miércoles, 8 de agosto de 2018

El discurso del sistema: Tesis (y IV)

Queridos lectores:

Y ésta es la última entrega de la serie sobre la tesis del discurso del sistema, elaborada por Beamspot con la colaboración de Rafael Romero. Recuerden que la tesis es solo una de las cinco partes del discurso del sistema; las cuatro restantes irán siendo publicadas progresivamente en este mismo blog, y al acabar escribiré un post de índice.


Salu2.
AMT


El Discurso del Sistema. Tesis. Cuarta y última parte.

En esta última parte de exposición de los puntos de partida o axiomas básicos del discurso del sistema, abordaremos el autoconsumo y su primo hermano las ‘redes inteligentes’

Resultat d'imatges de autoconsumo e independencia energética

VII - Autoconsumo = Independencia energética.

Este es uno de los mensajes más extendidos entre los movimientos ecologistas y de la “nueva izquierda”, hasta el punto que muchos ponen esta solución como ejemplo de las mala prácticas del gobierno que la aborta por intereses y lobbying.

La ignorancia de sus proponentes es el mayor de los problemas. Esta falacia es una de las más dañinas, como analizaremos más adelante, pues en ella se interrelacionan algunos de los mensajes anteriores, la situación real y lo que cabe esperar del futuro.
El primer ejercicio que les propongo es que intenten evaluar su situación energética personal con el objetivo de planificar una solución de autoconsumo. Yo ya lo hice en su día, empezando por mirar cómo podría aprovecharme de dicho autoconsumo, echar cuentas, hacer simulaciones, pedir presupuestos, etc.

Les propongo que hagan el ejercicio y que para ello sigan los siguientes pasos:

  1. El primer paso es coger las facturas y mirar el consumo energético anual del piso/vivienda en el que habiten. Recojan todas las facturas de gas, electricidad, gasoil, pellets,...
  1. El segundo paso es hacer unas simulaciones a partir de la superficie de cubierta disponible, suponiendo que es plana y no hay sombras (cosa que no sucede), orientación, vecinos, etc.
  2. A partir de esos datos, miren que usos energéticos cubren, con especial énfasis, en la distribución mensual a lo largo del año, aunque una ojeada a la variación de la producción y del consumo diario sería interesante aunque más difícil de obtener.

Con este simple ejercicio la mayoría de los foreros que no vivan en una finca privada con suficiente terreno bien orientado y con posibles, podrán observar que, en el  mejor de los casos, llegaran a cubrir entre el 40% y el 60% de su consumo eléctrico en verano, mientras que en invierno, siendo optimistas, se quedaran en un 20-40% del consumo eléctrico. Si añadimos al consumo eléctrico los otros consumos, les quedará que sus posibilidades de autoconsumo son mínimas. Eso sin contar con un imposible coche eléctrico, pues la mayoría supongo que si tienen coche no tienen garaje ni opción cercana, que además tenga suministro eléctrico propio.

Pero seguramente a muchos de los foreros que realicen el ejercicio y residan en una ciudad no se les escaparan dos detalles:
  • O bien hay algún edificio que les hace sombra o bien ellos hacen sombra a algún edificio.
  • Cuanto más alto sea un edificio más probabilidades hay de que haga sombra y al tener más inquilinos menor capacidad de cubrir la demanda tendrá, más si tiene que compensar a los vecinos de los edificios a los que da sombra.

Con ello podemos llegar a tres conclusiones sobre la viabilidad del autoconsumo.

  1. Las viviendas con menos vecinos podrán cubrir más fácilmente su demanda de autoconsumo.
  2. Las viviendas más aisladas tendrán más opciones de no afectar al autoconsumo de otros, ni verse afectadas por otros.
  3. Las viviendas que dispongan de más terreno/superficie bien orientada (y capacidad de financiación) tendrán más capacidad de autoconsumo.

¿Qué modelo de vivienda nos da estas conclusiones?

Pues eso, el autoconsumo vale para “el que vale”, y el que no a seguir “consumiendo”.

Extendiéndome sobre ese punto, otra observación aún más importante, con ramificaciones conocidas que abordaremos en el siguiente punto, es que como pringaos currantes que somos (en nuestra mayoría) en nuestras viviendas apenas se consume energía eléctrica durante el día, sólo a la vuelta del trabajo, que invariablemente coincide con el pico de demanda de energía, justo tras la puesta de sol, que, como es normal, es el momento en que la electricidad está más cara, y justo cuando el sol no suministra nada

Todo ello deja claro que la fotovoltaica es lo que es: nada; bueno, sí, una ayuda puntual para “ciertos particulares”.

El nimio detalle de tener que buscar algo que permita balancear la producción, cuando ésta existe, con el consumo, cuando se produce la demanda, se soluciona, por los abogados de la fotovoltaica, conectándose a la red eléctrica.

Aplausos (enlatados) del público. El Mago ha vuelto a sacar el conejo de la chistera.

A ver, parece que alguien cree que al transferir la energía generada en una instalación local a la red eléctrica, los electrones se van a dar un paseo por la red, mientras esperan a que regresemos a casa para consumirlos cuándo y cómo nos dé la gana. Tal cual, si la red fuese una batería, o un parque de entretenimiento para electrones que se dedican a circular por la misma como si fueran espermatozoides en un testículo.

El resultado obviado es que la propuesta en realidad pasa por vender (obligadamente) nuestra producción “renovable” de autoconsumo cuando no hay demanda y hay exceso de producción, el sol luce, a precio barato y comprar producción “no renovable” centralizada (habitualmente gas) cuando hay exceso de demanda a precio caro

En resumen:
  • NO SE AUTOCONSUME
  • SE PRODUCE ENERGÍA BARATA PARA UNOS POCOS
  • SE CREA DEPENDENCIA DE LA RED

Y NO, no se usan ni se van a usar BATERÍAS, porque sale mucho más caro a nivel individual/colectivo y general que la opción de la red eléctrica (que pagamos entre todos).

Resumiendo los errores sobre el autoconsumo:
  1. No nos independiza sino justo lo contrario, pasamos a depender más que nunca de una red eléctrica, a la cual le debemos vender y comprar. Justo lo contrario de lo que se asume en el mensaje.
  2. El autoconsumo no cubre nuestras necesidades, ni elimina, la dependencia de fuentes energéticas “no renovables”, controlables.
  3. La autogeneración “renovable” genera problemas de balanceo y almacenamiento en la red no resueltos.

Y este último punto es el que, de forma solapada y conocida aunque no directamente asumida, da paso a la siguiente problemática.

Claro que algunos dirán que ya dependemos del suministro de petróleo, gas y carbón de fuera. Ciertamente. Pero hay un detalle que se pasa por alto: los gobiernos suelen tener unas reservas estratégicas de semanas o meses incluso. La electricidad, sin embargo, te la cortan en milisegundos, no hay reservas.

Resultat d'imatges de SMART GRID, SMART CITY IOT

VIII - Smart grid, Smart city y gestión de la demanda.

Tal como planteábamos en el punto anterior, la generación de energía “renovable” de forma distribuida crea un problema de desacople entre la generación y la demanda, respecto al funcionamiento actual centralizado. En este momento, de forma resumida y genérica, la demanda está muy estudiada desde hace años, y las centrales de producción eléctrica (y otras energéticas) han ajustado su funcionamiento para responder a la demanda cuando saben que esta se va a producir.

Y normalmente no existen problemas pues los sistemas de control están preparados para alertar de cualquier incremento de la demanda de forma centralizada y con total control de las plantas generadoras de energía, tanto para su activación, parada o incremento de la producción. Es lo que se llama despachabilidad.

Pero ni la red eléctrica ni los sistemas de control están preparados para una generación distribuida, amén de un (re)sentimiento sobre los ‘sistemas centralizados’, sin control de parada o activación, ni dispone de sistemas de almacenamiento de la energía eléctrica, porque no ha sido necesario hacerlos.

Y además se une el problema de balanceo de la producción renovable aceptada por el Santo Sanedrín, y la demanda  con el consiguiente desacople de consumo vs producción (se produce más cuando se consume menos y viceversa) tanto diario como según la estación, la conocida intermitencia diaria (la única reconocida, aunque no es, ni de lejos, la peor) y la intermitencia estacional.

Estos problemas de balanceo junto con los de control de la producción hacen que muchos organismos y gente, más o menos metida en el tema, con algo más de conocimiento sobre estas problemáticas intenten fomentar el uso de ‘smart things’. ‘cosas inteligentes’, aplicando el Internete de las cosas (Internet of Things), y bla bla bla.

La idea es gestionar la demanda de tal manera que se pueda balancear de la mejor manera posible con una producción totalmente incontrolable, a la vez que se reduce al máximo la dependencia de fuentes activables de energía, y/o almacenamiento.

A simple vista, destaca que potenciar las Smart Cities es una manera de dar la razón a los problemas técnicos subyacentes que los gobiernos esgrimen para frenar la proliferación del autoconsumo. Vienen  a decir que unas renovables no controlables son un problema que hay que solucionar mediante la gestión, el racionamiento del consumo. No arreglando el problema de la generación, sino obligando a los demás a seguir los caprichos de esta.

Otra vez volvemos a la existencia de una razón técnica correcta que se aprovecha de forma abusiva como excusa para otros fines, como hemos visto que sucedía con la problemática del cambio climático.

La problemática técnica que se intenta resolver con la “filosofía” SMART tiene tres aspectos relevantes:

  1. El primero, no obvio, es que este concepto nos obliga a aumentar la dependencia. SMART = + DEPENDENCIA. No, nunca lo veremos así reflejado, pero utilizando la simple lógica entenderemos rápidamente que permita introducir electricidad de forma descontrolada, tiene por fuerza que ser mucho más complicada y sofisticada que la actual. Y que una red nueva, la actual no sirve, más compleja, por fuerza será más costosa. Y que una red nueva y más costosa que según el MIT puede salir más cara que la propia infraestructura de producción. Una nueva infraestructura que alguien deberá pagar para construir y después para mantener. Y ese alguien no serán los que mantienen la actual red, ni son los que causan el problema.

  1. El segundo versa sobre los problemas derivados de la producción de renovables y su consumo. Tanto en lo que se refiere a la ubicación de los emplazamientos más productivos versus la ubicación de los principales centros consumidores; cuyo mayor exponente es la China que no puede aprovechar el enorme parque eólico que tiene puesto en tierra de nadie, donde no hay consumo, y que no es rentable transportar la energía producida a los lugares donde se consume. Como al exceso de producción no asumible por el consumo que hace caer toda la red; cuyo mejor ejemplo es la red australiana, donde debido a un exceso de viento, se produjo un tremendo apagón en dos provincias, causado sobre todo por el uso y abuso de la eólica.

  1. El tercero tiene que ver más con la fe, la creencia o la idolatría científica. Está en creer que dicha gestión de la demanda es totalmente factible. En creer que la demanda tiene un límite que ni se calcula, ni se tiene la más remota idea de dónde está.  En que sus falsas esperanzas en que la tarificación pueda controlarlo se contradicen con los hechos. Cuando con una electricidad que puede triplicar o cuadruplicar el precio según la hora, apenas se ha modificado el patrón de consumo.

Evidentemente la culpa es de los inadaptados sociales, como el que esto escribe, que se empeña en no adaptarse a los cambios e intentar inconscientemente acabar con el futuro de la humanidad, empeñándose en calentarse en invierno o en consumir luz cuando el sol se ha puesto.

Se ve que soy un error, muchos somos un error.

Vamos, que si alguien pone impuestos a aquellos que producen energía de forma incontrolada para pagar los costes de gestión y balanceo, se dice que es una patraña y cosa del lobby eléctrico, una mentira, mientras que si se opta por gestionar la demanda y poner nuevos sistemas ‘smart’ que alguien habrá de pagar (pero no dicen quién, y ese es el usuario, usted, querido lector), entonces sí que existe la intermitencia y es un ‘problema’ con una ‘solución’ (que tendremos que comprar al amparo del BOE o equivalente) en la que abundaremos más adelante.

Los problemas que causan los abogados de las renovables eléctricas intermitentes las vamos a pagar los demás (mientras ellos seguramente se llenarán los bolsillos como hacen los de las eléctricas ‘fósiles’, pero con el beneplácito nuestro ante su evidente ‘superioridad moral’).

Y sin embargo, no sólo es un asunto de eslóganes o ideas equivocadas lo que envuelve el mensaje del sistema. Los silencios, las omisiones (el juego favorito del sistema de manejo de la percepción) son tan clamorosas que para los que estamos al tanto de lo que se cuece deberían ser más que significativas, y es que son muy elocuentes, si uno se para a ver lo que NO se dice.

Lo que no es esa Tesis parcial y errónea que hemos visto. Es la Antítesis, y ese es el bloque que se abordará en la próxima temporada.

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