Queridos lectores,
Los compañeros de Véspera de Nada me han pedido que publique esta reseña, que sin duda será de su máximo interés.
Salu2,
AMT
El texto que publicamos a continuación es la traducción al
castellano de la introducción de un libro que está ultimando su
publicación. Se trata de la “Guía para o descenso enerxético”
http://galiza.pospetroleo.com ,
un proyecto de la asociación gallega Véspera de Nada, actualmente
aún en fase de colecta social de fondos (hasta el día 27 de este
mes) a través de Verkami
http://www.verkami.com/projects/6621-guia-para-o-descenso-enerxetico/
y que incluirá algunas aportaciones que en diversos momentos el
responsable de este blog ha ido realizando en el terreno de las
propuestas para el cambio social a un modo de vida pospetŕoleo.
Debido al interés que está despertando el libro incluso fuera de
Galicia, han querido presentarlo en castellano a los lectores de The
Oil Crash y añadir en Verkami un nuevo tipo de apoyo a su
publicación que incluye la traducción de fragmentos de la obra a
las personas interesadas que encuentren demasiado difícil la lectura
en idioma gallego.
Presentación de la Guía
Antes de nada, vamos a presentarnos. La Guía que
tienes en tus manos ha sido concebida y realizada por las personas
que formamos la asociación Véspera de Nada por unha Galiza sen
petróleo. Esta pequeña
organización fue creada en 2008 por gallegos conscientes de la grave
amenaza que para nuestra sociedad (y para el resto del mundo
industrializado) iba a suponer el inminente fin de la Era del
petróleo. El nombre que le dimos a nuestra asociación procede del
refrán gallego “Día de moito, véspera de nada”(Día
de mucho, víspera de nada), con
el que nuestra sabiduría popular advierte de que tras las épocas de
bonanza llegan siempre las vacas flacas, algo que nos pareció muy
adecuado al momento histórico que nos ha tocado vivir.
En la actualidad
preside nuestra asociación Xoán Ramón Doldán García, profesor
de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago de Compostela. El
profesor Doldán, buen conocedor de la situación energética de
Galicia (no en vano fue director del Instituto Energético de Galicia
entre los años 2005 y 2008), fue precisamente la primera persona que
lanzó en público la voz de alama a la sociedad gallega sobre el
problema del petróleo con un artículo publicado en la revista
Tempos Novos en julio de 2008. Desde entonces, tanto Doldán —que
ahora preside también la Red de Economía Ecológica de
España— como otros miembros
de Véspera de Nada, venimos difundiendo por todos los medios a
nuestro alcance el trasfondo energético de la crisis que vivimos —y
que vamos a seguir viviendo hasta dar origen a otro modo de vida
totalmente diferente —, en diversos actos, con artículos y
entrevistas en medios de comunicación, reuniones con políticos,
cargos públicos y organizaciones sociales, y manteniendo un blog en
Internet con noticias, reflexiones y propuestas sobre la cuestión
(http://VesperaDeNada.org).
Con la presente publicación, que tras largo tiempo
de preparación ahora lanzamos, queremos dar un importante paso
adelante en la puesta en marcha de la necesaria concienciación y
adaptación del país a una situación sin precedentes en la historia
y que va a afectar profundamente las vidas de todos y cada uno de los
gallegos y gallegas. En nuestro ánimo está que este libro sea útil
para minimizar los riesgos que implica ese declive de la civilización
industrial, de tal modo que el mayor número posible de personas
puedan finalmente decir que si bien perdieron “mucho” de
lo que tuvieron gracias a la abundancia petrolífera, no estaban en
la “víspera de nada” sino en la víspera de tener
“suficiente” y de recuperar una vida digna dentro de los
límites físicos del planeta.
¿Para qué sirve este libro?
Este libro intenta ser un
sencillo manual que nos ayude a prepararnos para unas trasformaciones
a nivel económico, social, cultural y de modos de vida sin
precedentes en la historia de la Humanidad. Serán trasformaciones
con efectos en todos los países y para todos los habitantes del
planeta, pero que tendrán diferente forma, alcance y ritmo según el
lugar e incluso la clase social a los que pertenezcamos. Nosotros
intentamos pensar en cómo nos afectarán en Galicia, teniendo en
cuenta tanto los rasgos que caracterizan el conjunto de nuestra
sociedad y economía, como la propia diversidad interna del país:
costa/interior, ciudades/villas/aldeas, etc. Las dimensiones de lo
que va a suceder —de hecho ya está
sucediendo desde 2005-2007— son de tal envergadura que es imposible
evitar que nos afecte.
Es
decir, continuar como hasta ahora dejará de ser posible. Lo que sí
podremos será reducir el impacto y las peores consecuencias siendo
conscientes del problema, anticipándonos y adoptando con decisión
las medidas necesarias tanto en el ámbito personal y familiar como
en el comunitario. Por lo menos eso esperamos en nuestra asociación
y a eso nos gustaría contribuir con este libro.
Antes
de pasar a explicar en el cap. 1 la causa de estos graves problemas
que se aproximan (el denominado Cénit del petróleo),
presentaremos la estructura del resto del libro. En el cap. 2
propondremos una serie de medidas que consideramos serán de utilidad
para prepararnos y que se centran en el nivel personal-familiar,
abordando aquellas áreas en las que como individuos o pequeños
colectivos tenemos (o podemos llegar a tener) un mayor control.
Dentro de esa pequeña escla incluimos también a las PYMEs, a las
que dedicamos una serie de consejos básicos en el cap. 3. En el cap.
4 presentamos también medidas que deberían tomar las
administraciones públicas y que nosotros, como ciudadanos debemos
reclamar con decisión, criticando todo lo que se haga en sentido
contrario y desde la consciencia de lo grave que sería equivocarnos
de camino en esta crítica etapa histórica. Si ya siempre es
importante demandar de los gobiernos que cumplan con su misión en
beneficio del pueblo, en estos momentos históricos resulta además
vital para la supervivencia, pues lo que necesitamos es una
movilización social propia de tiempos de guerra,
comparación esta en la que coinciden todos los divulgadores del
problema. Por lo tanto, la razón de que incluyamos esas medidas a
nivel político no es la de convertir esta en una guía para las
administraciones, sino dar pautas a los ciudadanos para saber qué
políticas reclamar de sus representantes y qué medidas no deberían
admitir no sólo porque nos alejen de los caminos de la
sostenibilidad, sino porque desperdiciarían los valiosos últimos
recursos económicos y energéticos con los que aún cuenta nuestra
sociedad. De todos modos no perdamos de vista que buena parte del
consumo energético de nuestras sociedades está en manos de los
propios ciudadanos: Pat Murphy ha calculado que en los EE.UU. el 67%
del consumo energético total del país depende de las decisiones
personales de sus habitantes en terrenos como el trasporte, la
vivienda y la alimentación. Según explica, si los consumidores
reducimos por nuestra cuenta la energía que gastamos en esos
sectores, produciremos una reducción en los correspondientes
sectores industriales de la economía nacional (Murphy, 2008:
121-122). Nuestro poder por tanto no es en absoluto despreciable como
agentes de un descenso energético controlado que poner en marcha sin
contar con la aprobación o decisión de gobiernos y empresas: 2/3
del consumo total de energía puede depender directamente del tipo de
vida que llevemos. Esos cambios personales deberán ser puestos en
marcha al tiempo que ejercemos nuestra presión social sobre los
gobiernos para que contribuyan a variar el rumbo energético del
conjunto de la sociedad. Nuestra propia experiencia reduciendo
nuestro consumo energético nos proporcionará el conocimiento
adecuado para mejor promover un descenso energético organizado a
niveles superiores: comunitario, comarcal, nacional...
La prioridad que como
sociedad nos debemos marcar para prepararnos anticipadamente a la
caída del petróleo es reducir drásticamente el consumo de energía
fósil y de productos derivados de los combustibles fósiles. Ese
será el objetivo final que guíe la mayor parte de las medidas que
proponemos, y que se podría traducir en un sentido práctico en
“comprar menos, usar menos, querer menos y desperdiciar menos”
(Murphy, 2008: 113). La trasformación social que se deriva de ese
profundo cambio en el modo de vida girará en torno a dos ejes: el
resurgir de las pequeñas comunidades humanas y la reducción del
tren de vida.
La medidas han sido
organizadas a efectos prácticos en diversas áreas de nuestra vida,
aunque advertimos de que deben ser adoptadas de una manera integral y
con criterios y principios comunes para poder contribuir a la máxima
reducción de nuestra vulnerabilidad al Cénit del petróleo.
Pensemos en este libro como una guía para sobrevivir a un tsunami
que vemos lentamente acercarse: tenemos tiempo de ir haciendo una
serie de cosas para anticiparnos a su llegada, pero todas esas
acciones deben tener en cuenta el hecho de que nuestras vidas no
serán las mismas después del impacto del tsunami, y que debemos
estar mentalizados para cambios y sacrificios importantes. Al final
esos sacrificios van a merecer la pena, porque nos ayudarán a
sobrevivir y nos ahorrarán muchos dramas.
La lectora o lector se
preguntará con razón de dónde hemos sacado estas medidas que
incluimos en nuestro libro. Su origen está en la labor de
investigación que viene realizando nuestra asociación desde su
creación en 2008. Existen numerosas personas que en todo el mundo y
desde ámbitos tan diferentes como la geología, la permacultura, el
ecologismo, la sociología, la filosofía, la política, el urbanismo
o la economía vienen analizando desde hace años cuáles van a ser
las consecuencias del Cénit del petróleo y del inexorable declive
energético al que este fenómeno nos va a llevar. De ese análisis
parten propuestas que intentan ofrecer alternativas, que intentan
fortalecer a las sociedades para facilitar el tránsito histórico a
un mundo que estará caracterizado sin duda por:
- Una movilidad más reducida y esporádica.
- Una vuelta a la vida social y económica mucho más local (lo que llaman relocalización).
- Sociedades más simples.
- Una escasez de productos, servicios y estructuras socioeconómicas dependientes del petróleo; fin de la sociedad de consumo.
- Una vuelta a la agricultura orgánica, de baja mecanización y bajo consumo de energía y materiales.
- Una vuelta al campo de parte de la población que hoy habita en las ciudades.
- Etc. (Veremos más características en el apartado 1.3)
Debemos advertir de que
esta guía no pretende aportar detalles técnicos en los diversos
terrenos de adaptación de los que hablamos: se limita a dar una
perspectiva lo más amplia posible de lo que hay que hacer y de por
qué es necesario hacerlo, y a dar ideas sobre los aspectos de
nuestra vida que deberemos comenzar ya a adaptar. Es decir, no
esperes encontrar aquí explicaciones acerca de técnicas de
permacultura, cómo construir una balsa depuradora de aguas grises, o
instrucciones para fabricar un generador eólico a partir de piezas
de desguace: sería inviable abordar con detalle todas las cosas que
podemos tener que poner en práctica y necesitaríamos no una guía
sino toda una enciclopedia de gruesos tomos. En el apartado de
Bibliografía es donde la lectora o lector va a
encontrar esas referencias a otras obras con información detallada
de tipo práctico, bien sea en libros o en Internet.
Nuestro trabajo ha
consistido en recopilar esas propuestas, ampliarlas y organizarlas de
una manera coherente y adaptada, en la medida de lo posible, a la
realidad gallega. Una buena parte de las propuestas vienen de ámbitos
anglosajones que tuvieron una industrialización mucho más precoz
que la nuestra. En Galicia nos llevan demasiado tiempo dicindo que
estábamos atrasados, y de hecho la modernización fue tardía
en nuestra tierra. Irónicamente ese supuesto atraso
—entendido como la supervivencia de un modelo de vida apegado al
rural— es envidiado ahora por pensadores y activistas de otros
lugares —por ejemplo Cataluña, Reino Unido, EE.UU...— porque nos
sitúa a una menor distancia de la vuelta a una sociedad básicamente
agraria y local, porque estamos aún en estrecho contacto con la
tierra, a nivel familiar, social y cultural, incluso aunque seamos
urbanitas, y porque aún hay un sector agroganadero importante aunque
en proceso de destrucción. Aun así no podemos complacernos en esa
teórica ventaja gallega, porque existen fuerzas que nos llevan por
el camino contrario, en una huida hacia el abismo de una
industrialización insostenible, de un abandono de nuestro campo y de
los que en él habitan y sus medios de vida, cuando deberíamos estar
conservándolo como la mayor riqueza del país y su mayor valor de
futuro. Abandonar o sacrificar nuestro mundo rural sería un suicidio
como país y como pueblo, porque tras el colapso de la
industrialización será el activo más importante e indispensable
que nos quede. Nuestros montes, vegas, ríos y rías, nuestro mar...
nuestros árboles, matorrales y semillas... nuestro ganado... nuestro
suelo, nuestra agua, nuestro clima... han sido lo único que en
realidad hemos tenido durante milenios en esta tierra y lo único que
nos va a quedar si no somos tan tontos como para estropearlo en los
estertores finales de un espejimo industrialista.
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