miércoles, 11 de abril de 2018

Molinos en Holanda

Queridos lectores,

Los relatos son una forma amena de presentar temas a veces complejos de manera fácil de entender, casi visual. Esta semana, Carlos Vergara nos ofrece un pequeño relato de ficción distópica para mostrarnos un posible futuro próximo al que nos llevaría una cierta manera de gestionar la crisis energética en un contexto de cambio climático. Les dejo en sus capaces manos.

Salu2,
AMT 

Molinos en Holanda

Por Carlos Vergara

Diez años después:

El temporal marítimo había sido inusualmente intenso y prolongado en el tiempo. La flota pesquera, incluidos los barcos más grandes, había permanecido amarrada a puerto durante más de 15 días y las lonjas de todo el país estaban por completo desabastecidas. Uno de los buques de China Shipping tuvo que volver de emergencia al puerto de Flandes, después de perder gran parte de su carga; de hecho, si las mercancías que portaba no hubieran sido en su mayoría de flotabilidad positiva se habría hundido irremediablemente. En las noticias no se hablaba de otra cosa, pero lo peor, aún habiendo pasado la tormenta, estaba por llegar. En el despacho las pantallas se sucedían una tras otra en la gran fila de monitores mientras los dos técnicos discutían y danzaban con sus sillas de un puesto a otro.
 
-Vamos a dar energía de arranque para el sector 7.-dijo Philip sin mirar siquiera a su compañero Jonas.
 
Las cifras se reflejaban en sus gafas con un tono verdoso, sus ojos, rojos y temblorosos necesitaban un descanso tras haber estado toda la noche en vela.
 
-¿El sector 7? Pero si ya lo hemos comprobado 3 veces. El 7 y todos los demás, estamos rebasando la cuota de suministro y los generadores auxiliares necesitan repostaje.
 
-Jonas, si no conseguimos reactivar algún sector de forma grupal estamos perdidos. O eso o nos montamos en el remolcador y probamos turbina por turbina. Y yo no sé tu pero llevo 24 horas despierto y en menos de 10 minutos va a entrar el director técnico ejecutivo y le tenemos que dar algo.- el tono de Philip era sereno pero contenido, su angustia y crispación comenzaban a ser evidentes.
 
-Sector 7... Anulando advertencia... en 10 segundos tenemos 100 caveas...- y al pulsar el botón se reclinó sobre la butaca con las manos en la nuca.- y en 3, en 2, en 1...

Durante un momento la pantalla se tiñó de verde para, poco a poco pasar a rojo y finalmente en negro. La inyección de energía para vencer la carga inicial de los generadores e iniciar la producción del parque eólico más grande del Canal de la Mancha había sido un fiasco, otra vez. Muy poca gente lo sabía realmente, pero las enormes turbinas de medio kilómetro de altura producían electricidad, cierto, pero también consumían, sobre todo para el arranque. El sonido de la puerta electrónica sacó a Philip y a Jonas de sus cálculos y de su asombro. A sus espaldas una voz grave, quizá demasiado impostada, retumbó en la sala.

-Y bien, ¿qué tenemos, chicos? - preguntó Peter van der Bluner quién, en actitud paternalista, sujetó ambos respaldos de las sillas en un gesto que perturbaba en demasía a Philip, y éste estalló:
 
-Nada, ¡NO TENEMOS NADA!. Es definitivo y se lo digo desde ya. ¡NADA!. El mayor parque eólico de Holanda. Borrado. Ahora mismo es carísima chatarra a la deriva. Se lo dije anoche, anoche cuando me tenía que haber ido al cumpleaños de mi hija y se lo digo ahora. NADA.- la voz de Philip sonaba rota, desesperada, y no sin razón.
 
De inmediato Peter soltó ambas butacas cruzándose de brazos, irguiéndose y mirando de soslayo a uno y otro subordinado.
 
- Philip, Jonas, están ustedes aquí porque son los mejores, porque han estado desde el principio, porque si había y hay alguien que pueda solucionar esta situación adversa siempre han sido ustedes. Mi confianza es total en sus capacidades y es por eso que les voy a creer pero antes de que abandonen esta sala hoy les voy a pedir una última cosa. El grupo de inversores japoneses va a entrar en esta sala en...-y miró un ostentoso reloj de pulsera con un gesto mil veces ensayado- menos de 8 horas. Como si ahora mismo se suben a una bicicleta estática con una dinamo y ponen en verde esta consola pero tienen que hacerlo. La inversión japonesa es crucial; sin esos malditos yenes no podremos reparar nada, no podremos instalar nada y todo GEMINI habrá sido un terrible fiasco económico y energético. Para ese entonces necesito ver en esa pantalla datos positivos de generación, no admito ese NADA como respuesta. O consiguen eso que les pido, QUE LES EXIJO, o cuando salgan por esa puerta, cuando abandonen el edificio, no necesitaré que vuelvan más. No me importa de dónde venga la generación. - Y abalanzándose sobre las butacas de nuevo soltó un sonoro y amenazante pero entredientes:
 
-¿Correcto?
 
Philip y Jonas quedaron absortos y desconcertados, pero el señor Peter aún esperaba una respuesta y la exigió casi con violencia:
 
-¿CORRECTO? - y el quejido exhortativo retumbó tanto en sus oídos que de forma tan pueril como anulada respondieron bajando la mirada.

-Sí, señor.
 
-Bien, muy bien. -dijo con un tono forzadamente relajado. - Pues manténganme informado. - Y salió de la sala mirando su smartphone mientras tecleaba aceleradamente.
El silencio quedó intacto durante muy pocos segundos, y Philip encendió una emisora que tenía sobre la mesa.

- Muelle, aquí Albatros. Necesitamos una motora lista en menos de 20 minutos. Cambio.- el ruido rosa inundaba la estancia y en cuestión de 4 segundos una voz anónima respondió.
 
- Sin problemas Albatros, Motora 3 ¿orden, tripulantes, combustible, retorno aproximado? Cambio.
 
- Eh... si. Revisión rutinaria, cuatro tripulantes, carga completa, desembarco en muelle dos, 20 horas. Cambio.- Jonas le estaba mirando un poco confundido y temiéndose a la vez lo peor. De nuevo la radio emitió.

- Recibido, les esperamos a las 8:20. Cambio y a la espera.

No les entusiasmaba la idea de hacerse a la mar y menos en el estado actual de oleaje, con mar fuerte, pero tenían que verlo con sus propios ojos, tomar imágenes y decidir el siguiente paso. No se hacían una idea aproximada de lo que iban a encontrar y ni de lejos se acercaban al peor de sus cálculos. Pasaron antes por el cuarto de técnicos y solicitaron a su mejor técnico. Manuel estaba preparándose como si de alguna manera ya supiera a lo que le iba a enfrentarse hoy. Arnés, casco y una maleta completa de herramientas.

- Manuel, posiblemente hoy tengamos que hacer unas cuantas horas. Es imprescindible .- era muy poco profesional exigir horas extras al personal pero últimamente no infrecuente. 

- Entiendo, ¿Regresaremos de día? - el holandés de Manuel revelaba su nacionalidad casi a la legua aunque se esforzaba en hablar muy correctamente.

- No creo, quizá a última hora, pero eso no es lo peor. La llegada será en muelle 2. -Manuel sabía muy bien que significaba aquello. Tener que hacer un trayecto por carretera de más de dos horas hasta su casa al acabar la jornada.

- Entonces necesito hacer una llamada y pasar por la cafetería. - La practicidad del español en todos los aspectos era casi espartana pero a la vez muy necesaria.

- ¿La cafetería? Partimos en 20 minutos. Philip estaba enfrascado en el problema que tenía entre manos, tanto que era incapaz de ocuparse de cosas mucho más evidentes, lo cual, en alta mar, podría ser incluso fatal.

- Señor, con el debido respeto. Si vamos a salir con este mar, durante más de doce horas, necesitaremos comer en cantidad suficiente. Y no solo eso, pues es más que posible que el mar se tuerza solo un poco más y tengamos que pasar la noche en una de las torres, algo que resulta harto desagradable sin poder tomar un bocado. Para mi, y creo que para ustedes a juzgar por el aspecto que traen, nos vendrá bien pasar antes por la cafetería. - y no podía estar Manuel más acertado.

- Tienes razón Manuel y cuando tienes razón, tienes razón. - dijo Jonas un tanto aliviado y poniéndose ya no del lado del técnico sino mirando fijamente a Philip buscando ese gesto de aprobación democrática que provocaba el 2 contra 1.

- Bien, desayunamos, nos proveemos y en 40 minutos partimos. Yo voy a llamar a casa e igual estaría bien que hicierais lo mismo, por lo que pueda pasar hoy.

El trabajo en GEMINI se había vuelto insufrible en los últimos dos años. La operación que iban a llevar a cabo ese día hacía tan solo 3 años apenas les habría llevado menos de dos horas de helicóptero. Al perder la tercera aeronave por problemas mecánicos derivados de impurezas en el combustible, la compañía estimó que sería más interesante operar con lanchas neumáticas de cabina cubierta y dos motores fuera borda GLP. Nada más lejos de la realidad. Por pretender ahorrar unos miles de euros Philip, Jonas, Manuel y el patrón de la lancha, el señor Borjklund, iban a arriesgar y perder un día entero de su vida. La primera linea de aerogeneradores estaba a más de 80 kilómetros de la costa y a casi 100 desde el muelle 1; desde esta primera fila de aerogeneradores y durante 20 kilómetros cuadrados se extendían en el campo de generación eólica marítima más grande de Europa o eso fue algún día, durante algún tiempo.

*****

El ruido sordo y monótono de la motora cesó por completo dejando al mar volver a sonar. Rumor de las aguas, viento incesante y nada más. El patrón de la embarcación sacó los prismáticos de su funda y comenzó a otear el horizonte.

- ¿Sucede algo, señor Borjklund?- el viejo señor Borjklund era marino, entrado en los 60 y con una pericia marinera fuera de toda duda. Había navegado por el Círculo Polar y fue el primero en surcar el Mar del Norte en pleno invierno en un barco mercante, sin rompehielos, en 2018. Su afirmación les dejó tan helados como el viento que se coló en la cabina al abrir una claraboya para asomarse y tener mejor visión.

- Deberíamos haber llegado. Las coordenadas del GPS dicen que estamos justo encima de la primera linea.- aseveró mientras se descubría la capucha.

- Debe haber un error en la precisión del GPS, quizá deberíamos continuar un par de millas más.- propuso Jonas mientras manipulaba un GPS de mano.

- Lo que diga el GPS me trae sin cuidado, pero en este caso tanto el satélite como yo decimos lo mismo, señor Jonas. No es por contrariarle pero sus molinos no están... al menos dónde deberían estar y menos haciendo lo que deberían hacer.

- Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete. - entonó Manuel en un español quijotesco para intentar quitar hierro y tensión al asunto, y al decir esto se incorporó sobre el GPS de Jonas y le señaló un punto a menos de 200 metros de su posición.- Aquí, señor Jonas, si estamos en el sitio correcto, este punto no se puede haber movido. Es un afloramiento rocoso, un islote en el hace unos 5 años anidaban varias parejas de frailecillos, hoy solo queda la roca.

- ¿Frailecillos?- preguntaron los tres hombres al unísono.
 
- Frailecillos.- dijo afirmativamente el patrón arrancando el motor y volantando enérgicamente el timón sin perder un solo segundo.
Y encaminaron la lancha hacia el punto en cuestión. No pasaron ni tres minutos cuando Philip avistó la isla rocosa. Se aproximaron y Manuel se asomó por la claraboya.

- No hay duda, es aquí.- dijo volviéndose a meter rápidamente en la cabina.

Durante unos minutos Jonas y Philip quedaron absortos, intentando averiguar que era exactamente lo que había sucedido. Desde lo alto del islote vislumbraron lo que se suponía era la linea más reciente de turbinas, solo eran ya algunos soportes tumbados o visibles, sumergidos en aguas poco profundas. El panorama era desolador, el parque eólico por completo había sido engullido por el mar. Manuel, que de alguna manera ya se esperaba semejante panorama les sacó de su asombro con una serie de datos.

- Si me permitís unas preguntas, quizá su respuesta os permita averiguar por qué estamos en esta situación. Durante la tormenta de 2020 perdimos solo 3 molinos ¿correcto? - comenzaba el técnico.

- No lo sé, debería consultar los datos, pero recuerdo que instalamos al menos 300 aerogeneradores ese mismo año. - replicó Jonas sin saber muy bien a dónde quería llegar Manuel y entonces Borjklund interrumpió.

- Si no les importa, viendo que aquí no vamos a hacer ya nada hoy y menos sin molinos a la vista. ¿regresamos?- la impaciencia del patrón estribaba en un cúmulo de nubes que se abalanzaba sobre ellos a una velocidad constante.

- Un momento, necesito hacer unas cuantas tomas de video y unas fotografías antes de volver. - dijo Philip sacando una cámara con un potente teleobjetivo de su mochila.

- Dese prisa. Igual tiene usted suerte y fotografía un frailecillo, pero lo que son molinos... - el tono del señor Borjklund comenzaba a ser algo irritante para Philip pero lo dejó pasar. Consiguió buenas tomas de algunos postes seccionados, cimentaciones arrancadas del fondo arenoso e incluso, gracias al polarizador, una toma en la que se distinguía perfectamente la silueta de un molino eólico a unos 5 metros de profundidad, como un pecio energético. Revisando el material obtenido en la pantalla de la cámara sobre el islote le pareció ver moverse algo entre la tierra. Con el instinto de un cazador fotográfico apuntó hacia una oquedad y en el momento en el que el zumbido del enfoque terminó soltó una ráfaga de imágenes. Y allí estaba, aguantando el temporal como si tal cosa, un frailecillo en su cueva. Philip ya no necesitó más.

- Señor  Borjklund, llévenos a casa, ¡lo más rápidamente posible! -gritó Philip hacia la lancha motora.

- Ya era hora. - respondió  Borjklund casi a sí mismo mientras cogía la radio para avisar de su retorno al muelle.

******

La pequeña aventura marina les había consumido más de cinco horas, cinco horas para cerciorarse de que el parque eólico ya no existía y les quedaban menos de tres horas si querían intentar algo para salvar sus empleos y en cierto modo el de mucha otra gente.

Descargando las imágenes en uno de los ordenadores no podían dar crédito a lo que el monitor de alta definición mostraba, pero finalmente Jonas reaccionó.
 
- ¿Cuánto tiempo tarda el Ciclo Combinado Moerdjik en estar al cien por cien? - preguntó con la mano sobre el teléfono.
 
- ¿Qué pretendes?- respondió Philip, pensando en la respuesta.

- Quieren estas pantallas en verde dentro de 3 horas ¿no? - la voz de Jonas sonaba apresurada, casi acelerada.
 
- Pero con energía... ¿verde?. - Philp ya estaba entendiendo lo que pretendía su compañero.
 
- Siempre lo hemos dicho medio en broma, ¿recuerdas?... ¿De qué color son exactamente los Megavatios? - Jonas descolgó el teléfono y comenzó a teclear.
 
- Déjam a mi, Thomas, me debe una. Derivaremos un 20% al centro de transformación. Como el día de la inauguración. Creo que en menos de 2 horas pueden estar a plena capacidad, quizá funcione. - y en el teléfono se escuchó una voz conocida para Philip.

- Centro de mando de Moerdjik. Thomas al habla.- La voz bronca de Thomas también mostraba cierto cansancio.

- Thomas, soy Philip de Gemini. Escúchame porque es importante. Necesito en unas 2 horas un aumento de la frecuencia y unos 2000 caveas extra para derivarlos y mostrarlos en el Centro... - miró los gráficos y tras consultar un listado detallado siguió- seis, en el centro de transformación 6.
 
- A ver, Philip, nos tenéis a ciegas, sin informarnos sobre nada durante más de 24 horas, he estado a punto de demandaros 3 veces a Energía pero no lo hecho pensando que en cualquier momento apareceríais como la caballería y aportaríais algo más que necesario porque, prepárate para lo que te voy a decir, no hemos recibido ningún carguero de carbón en los últimos 15 días, los trenes de mercancías de Alemania llevan parados por el hielo más de un mes y nos queda combustible para 18 horas. Estamos operando con una frecuencia totalmente ilícita y de hecho ya tenemos más de 200 demandas por baja frecuencia sobre la mesa. ¿Y vienes a pedirme que te pinte de verde los molinitos? NO, Philip. No, esta vez ya no, VETE, o mejor dicho, NOS VAMOS A LA MIERDA.- y el sonido de golpe del teléfono al colgar dejó a Philip anonadado.
 
- ¿Qué te ha dicho?- le preguntó Jonas.

- 18 horas. - respondió colgando el auricular lentamente.
 
- 18 horas. ¿Tanto? Quizá podamos llamar a Peter para que retrase la visita...- Le interrumpió Philip mirándolo fijamente a los ojos. Jonas no terminaba de entender lo sucedido.
 
- No, Jonas: en menos de 18 horas Holanda estará a oscuras.
 
- ¿Y qué vamos a hacer? - se preguntó Jonas.

- No lo sé, Jonas, pero a mi me gustaría ser ese frailecillo ahora mismo- y en la pantalla apareció tras las últimas escenas del naufragio energético una toma inesperadamente hermosa...


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