viernes, 28 de febrero de 2014

Remontando la tercera ola



Queridos lectores,

Javier Pérez nos deleita esta semana con una breve pieza sobre Alvin Toffler, quien por contraste con la mayoría de los que suelen hacer previsiones y errarles tuvo un elevado grado de acierto. Que lo disfruten.


Salu2,
AMT


El atractivo de las previsiones caducadas


Suelo decir, más en serio que en broma, que la revistas de humor existen porque la gente aún no ha descubierto las revistas económicas caducadas. No hay nada más divertido, y más sonrojante, que leer la prensa económica un par de años después de su publicación: no aciertan lo que sucedió al final, no aciertan las razones por las que sucedió y no aciertan tampoco qué es lo relevante ni  qué información del momento, del suyo, era simple ruido desechable.
¿Y lo más gracioso de todo? Que las mismas personas, sin cambiar siquiera de seudónimo, siguen firmando previsiones, mes tras mes, año tras año, sin memoria alguna, sin arrepentimiento de sus errores y sin reconocer de una maldita vez que no tienen idea de lo que hablan. Cualquier otro profesional con su mismo porcentaje de aciertos sería ahorcado al amanecer, pero los economistas no. Los economistas fallan un año tras otro, ¡y aquí no pasa nada!
Precisamente por eso, y al hilo también de la valentía que ha demostrado AMT en sus previsiones para este año, quiero hoy romper una lanza por los que hacen previsiones y de alguna manera aciertan. Y si no aciertan los datos, o el punto en que caerá el dardo, aciertan al menos la dirección del vector que lo mueve. ¡Y eso es mucho!
Me refiero, para concretar a Alvin Toffler y su libro la Tercera Ola, que fue muy famoso a principios de los ochenta y que hoy, treinta y cinco años después de que fuese escrito, podemos ver aún como razonable y acercarnos a sus ideas sin la sospecha de que alguien, por razones que desconocemos, nos esté vendiendo alguna moto.

 

Para Alvin Toffler, la Humanidad había sufrido dos tremendas olas que habían devastado las sociedades anteriores. Al principio, todos éramos cazadores recolectores, pero llegó la gran ola de la agricultura y así se generaron culturas, instituciones, jerarquías, religiones y todo un conjunto de estructuras humanas que determinaron nuestra vida y cultura durante diez milenios. A mediados del siglo XVIII, más o menos, llegó una nueva ola: la revolución industrial, y todas las características de la sociedad agraria se tambalearon, dando lugar a nuevas instituciones, nuevas relaciones y hasta nuevas formas y estructuras de familia. Todo cambió radicalmente y buena parte de las grandes guerras de los periodos sucesivos lo fueron entre los defensores de la estructura agraria que se oponían a los abanderados de la nueva ola industrial (guerra de Secesión Americana, revolución rusa, etc…)
Nosotros asistimos a una tercera ola, con la sociedad de la información. De hecho, gran parte de lo que se ha inventado en los últimos años tiene que que ver con la nueva ola de la información. 

 

¿A que suena bien? Pues suena aún mejor si tenemos en cuenta que este tipo lo escribió en 1978, antes de que los ordenadores fuesen algo más que artefactos monstruosos, antes de internet, los teléfonos móviles y el mundo globalizado. Por eso mismo, hay que escuchar a este tipo. ¿No creéis?


Pues esto decía sobre el problema energético:
“El prerrequisito de cualquier civilización, vieja o nueva, es la energía. Las sociedades de la primera ola obtenían su energía de “baterías vivientes” —potencia muscular animal y humana— o del sol, el viento y el agua. Los bosques eran talados para tener leña con que preparar la comida y calentarse.
Ruedas accionadas por corrientes de agua o por la fuerza de las mareas hacían girar piedras de molino. Los molinos de viento rechinaban en los campos. Los animales arrastraban el arado.
Se ha calculado que en la época de la Revolución francesa, Europa obtenía energía de unos 14 millones de caballos y 24 millones de bueyes. Todas las sociedades de la primera ola explotaban, pues, fuentes renovables de energía. La Naturaleza podía reponer los bosques que se talaban, el viento que hinchaba las velas de los barcos y los molinos, y los ríos que hacían girar sus ruedas de paletas. Incluso los animales y las personas eran fuentes energéticas renovables.
Más tarde y en contraste con ello, todas las sociedades de la segunda ola empezaron a obtener su energía del carbón, el gas y el petróleo. Es decir: de combustibles fósiles irreemplazables.
Este revolucionario cambio, acaecido tras la invención por Newcomen de una máquina de vapor susceptible de explotación en 1712, significaba que, por primera vez, una civilización estaba consumiendo el capital de la Naturaleza, en vez de limitarse a vivir del interés que producía. Y cuando se emplea el capital y no sólo su rendimiento, hay que prever que antes o después se acabará, y que sus intereses menguaran de manera irrevocable.
Este bucear en las reservas energéticas de la Tierra proporcionó una oculta ayuda a la civilización industrial, acelerando en gran medida su desarrollo económico. Y desde entonces hasta nuestros días, por dondequiera que pasó la segunda ola, las naciones edificaron elevadas estructuras tecnológicas y económicas, basadas en la presunción de que nunca dejarían de poder obtenerse combustibles fósiles baratos.
Tanto en las sociedades industriales capitalistas como en las comunistas, en Oriente como en Occidente, se ha operado este mismo cambio, de la energía dispersa a la concentrada, de la renovable a la no renovable, de muchas fuentes y combustibles diferentes, a unos pocos. Los combustibles fósiles formaron la base energética de todas las sociedades de la segunda ola.”
A partir de aquí, y partiendo de la premisa de que al emplear el capital de la naturaleza consumimos algo que se acaba, Alvin Toffler trata de ser optimista y ofrecer soluciones.
No dejéis de leer el libro si podéis pero, me temo que sus soluciones ni las hemos visto aún ni se las espera. Y esto, como siempre, es lo que más joroba de los científicos: que sepan identificar la enfermedad pero no encuentren la vacuna. Para eso, dirían en mi pueblo, ¡buena gana!
O quizás necesitemos más gente así. Cada cual, que juzgue. Pude haber salida o puede que estemos ante esto otro…


Javier Pérez (www.javier-perez.es)




martes, 25 de febrero de 2014

Guerras de prestado


Queridos lectores,

Parece que este año 2014 rápidamente degenera hacia una situación de conflicto y violencia generalizados por todo el globo. Por desgracia la violencia es algo muy común en nuestro mundo, en sus múltiples formas, desde las más individuales a las más colectivas; lo grave es que se está extendiendo a países donde hacía tiempo que no se veía (aunque nunca fue olvidada).

Ahora mismo uno de los focos más calientes de la atención occidental se sitúa en Ucrania, donde la reiterada ocupación de la calle por un movimiento que esgrime la bandera pro-UE y pro-occidental y que exige un cambio de Gobierno acabó llevando a una sangrienta represión de la policía y la lógica escalada de violencia, que en los últimos días ha llevado al presidente del país a huir hacia la pro-rusa región oriental del país. Muchas capas se solapan en el conflicto en Ucrania, algunas internas (la crisis económica, el paro, la insatisfacción con la falta de reformas desde la Revolución Naranja) y otras externas, con una fuerte carga de juego de ajedrez geopolítico entre Rusia y los EE.UU. (Rusia ve con enorme recelo tener un país pro-occidental en su misma frontera, mientras que Europa ve una gran oportunidad de expandirse hacia el Este y para los EE.UU. cualquier iniciativa que acote el poder ruso es bienvenida). No es ajena a la crisis en Ucrania la entrada en funcionamiento del gasoducto Nordstream en Diciembre pasado. Si hacen memoria recordarán que los últimos inviernos recurrentemente Rusia amenazaba con cortar el suministro de gas natural a Ucrania, pues este país no pagaba los precios que los rusos querían cobrar, y al final le cortaba el suministro unos pocos días pero en seguida tenía que volver a abrir el paso puesto que ese mismo gasoducto que atraviesa tierras ucranianas es el que lleva a un buen cliente, Alemania, y tensar demasiado esa cuerda llevaría a la nación teutona a buscar otras vías de aprovisionamiento quizá más caras pero más seguras. Todo eso se acabó con el nuevo gasoducto, que atraviesa el mar Báltico y va directamente de Rusia a Alemania. No es por tanto casualidad que este año no se haya escenificado el amago de corte de suministro, puesto que los rusos pueden cerrar ya el grifo con tranquilidad y el gobierno ucraniano ha tenido que administrar la escasez como ha podido, a pesar de la crisis y el descontento popular; también es significativo que justamente una de las contrapartidas que ha ofrecido Rusia durante estas confusas semanas es el suministro de gas a Ucrania a buen precio.

Pero volviendo a los sucesos en las calles de Kiev y de otras ciudades ucranianas, es difícil saber con precisión qué pasa porque la información que difunden los medios occidentales está sesgadísima. Parece que una parte de los manifestantes en el Maidán está pertrechada casi militarmente, en medio de una masa de inocentes ciudadanos que sólo quieren expresar su hartazgo con una situación que no mejora (y que al final se retiran al crecer la violencia). El conflicto parece ir degenerando hacia una guerra civil más o menos abierta, de manera similar a lo que pasó en Siria, de dónde tampoco es posible obtener una visión fiable de qué es lo que pasa en este momento (y se habrán fijado que de Siria últimamente casi no se habla en los medios: ha pasado a ser prácticamente un no-tema, a pesar de que obviamente sigue la guerra civil en aquel país).

Al parecer la agitación también crece en Venezuela, aunque de nuevo es muy difícil en Occidente (irónico llamar Occidente a unos países que están más al este o al norte que Venezuela) acceder a una información fiable sobre lo que está pasando actualmente. Al margen de los detalles, casi inasibles desde aquí, de nuevo uno intuye una situación semejante a la de Ucrania: por un lado hay un Gobierno resultante de las urnas que se enfrenta a una situación interna muy complicada que le lleva a veces a huidas hacia adelante y a medidas de carácter autoritario, y por el otro un cierto de nivel de protesta ciudadana azuzada por el descontento y en medio de la cual se camufla una fuerza emergente, de mucho menor tamaño pero cada vez mejor armada, con pretensión de deponer al Gobierno por el medio que sea. Si es un proceso completamente interno o azuzado desde el exterior es complicado de saber, aunque seguramente hay mezcla de ambos: problemas internos de los que agentes externos (y de nuevo muchos dedos señalan a los EE.UU.) intentan sacar provecho.

De entre los diversos factores internos que contribuyen al malestar en Venezuela es importante resaltar la cada vez menos disimulada caída de la producción de petróleo y de sus exportaciones, como muestra la siguiente gráfica (sacada como siempre de la web Flujos de Energía); tengan en cuenta que sólo llega hasta 2012, así que la situación ahora mismo puede ser sensiblemente peor:




Si comparan esta gráfica con la de otros países que se han visto envueltos en procesos semejantes (y que comentamos en el correspondiente post) se diría que a Venezuela le quedan por lo menos cinco años antes de que comiencen los problemas graves con la caída de ingresos del petróleo. Sin embargo, aproximadamente una tercera parte del petróleo que produce Venezuela ahora mismo es crudo extrapesado, de baja Tasa de Retorno Energética (TRE), lo cual quiere decir que la energía neta proveniente del petróleo de Venezuela es bastante menor de lo que indica el volumen bruto, y eso en particular implica que el rendimiento económico es bastante menor de lo que cabría esperar; probablemente este hecho influye en los problemas de la nación caribeña. No casualmente, EE.UU. importa petróleo de Venezuela y tiene gran interés  en que el petróleo siga fluyendo (a pesar de los cantos de sirena que hablan de una falaz independencia energética de los EE.UU.); no es por tanto de extrañar que, en medio de la confusión reinante y quizá en parte provocándola, algunas personalidades políticas estadounidenses estén reclamando ya a Obama que invada Venezuela.

Mientras tanto, Yemen, país en el punto de mira, se acerca con paso firme a su colapso final; son frecuentes los atentados en aquel país, mientras que el poder político trata de frenar su inevitable descomposición con una medida descentralizadora (dividir el país en seis estados confederados, a pesar de su pequeña extensión). Dada la rapídisima caída de las exportaciones de petróleo de un país tan dependiente del exterior el desastre es más que previsible: es una certeza. Siendo un país limítrofe con la crucial Arabia Saudita es obvio que no se permitirá que el país explote descontroladamente, y en algún momento las tropas saudíes, apoyadas por  EE.UU. directa o indirectamente, entrarán en el país, de modo análogo a lo que ya hicieron en Bahrein en 2011 (por cierto, a tiempo para que se pudiera celebrar el Gran Premio de Fórmula 1 de ese año, BAU a ultranza).

Por su parte, Egipto no se ha estabilizado tras las revueltas del hambre de 2011 (cínicamente bautizadas aquí como "primavera árabe") y el ejército se resiste a ceder el poder a la sociedad civil de un país superpoblado (85 millones de habitantes) y empobrecido. Para acabarlo de rematar, los planes de Etiopía, otro país superpoblado (92 millones) y empobrecido, de hacer una presa en el Alto Nilo amenaza con desencadenar una verdadera guerra por el agua (como ya explicamos, otra forma más de las Guerras del Hambre) mientras que en Egipto se privatiza el acceso al agua y se da un acceso preferente a las clases pudientes: una forma, aún más vil, de la Gran Exclusión, en un país sediento y abarrotado. Tantos problemas sólo pueden acabar en desastre. Pero Egipto es un enclave estratégico por la presencia del Canal de Suez, por lo que es de esperar que más pronto o más temprano las tropas extranjeras hagan su aparición al menos en la franja del canal, mientras dejan que el resto del país se suma en el caos y la miseria.

Todos los ejemplos arriba muestran casos de países con graves problemas internos, en todos ellos profundizados por su declive energético (a excepción de Ucrania, todos ellos son o eran hasta recientemente exportadores de petróleo) y en todos ellos grandes potencias extranjeras desempeñan o acabarán desempeñando un papel principal, en ocasiones luchando entre ellas a través de bandos locales. Son las nuevas Proxy Wars o guerras subsidiarias: guerras librados por otros en beneficio no declarado (y a veces desconocido por los propios combatientes) de intereses de las grandes potencias, una tradición que data de los comienzos del capitalismo y que tuvo su auge en el siglo XX. Son las nuevas guerras de prestado que por desgracia parece que van a caracterizar nuestro declive energético.

Pero el problema no son sólo estas guerras de prestado que se van a librar en suelo de los principales productores de petróleo y de otros recursos. Incluso sin llegar a la intensidad de una guerra, la inestabilidad crece a escala mundial. Por ejemplo, la población de un país tan futbolero como Brasil se revuelve contra los dispendios el Mundial de fútbol, odiosos en un país sometido a muchas estrecheces y recortes (de nuevo "La parábola del lago" resulta oportuna). Recuerden también como en Argentina hubo revueltas y saqueos hace sólo un par de meses. Mientras tanto, la economía China se está ralentizando y crece el descontento popular pues se subvierte la base del contrato social implícito (no reclaméis democracia y os dejaremos medrar e incluso enriqueceros si trabajáis duro); es cuestión de tiempo que estalle, también allí, una revuelta.

¿Y qué pasa en Europa Occidental? Grecia sufre, Portugal padece, Italia desvaría, Irlanda parece bastante tranquila, Francia languidece, Alemania espera... Y en cuanto a España, algunos días diría que estamos haciendo una cuenta atrás colectiva, silenciosa, que no sé muy bien hacia dónde nos lleva.


Salu2,
AMT

sábado, 22 de febrero de 2014

El tren occidental



Queridos lectores,

Un lector (al cual identificaremos aquí como René) me ha hecho llegar este pequeño relato, una metáfora de lo que está pasando en los países occidentales. La parte central del mismo es un diálogo entre dos personajes, dos españoles sin duda, que usan muchos de los clichés que se oyen hoy en día en la calle, pero uno de ellos introduce una perspectiva inquietante, desasosegante, desde la escasez de recursos. No estoy de acuerdo con varias de las tesis que sostienen los actores de este relato, pero creo que su discusión refleja una parte del debate que tiene lugar ahora mismo en la calle en España y posiblemente, con la debida trasposición de temas idiosincrásicos,  en otros países. Para reflexionar.

Salu2,
AMT


El tren occidental

Ya sé que es difícil de entender por qué estamos inmersos en esta crisis, el desconcierto, sobre todo en occidente es generalizado. En cuanto a los pobres de siempre lo único que les queda es mirar el castillo e intentar traspasar unas murallas cada vez mas altas.
Europa mantiene los tipos de interés mas bajos de historia. EE.UU. imprime toneladas de billetes. También Japón. China, inmersa en una burbuja, crece aunque menos fuerte. Rusia, valiéndose de su gran territorio, arrasa con sus recursos naturales. Los países emergentes han dicho aquí estoy y quieren su parte del pastel. 
Entonces Europa, como un aristócrata sin dinero mira desconcertada y EE.UU., propietario de medio mundo con sus petrodólares tiembla ante una nueva moneda que pueda surgir... pero no pasa nada, los tertulianos siguen hablando del paseíllo de la Infanta, de las muletas del Rey... los entiendo, es lo que la gente demanda, mantener la audiencia pegada como niños a la tele es fundamental, los niños necesitan explicaciones sencillas, órdenes directas; hablarle de asuntos mas complejos es inútil, los intranquiliza... y lo mas importante: hay que buscar siempre un culpable, sino no se entiende nada y se apaga la tele.

Recientemente escuché una frase en la tele que creo encierra todo lo perdidos que estamos; decía algo así: “nunca ha habido más dinero que ahora, lo único que hay que hacer es repartirlo”. 
Esta frase cumple con todos los requisitos para ser aceptada por la mayoría de la gente; está claro que para la generalidad lo que necesitamos actualmente es mucho dinero circulando, muchos créditos para que la clase media salga de la incertidumbre, comience a consumir y las clases pobres salgan del sufrimiento en el que se hayan: es perfecto, esta frase es transversal, llega a muchísima gente, es la premisa fundamental para salir de lo que nos ahoga, el austericidio, mucho dinero y a comprar y por ende, a crecer y por tanto, a volver al pasado...

Pero la realidad difiere mucho de estos deseos; el tren sigue hacia adelante pero cada vez cuesta más mantenerlo en movimiento y el único paisaje que aparece por las ventanas esta rebosante de arena.

En las noches, en los primeros vagones sigue corriendo el champán, la luz que sale de sus ventanas ilumina varios metros de arena; en cambio en los últimos se respira un aire espeso, en plena oscuridad los cuerpos se apelmazan para mantener el calor en el frío desierto. En los vagones intermedios es donde existen supuestos aires de cambio; no obstante se sigue aplaudiendo a aquél que se aparece con las mismas ideas de siempre, los debates son intensos, polarizados en una u otra ideología, nuevos partidos poseedores de la solución luchan por hacerse un espacio, las encuestas demostrando lo que ya se sabe, manifestaciones intentando recuperar lo perdido, los economistas de uno y otro bando se afanan por demostrar a partir de qué cifra del PIB comenzaremos a crear empleo. Increíblemente el idioma da para llenar hojas y hojas de lo mismo, es el mismo perro pero con diferente collar..., pero ahí están los fieles, los que cada día repasan la prensa, ese señor que cumple con todo lo establecido y que regresa a su litera entusiasmado con su diario dominical envolviendo el pan. 
Desde hace algún tiempo hay un rumor inquietante circulando en los primeros vagones, se habla de que no quedará mas remedio que hacer lo mismo de otras veces: soltar lastre, comenzar a desprender los últimos vagones a sabiendas de que hay dos problemas superiores: la locomotora está sobrecargada y el combustible comienza a escasear.


Los debates continúan, nadie entiende el cierre fábricas de Coca Cola si la compañía ha tenido millones de beneficio, ni la bajada de sueldos, el auge de los contratos temporales... y es que, para comenzar a entender hay que cambiar completamente el chip.
Y entender es lo que cada día intentan unos cuantos descerebrados que hablan sobre unos temas raros y que les ha llevado a ser etiquetados como el grupo de los equivocados. A ellos les da lo mismo; siguen perdiendo el tiempo preguntándose, entre muchas cosas, por qué en Occidente todo sube de precio y en cambio los sueldos siguen bajando.

  • Ya sé que nuestra arrogancia, elitismo, supremacía en comparación a otras especies e incluso a otros seres humanos mas desfavorecidos nos hace pensar que todo lo podemos cambiar; que los infortunios, desastres, calamidades son endémicos de los países pobres... ¿Cómo vamos a aceptar que suceda lo mismo con nosotros?
  • Recuerda que hemos nacido en el Primer Mundo y tenemos interiorizado que nuestro bienestar no depende en absoluto del resto del planeta. Hay que entender que para que nosotros llevemos esta vida tiene que haber muchos millones de gente que no tengan nada.
  • Desde los tiempos de Ptolomeo no se observaba tal arrogancia, cuando se expuso que la Tierra era el centro del Universo; ahora se sabe que no somos nada. Por tanto, para comprender lo que sucede debemos ponernos ante todo en el sitio que nos corresponde: somos una especie más. A partir de aceptar esto digeriremos con mas tranquilidad los cambios que se están produciendo y que serán irremediables por mucho que pensemos que volveremos a lo de antes.
  • Sí, cuéntale esto a la gente de los últimos vagones, que no tiene ni para pagar la luz, la calefacción..., o aquí mismo, a los que llevan dos años en paro, a los engañados por las preferentes, a los que invirtieron su dinero en energías renovables... qué coño le importa a esta gente el modelo geocéntrico o el que hace referencia a la supremacía del hombre, el antropocentrismo moderno.
  • Por supuesto que no les importa, ni a ti tampoco, ni a mí, en Occidente solo hay una premisa: ganar un sueldo digno...
  • ¿Y que es un sueldo digno?
  • Uno que te permita tener una casa decente, con un buen sofá y una buena calefacción, un coche medianamente bueno, poder salir a cenar los fines de semana, pagar la universidad de los hijos...
  • Ya, ya, exactamente los mismos deseos de un africano. ¿Sabes la cantidad de recursos que se tienen que movilizar para que tú tengas esas condiciones? De algún lugar tendrán que salir.
  • Bueno, al menos petróleo, parece que hay mucho en el norte de las Canarias y en el sur de las Naleares, además del fracking; si lo logramos seremos autosuficientes.
  • Lo que faltaba, llenar de agujeros el Atlántico y el Mediterráneo...
  • Te quejas pero te encanta el coche, para ir al otro vagón coges el coche...
  • ¿Sabes cuanto cuesta extraer el combustible para mover tu coche? ¿Sabes la cantidad de petróleo que hay que utilizar para sacar un barril? Eso dentro de poco no es negocio...
  • Claro que no, pero siguen hacia adelante...
  • ¿Sabes que el fracking es un fracaso? Es una burbuja más y están destruyendo los acuíferos.
  • Mira, con dinero se resuelve todo...
  • ¿Dinero? El dinero es papel impreso, no es un recurso natural.
  • Qué más da, yo si quiero comprar una tele no pago con recursos, pago con dinero constante y sonante...
  • No lo intentes, es inútil, eso no lo entenderían jamás, está en el ADN, puede ser que alguno dude un instante pero rápidamente se recupera. El primer mundo está muy alejado de la tierra, es normal que todo se mueva en base al dinero. Desde niños pensamos que nos merecemos todo lo que tenemos, un cole bonito, el coche de papá, las chuches...
  • Por ejemplo, ¿a un negrito de Namibia se le ocurriría preguntar a su madre qué le puso de merienda para el cole? Seguro que no.
  • ¿Alguien se ha preguntado cómo en un país donde no existen reservas de petróleo un autobús de línea pasa como mucho cada diez minutos y en cambio en Nigeria con grandes reservas ni existen?
  • Porque en esos países se roban todo el dinero de la exportación de crudo...
  • Y si se sabe que se lo roban, ¿por qué se lo enviamos?, o mejor, ¿por qué no abrimos las fronteras para que al menos se beneficien de parte de lo que es suyo?... no, esto no, porque entonces la crisis occidental sería peor.
  • Supongamos que no se robasen el dinero, que se invirtiese en poner la red de transporte a la altura de los de aquí. ¿Cuánto petróleo habría que extraer para cubrir las necesidades de allí y de aquí?
  • Pues que perforen más y más pozos para abastecer a todo el que quiera...
  • Aquí está el error, esta idea es la misma que escuchamos anteriormente: hay más dinero que nunca, lo único que hay que hacer es repartirlo.
  • Una pregunta, ¿En términos de conservación planetaria quién es mas ecológico, uno de izquierdas o uno de derechas?
  • ¿A qué viene eso?
  • Uno de izquierdas, por supuesto, eso lo sabe hasta el gato...
  • Bueno, en términos de conservación no creo; los de derechas son más egoístas, por tanto tienden a beneficiarse ellos solos, tienden acaparar la riqueza entre unos pocos...
  • Entonces desde el punto de vista medio ambiental son inconscientemente mas ecológicos
  • Sí, por supuesto que sí, los progresistas se regodean en la idea del café para todos cuando físicamente es imposible, ¿cuantos planetas son necesarios para que los 7000 millones de habitantes vivan como se vive en el primer mundo?
  • Aunque el progreso no tiene que significar destrucción
  • Por supuesto, pero muchos de los llamados progresistas o de izquierdas consumen tanto o más que muchos conservadores.
  • Es que el progreso se entiende como crecimiento del PIB.
  • Sí, y es un problema que no tiene nada que ver con la ideología; mas bien con la avaricia del ser humano.
  • Madre mía, pero, ¿a quién le interesa esto?
  • A nadie; por eso nos llaman los equivocados... Ya estamos acostumbrados, sabemos que no solucionaremos nada, pero al menos nos entretenemos .
  • Entonces, ¿el desastre es inevitable?
  • Habría soluciones pero tendríamos que cambiar ampliamente de mentalidad y eso lo veo muy difícil; hay que asimilar, como te dije, que no somos el centro del universo, el ser humano es en realidad un grano de arena más en este desierto.
  • Si quieres entender qué somos en realidad busca la forma de pasar una temporada en la sección de anatomía patológica de un hospital; allí hasta los más ricos se convierten en un trozo de carne, no hay nada que nos haga reflexionar más acerca de la vida.
  • Para que lo entiendas, nuestro planeta es un ser viviente en constante búsqueda de equilibrio; por tanto todo lo que ocurre no es por casualidad, ¿por qué crees que suceden las crisis?, ¿por qué crees que el dinero va a manos de unos pocos?
  • Porque se hacen miles de trapicheos financieros sin repercutir en la economía productiva, porque se mueven cada día ingentes cantidades de dinero que no llegan a la gente.
  • ¿Y por qué pasa esto?
  • Porque hay una serie de personajes sin escrúpulos que no tiene ni la mas mínima sensibilidad, con tal de ganar dinero especulan con la vida de millones de personas
  • ¿Y por qué hay estos personajes?
  • Pues, porque en este mundo tiene que haber de todo, es algo intrínseco al ser humano.
  • ¿No te has preguntado si esto es un mecanismo de defensa del planeta?
  • ¿No me digas?Ahora, cuatro hijos de puta son los defensores del planeta, venga ya. Esto no es defensa de nada esto es una cabronada...
  • Explícate, explícate, no te entiendo...
  • Sí. Está claro que el dinero no es un recurso natural, es papel impreso que sirve para cambiarlo por recursos naturales, por ejemplo: entregas dólares y compras madera, gas, carbón, cobre, petróleo, coltan... Se acaba el dinero e imprimes más y sigues cambiando por recursos hasta que llega un momento en que el equilibrio se resiente y surgen como defensa estos personajes que lo que hacen en definitiva es recoger el dinero que circula...
  • ...O sea, EE.UU. imprime billetes y unos pocos cabrones se compran un yate y lo demás lo guardan en paraísos fiscales, o en fondos de inversión o como el Bárcenas, en Suiza, ese dinero no circula y por tanto, en Occidente el consumo se resiente y en el Tercer Mundo la gente se muere de hambre, se recupera el ecosistema y todo vuelve a empezar. Ya sé que suena crudo, pero si lo miras desde el punto de vista de conservación del medio natural, no parece tan terrible, en las demás especies sobreviven los más fuertes a no ser que el ser humano termine asesinando al león más fuerte.
  • ¿Entonces por esa regla de tres justificas las guerras también?
  • No, yo no justifico nada, solo estoy tratando de buscar una respuesta, las guerras toda la vida han tenido un fin: apropiarse de territorios para controlar nuevos recursos naturales; si con este fin mueren miles de personas no pasa nada, son daños colaterales...
  • Pensando de esta manera perece entonces que tenemos que aceptar las guerras, la especulación, los paraísos fiscales...
  • No, solo estoy buscando otra forma de entender por qué los acontecimientos suceden de esta forma; quizás sea la manera de luchar contra ellos una vez entendiendo lo que sucede.
  • Lo que esta claro es que, desde el punto de vista de la conservación medio ambiental, las guerras y los paraísos fiscales son más efectivos que una población cada vez más creciente y con deseos infinitos de consumir recursos naturales. Ninguna de esas cosas debería de ser aceptada, el consumo despiadado de hoy es tan terrible como una guerra o peor, no entendemos que estamos atentando contra la vida de nuestros hijos, que dispondrán de una atmósfera contaminada, un campo inerte, una tierra sin recursos, ¿de qué van a vivir?
  • Ya, pero eso es muy fácil decirlo cuando ya has probado lo bueno; dile a un chino que no acepte comprarse un coche del año para proteger al planeta. Después que nosotros hemos acabado, nos quejamos de que los demás quieran hacerlo...
  • Por suerte o por desgracia esta vez la recuperación no aparece.
  • Y seguirá, porque esta crisis no es como las anteriores en dónde la destrucción del medio era local; ahora son muchos más los que quieren imprimir billetes y cambiarlos por recursos y hay un solo planeta, es lo que tiene la globalización, quedan muy pocos a los que no les guste el modo de vida occidental; se están haciendo verdaderas barbaridades con tal de imitar lo occidental, se construyen ciudades en el desierto con trabajadores en semi esclavitud, para hacer esto hay que consumir cantidades ingentes de agua y de energía, y no me refiero a la energía eléctrica sino a la energía fósil que es finita, gas, petróleo, carbón...
  • ¿Y la contaminación? ¿qué me dices del cambio climático? De esto muy pocos hablan, está media Inglaterra inundada y siguen diciendo que es normal, que estamos en invierno...
  • No, pero nos enteraremos cuando el agua nos saque de delante de la tele, ahí nos daremos cuenta, cuando tengamos el agua al cuello, qué simples somos...
  • Y los países emergentes imitándonos, cometiendo los mismos errores.
  • Es que lo “bueno” le gusta a todos, todos los que salen de la incomunicación ven cómo se vive aquí y quieren disfrutar de lo mismo.¿Por qué va a ganar un trabajador de la limpieza en la india cien veces menos de lo que gana uno aquí?
  • No compares; allí la corrupción es cien veces mayor, también la pobreza, es el nivel de vida...
  • Ya, pero ahora saben cómo se vive aquí quieren lo mismo por tanto hay dos soluciones, o que ellos sigan siendo pobres y no consuman o que nosotros consumamos mucho menos.
  • Ese es el equilibrio al que me refiero; si somos más hay menos para todos, esto hay que asimilarlo de una vez, se acabó el esplendor de tiempos pasados.
  • ¡Bah! A mi todo esto me suena apocalíptico, hay recursos para todos, lo único es que están mal gestionados.
  • ¡Vaya!, al menos ya no hablas de dinero sino de recursos, es un paso adelante y no nada despreciable, creo que nos vamos entendiendo; ya es hora de hablar de recursos, es más consistente, nos vincula más con la tierra de donde venimos, nos acerca mas a la realidad a la que nos enfrentamos.
  • Sí, tienes razón, están muy mal gestionados pero empezando por nosotros mismos; recuerda que no somos tan ajenos, somos los consumidores y si podemos acabamos con todo lo que se nos pone por delante, siempre que hemos tenido la oportunidad lo hemos hecho; total, a vivir que son dos días.
  • Es verdad, ¿a quién le importa lo que sucederá cuando ya no estemos? Hay que arrasar mientras se pueda, somos así y nada nos cambiará.
  • Por eso sera algo que nos venga impuesto.
  • ¿Por qué crees que existe la corrupción? Es un mecanismo más de conservación, es la avaricia humana como aliada del ecosistema, es una manera de recoger el dinero circulante y por mucho que se empeñen en imprimir volverá a suceder lo mismo, se harán miles de leyes pero habrá nuevos mecanismos para recoger el dinero.
  • Lo mismo con los bancos, ¿Por qué se salvan unos bancos que después no dan créditos?
  • ¡Eso es una chorrada! Yo me voy, no me extraña que les vean como locos, que cosas dicen, ahora los bancos... lo que nos faltaba por escuchar, que los bancos son buenos para la naturaleza...¡esto es una gilipollez en toda regla!
  • ¿Los créditos? No hay nada mas perjudicial para el entorno que los créditos, esto es lo peor de todo, es uno de los inventos que mas tensiona el equilibro del sistema; los créditos ponen en jaque a las futuras generaciones, a nuestros hijos, es pan para hoy pero hambre para el mañana, es un asesinato... los créditos disparan el consumo, la natalidad, la extracción de recursos que pertenecen a las futuras generaciones ya que adelantan el proceso natural y no permiten que el entorno se recupere, es lo mas terrible y en cambio, es lo que más desea la mayoría de la gente que nos rodea.
  • Pero tienen hijos y no piensan en eso,
  • Por su puesto que no, recuerda: ¿a quién le importa lo que suceda cuando no estemos? Los niños en occidente son un juguete más, no una responsabilidad.
  • Entonces, ¿el deterioro de la sanidad y la educación responden a lo mismo?
  • Por supuesto, no al cien por cien pero, al final, es consumo de recursos y se entiende que no hablo de dinero.
  • Claro, es todo el conjunto, es tener una visión global. ¿A algún chino se le ocurre pensar en una sanidad para todos?, ¿o a un indio? No, ¿verdad? ¿Por qué aquí sí?
  • Porque son logros que hemos tenido durante muchos años... lo que hay es que luchar por mantenerla y tratar de que los chinos también la tengan
  • ¿Los chinos? Si son mil y pico de millones, eso no hay presupuesto ambiental que lo aguante
  • Con la jubilación pasará lo mismo; son logros que se perderán de una forma o de otra si no acabamos de entender lo que sucede y priorizamos lo realmente necesario.
  • ¿Y el paro?
  • Es ya endémico. A no ser que la escasez de energía propicie el estancamiento de las automatizaciones en las fábricas y entonces se necesite nuevamente contratar gente para que desarrolle esos trabajos, es volver al pasado; eso sí, tocará a menos  dinero.
  • Pero con la revolución industrial aumentó la automatización y lo que sucedió fue que se incrementó la producción y el empleo se disparó... eso es una falacia mas, no me lo creo...
  • Sí, amigo, eso es verdad, pero los desarrollados contábamos con muchos recursos a nuestra disposición y menos comensales a la mesa, teníamos todo el mundo a nuestros pies, cambiábamos oro por espejos... eso ya no volverá a suceder
  • Bah, eres un catastrofista, todo son desgracias. ¿Moriremos todos?
  • No, por supuesto, todos no, pero sí tendremos que renunciar paso a paso a muchas cosas; de hecho ya esta sucediendo, nada más tienes que darte una vuelta por los últimos vagones, ahí hay gente que tenía pisos dignos y ahora no tienen ni luz. Llégate al final y pregunta por los que se han quedado en el camino, hace tiempo llevan soltando vagones pero nadie lo quiere ver.
  • Mira los de ese vagón, qué atención prestan a esa tertulia...,
  • "Al rojo vivo", se llama, ¿no?
  • Sí, ésa es una de las peores.
  • ¿Qué dices?, las de extrema derecha son las peores; Libertad Digital, por ejemplo...
  • Bueno, ésas ya sabes de qué van, tienen su público de toda la vida, hablan de lo mismo siempre aunque llueva, truene o relampaguee, es el mismo público que no se pierde ni una película del oeste... pero, lo más terrible de ésa que se dice progresista es que vive expresamente de la crisis, de las miserias de unos partidos políticos obsoletos, partidos que dan bandazos constantemente porque no tienen ni puta idea de lo que sucede, solo le dan a los desconcertados oyentes lo que quieren escuchar, son una fuente de esperanza falsa...
  • Pues yo los prefiero...
  • Inconscientemente estas tertulia hacen mucho daño, tienen a la gente pensando en Bárcenas, en la Infanta o en Undargarín, Merkel...cuando realmente estos personajes son las caras visibles de un sistema que es por naturaleza inherente al ser humano. Somos muchos de nosotros con el servilismo que nos caracteriza los que hemos puesto a esta gente donde están; estoy convencido de que Urdangarín, desde que se casó con la infanta, no ha pagado ni una sola multa de tráfico; entran a los sitios sin previo aviso, le dan todos los créditos que piden...son unos niños malcriados y después se creen inmunes, dioses que pueden hacer lo que les da la gana cuando es justamente al revés.
  • Es verdad, aquí todos tenemos la culpa
  • Ahora los jueces están comenzando a imputar a varios directivos de bancos que, después de los rescates, se retiraban con cuentas millonarias que salían de los blindajes que se ponían ellos mismos y que estaban dentro de la ley; claro, en esa época de borrachera a nadie le preocupaba esto, ellos, al final, cumplieron su misión: retirar la mayor cantidad de dinero de la circulación. Serán imputados y algunos condenados; después vendrán los gobiernos y los indultarán. Y es que toda esta gente sin escrúpulos aparecen como reacción a tanto desperdicio, a tanto derroche. No hay otro camino para poner coto al instinto depredador del ser humano.
  • Entonces la solución está en permitir que nos quiten todo lo que hemos logrado: menos sueldos, más horas de trabajo, despido libre, pensiones más bajas, peor sanidad y educación...
  • No nos están quitando nada, sencillamente, están desapareciendo los beneficios que teníamos por haber nacido en Occidente en detrimento de mucha gente que nunca ha tenido de nada; es un problema de equilibrio, de escasez de recursos y también de cambio climático.
Mientras continúan los debates el tren sigue su camino hacia no se sabe dónde. En los primeros vagones el champán y un sin número de vicios almacenados siguen corriendo pero no ha quedado más remedio que utilizar grandes cantidades de dinero como combustible. En los vagones intermedios continúan las manifestaciones por recobrar lo perdido y también la lucha por no pasar a los vagones de cola; son muchos los que quedan diariamente en medio del desierto.

jueves, 20 de febrero de 2014

Otra visión sobre la Gran Disonancia

Queridos lectores,

Al hilo del post anterior Gabriel Anz me ha hecho llegar sus reflexiones sobre cómo se enfrenta a la Gran Disonancia y sus problemas para intentar hacer socialmente más aceptable tomar determinadas medidas que favorecen la resiliencia en estos tiempos inciertos.

Salu2,
AMT

La Gran Disonancia… Mi visión





Motivado por las coincidencias que tengo con Antonio en su post precedente y en relación al tema del encabezamiento, me pareció oportuno sumar algunas apreciaciones al respecto y así reforzar lo dicho por él, porque creo que no es poca su importancia dado el impacto que tiene en nuestras vidas y en el proceso de una resiliencia más llevadera.

En mi caso al menos, el hecho de comprender en toda su magnitud los condicionamientos que impone la gestión adecuada o inadecuada de las diferentes energías disponibles para el Hombre en diferentes épocas y culturas, ha modificado radicalmente mis prioridades y formas de ver los acontecimientos en el mundo. Y quizás lo mío sea extremo en demasía, pero he llegado a un punto en el que creo poder explicar y justificar casi todo lo que los Humanos hacemos o dejamos de hacer, bajo este marco de valores. Y a la gran mayoría molesta… resulta monotemático y hasta de un fanatismo propio de sectas o grupos muy cerrados. Y las reacciones en los demás me acobardan pues siento que hasta voy perdiendo amigos, lo que finalmente hace que uno se retraiga. Una de las últimas cosas que me han dicho es que resulta difícil conversar con alguien que se siente tan seguro y que cree tener respuesta para todo. En general las personas necesitamos sentirnos identificadas con otros semejantes y como los “bichos raros” somos nosotros, al tratar estos temas estamos interponiendo una muralla que ofrece resistencia a quienes tengamos en frente. A nadie le gusta sentirse en inferioridad de condiciones y menos cuando se trata de temas que producen angustias e implican llevar los límites del pensamiento a fronteras incómodas.

Pero a pesar de todo yo ya no estoy dispuesto a modificar mi corriente de pensamiento sobre temas en los que creo estar suficientemente documentado y menos cuando no me pueden demostrar lo contrario. Y no es que me considere un erudito en el tema, pero creo que la gran mayoría está lejos de tener la sensibilidad y la visión de conjunto que les permita comprender la complejidad e interacción de los factores que intervienen en la crisis energética y cómo su abundancia y derroche ha sido causa de la superpoblación, cambio climático, esquilmación de recursos naturales, configuración social, cultural, política y económica, etc.

De hecho creo que el desconocimiento es tan grande, que cada vez más me convenzo de que debería ser una materia de estudio en las escuelas, colegios e universidades, el uso adecuado de las diferentes formas de Energía, por ser que esta subyace a literalmente cada acto que acometemos. Pero no solo a nivel físico, sino a nivel esotérico si se le puede llamar así, aunque no me gusta usar tal palabra por las connotaciones que tiene y por las interpretaciones que puede provocar. Por otros artículos que he escrito, creo que para varios de los lectores debe estar más o menos clara mi visión de la energía que conforma el Cosmos y de cómo interactuamos en y con ella, partiendo de la base que considero que tanto lo vivo como lo no vivo conforman una Única masa de energía vibrando en diferentes frecuencias, lo que provoca las manifestaciones más diversas. Considero que seguiremos cometiendo errores garrafales y atentando contra la sustentabilidad del Ecosistema planetario si solo estudiamos la energía desde un punto de vista mecanicista y con el objetivo de generar movimientos y fuerzas para hacer más cómoda nuestras egoístas vidas, pues bajo ese concepto solo estaremos provocando entropía y necesitando siempre de diferencial energético y de aportes exógenos.

Y para no perder el hilo que dio origen a este escrito, no me resulta extraño que Antonio finalice su anterior Post con el planteo de que hay que simplificar los mensajes, porque a esta altura de las circunstancias me resulta mas que evidente que “las botas de cuero de potro no son para todos” (argentinismo) y que el mecanismo de defensa que tiene desarrollada la mente humana contra eventos traumáticos y dolorosos tiene una razón de ser, aunque a algunos nos resulte difícil de comprender y/o aceptar. Yo creo que no en vano la mayoría de los mensajes trascendentales que se transmiten de generación en generación se hacen mediante mensajes subliminales y enmascarados en forma de leyendas, cuentos, refranes, poesías, fábulas, música, códigos, películas, novelas, etc.

Y en este sentido, acabo de leer del escritor Dan Brown (autor de “El código Da Vinci”) su último libro (edición 2013) titulado “Inferno”, del cual recomiendo su lectura, aunque en mi opinión no habla de las causas que provocaron la Superpoblación y sus consecuencias, lo cual es el tema central de la novela. Pero de todas maneras, creo que es un interesante ejemplo de cómo un tema profundo y fundamentado científicamente, puede acercarse a millones de lectores sin provocar rechazo paralizante.

En mi caso, que no soy ducho en la trasmisión oral, he optado por usar el ejemplo como método de sembrar alternativas distintas a las impuestas por este modelo de vida BAU. Y siento estar logrando bastante más por este medio, que mediante el predicamento teórico. Supongo que cada uno encontrará diferentes caminos, dependiendo de la preparación y situación personal, pero tengo mi conciencia bastante tranquila por intentarlo de forma más masiva a través de los espacios que me brinda Antonio en su Blog y a la vez, por intentarlo con muchísimo menos impacto general pero más concentrado a nivel local, mediante el ejemplo práctico. “Nadie es profeta en su tierra” y vale tenerlo en cuenta. El hecho que yo decida hacer con mi vida lo que me plazca y/o crea conveniente sin meterme en la vida de los demás, ya me da cierta ventaja aunque pueda ser considerado un excéntrico. Pero noto que hay sectores de la sociedad que valoran más los hechos que las palabras y aunque no imiten (al menos por ahora) no dejan de respetar la “valentía” que uno pueda estar manifestando. “Haz lo que yo hago y no lo que yo digo” dice el dicho. Al menos queda lugar para la duda cuando digo que no cambio el auto o no tengo otro más porque es una burrada en un contexto de crisis energética, cambio climático, escasez de recursos, etc. o que crío unos animales y cultivo una huerta en mi Granja porque es una forma de pelear contra la inflación y de comer más sano y sabroso, cuando en el mercado tengo cada vez menos variedad y calidad para elegir y muchos agroquímicos que ingerir aunque proteste contra ellos.

En fin… la Disonancia la veo prácticamente inevitable y me parece que hay que encarar las transiciones en convivencia con ellas. Nadie puede ni lo aconsejo, tirar de un día para el otro las cosas por la borda y dejar el BAU por una forma de vida absolutamente austera y a lo Amish, porque los frentazos pueden ser terribles… “peor el remedio que la enfermedad”.

Saludos a todos,


Gabriel Anz