende (la pirámide se “ensancha” por arriba,
por lo que debe “estrecharse” por abajo para mantener el área
dentro de los límites que permite el medio).
Este
proceso de emigración de jóvenes y/o descenso de la natalidad se
conoce como segunda transición demográfica.
Se
estima que, a excepción de los países subdesarrollados, que son
generadores netos de emigración, la mayor parte del mundo
desarrollado y en vías de desarrollo ha alcanzado ya la segunda
transición demográfica.
Un
factor que contribuye decisivamente a este fenómeno es la progresiva
urbanización de la población mundial (desde 2.007 más del
50% de la población mundial es urbana y se estima que este
porcentaje llegue al 80% en 2.050).
Las
ciudades no alcanzan la tasa de natalidad que garantiza el
reemplazo y son sumideros naturales de la población
excedentaria que emigra desde las áreas rurales en busca de
trabajo y mejores condiciones de vida.
Referencias:
4.
Inestabilidad y declive demográfico: el papel de las migraciones
Ya
hemos comentado que el sistema dinámico poblacional es caótico
y, por tanto, pequeñas perturbaciones pueden afectar grandemente al
comportamiento futuro del mismo.
Así,
las pirámides tipo “cilindro”, que representan estados ideales
de no-crecimiento poblacional son, por naturaleza, inestables.
Planificar
la evolución de la población (un ciclo demográfico comprende
típicamente 25-30 años) desde la política (cuyos ciclos
raramente superan los 10 años) o la economía (con ciclos aún
más cortos) es, en la práctica, imposible.
La
única medida capaz de paliar esta inestabilidad natural pasa
por los movimientos migratorios, desde zonas en “auge” a
zonas en “declive”.
Esto
confiere más estabilidad al sistema pero, por otro lado, plantea
conflictos culturales y de poder obvios (la demografía puede
intentar ser usada como arma, como ya declaró Jomeini en los años
70).
De
hecho, casi todos los países desean actuar de alguna forma sobre los
movimientos migratorios, fomentándolos, limitándolos o
regulándolos. Y las leyes que regulan aspectos como la formación de
familias y la natalidad suelen ser objeto de controversia.
Referencias:
5.
El caso español
Recientemente,
un conocido político conservador español ha comentado a propósito
del envejecimiento progresivo de la población española que “los
jóvenes españoles viven instalados en la comodidad”.
España
ha sido tradicionalmente un país de emigración. La población
española alcanza la primera transición demográfica hacia 1.920
y la segunda hacia 1.976 (con evidente retraso respecto a sus
vecinos europeos, debido a la guerra civil y la gran emigración
sufrida en los años 50 y 60).
Desde
1.976 se produce un dramático y sostenido descenso de la
natalidad que intenta ser compensado sin éxito con la
inmigración (entre 1.990 y 2.012 se estima que España ha recibido
casi 6 millones de inmigrantes, pero la natalidad no se
recupera).
La
generación nacida entre 1.965 y 1.976 es, con gran
diferencia, la más numerosa de toda la historia, y ha sido
víctima de su éxito: ha ido “colapsando” escuelas y
facultades durante su etapa de formación, y el mercado de trabajo a
su término, y ha sido artífice y perjudicada de una de las tres
mayores burbujas inmobiliarias mundiales. A tal punto que se la
conoce como “generación “H” (de “hipotecada”).
Al
mismo tiempo, siendo la mejor formada de la historia del país
(nunca la tasa de titulación universitaria tanto entre hombres
como mujeres superó el 28% gracias al enorme esfuerzo público
acometido en los años 80 y 90 para dar formación media y superior a
un gran número de demandantes) padece en sus carnes la precariedad,
el desempleo y los salarios de miseria (en la actualidad, un 60%
cobra menos de 1.100 euros al mes, apenas el doble del salario
mínimo, cuando en Francia, por ejemplo, el salario mínimo es de
1.400 euros por mes). La edad media de emancipación de los jóvenes
españoles sube a los 28-30 años. El paro juvenil en España es del
56%.
El
secreto del boom económico de España en los años 90 y
comienzos de los años 2.000 es, en gran parte, una mano de obra
abundante, relativamente bien cualificada y a precio de saldo:
ingenieros, médicos, técnicos, arquitectos, profesores, abogados y
economistas amenazados por la precariedad, por un paro juvenil que
no baja en ningún caso del 15%-20% y protecciones sociales en franco
retroceso.
Las
empresas españolas exportaban a Europa productos y servicios de
valor añadido bajo y medio a precios imbatibles. Por primera
vez, España deja de ser emigrante neto y atrae población
extranjera: muchas empresas y negocios requerían mano de obra
abundante no necesariamente cualificada (motivo por el que se acoge a
gran cantidad de inmigrantes).
El
problema de esta dinámica es que termina abruptamente cuando
países como China (a partir del año 1.998) se convierten en
suministradores masivos de esa tecnología y manufacturas a los
países europeos, gracias a unos salarios inalcanzablemente bajos.
Esto
provoca un lento y sostenido deterioro del tejido productivo español.
En un intento desesperado de crear ocupación, España se
embarca en aventuras imposibles como la construcción, la
especulación inmobiliaria, el crédito masivo, las grandes
infraestructuras inútiles y otra serie de disparates económicos
(por ejemplo, el empleo público se dispara de 800.000 funcionarios
en 1.980 a más de 3.500.000 en la actualidad) que nos han llevado a
la situación actual (una deuda global equivalente a 4 veces el PIB).
Mientras
tanto, la combinación de precariedad laboral, salarios bajos,
aumento del coste de la vida (con la entrada del Euro el coste de
la vida se ha puesto a nivel europeo, es decir, se ha multiplicado
casi por 2,5), las miserables ayudas a la familia en
comparación con los estándares europeos y las dificultades para
emanciparse (por el precio de la vivienda tanto en propiedad como
en alquiler) han creado un “agujero” evidente en la pirámide
poblacional española:
(personalmente,
considero estas previsiones muy optimistas!).
Pero
es que la reciente crisis económica, el paro y la falta de ayudas
públicas ha multiplicado por 3 el número de niños en situación
de pobreza, que ahora llega al 25%.
Referencias: